"No se nace mujer, se llega a serlo"

No hay algo que me produzca más asco que escuchar/leer cosas como:

-Las mujeres son lo mejor del mundo. Entiéndase también, lo más bello, sublime, divino, hermoso, etc. etc. Por favor, somos la parte femenina de la especie humana, no un regalo de Dios al sexo masculino.
-No hay que entenderlas, hay que amarlas (¿perdón? Querido Oscar, tus palabras han sido malinterpretadas por miles).

Y ya no le sigo porque vomito.

Primero que nada, no soy feminista, y no es por que esté en contra de, simplemente no me gustan las etiquetas. Sin embargo he de atribuirle a las feministas como Simone de Beauvoir (cuyo centenario de nacimiento aconteció ayer, y es motivo de que empezara a escribir estas líneas), que dicho movimiento tomara fuerza, y hoy las mujeres de buena parte del mundo podamos votar.

Votar. Algo tan simple y que apenas unas décadas atrás ninguna de nosotras podía hacer, cuando no somos una minoría poblacional, ni seres de otra especie o planeta.

El movimiento feminista, desde mi punto de vista, nos dotó a las mujeres de humanidad e individualidad. Nos dio libertad económica. La libertad de elegir. De elegir NOSOTRAS, lo que queríamos hacer con nuestra vida, algo que antes se dejaba en manos del padre, del esposo, o del hombre más cercano. De que algún día tengamos la posibilidad (todavía lejana) de no ser un producto cultural, ornamento de aparador, premio del hombre adinerado. Argumentan los hombres: "las mujeres son las que criaron a los machos al ser sus madres, ellas son las principales promotoras del machismo", si, pero a la vez esa madre creció bombardeada por ideas misóginas en una sociedad machista, sin tener el derecho de expresar su opinión, vivió en medio de dogmas, vivió "condicionada", para esa mujer ese era el único mundo y la única manera de vivir en él.

No es una competencia ni una guerra (a ver cuando lo entendemos). Somos, antes que hombres o mujeres, seres de la misma especie. Animalitos (presumiblemente inteligentes). Ellos tienen testosterona, nosotras estrógenos. Estamos condenados a seguir un instinto que lleva millones de años en nuestro código genético y es biológicamente imposible que cambie en tres generaciones.

No somos ni seremos iguales. Somos complementarios. Pero al ser individuos de la misma especie, debemos tener los MISMOS derechos. No el mismo carácter.

Sin embargo hay algo que no me gusta ni poquito. Ese comportamiento femenino que se derivó:

"No necesito a los hombres",
"Soy mejor que un hombre",
y peor aún "me puedo (y quiero) comportar igual que un macho"

El llamado hembrismo que no es otra cosa que proceder igual que un macho. Algunas se confundieron y se tomaron muy a pecho eso de "si no puedes contra ellos (los machistas), úneteles".

Y en respuesta a este tipo de acciones surgió algo llamado: "la marcha masculina" (vayan a la página y diviértanse un rato). Válgame el cielo. Según el presidente-fundador del "Manifiesto Masculino", la mujeres somos poco menos que una viuda negra. Calculadoras, frías, maliciosas, astutas, interesadas, ¡ah si! y usamos el sexo como arma de ataque. Todas. Todo este numerito parece el berrinche de un adolescente al que bateó la reina de la graduación.

Y continúa. Los hombres (heterosexuales nada más) son víctimas de una sucia jugarreta de las mujeres y del gobierno, porque no hay "Hospital para el varón", ni "Instituto del hombre", ni los dejamos llorar (si, nosotras somos las que nos los dejamos llorar, ajá). ¿Se le olvidará a Lorenzo Dafirenze que durante casi toda la historia de la humanidad, esa clase de privilegios eran exclusivos del hombre?(menos el de llorar), de hecho para definir a nuestra especie se utiliza mayoritariamente la palabra "HOMBRE": "La historia del hombre", "La evolución del hombre"...Pero pus ya que, si diseñaran un adjetivo de género neutro para definir a la especie, de aquí a que nos acostumbramos y lo aceptamos, va a estar cabrón, ni hablar.

El punto es que por el simple hecho de ser mujeres ni somos maravillosas, ni somos estúpidas (porque gente pendeja hay en todos los géneros); ni los hombres por ser hombres son todos patanes, ni son la cúspide de la creación divina.