martes, 1 de septiembre de 2009
Mi diario "mágico".
Fue la sensación de 1994. Una especie de aparatejo que combinaba una agenda electrónica con un intento de gameboy, un lector de la suerte, un convertidor de moneda y algunas cuantas chucherías más. Supongo que vi algún comercial en diciembre y se lo pedí a los reyes, según recuerdo, fue la última vez que hice una cartita. Llevaba un par de años sin sentir una emoción así por el depositorio que residía bajo del árbol.
Me lo llevaba diario a la secundaria. Escribía notitas en él, sé que podía hacerlo en un cuaderno, pero teclear y ver mis palabrejas en aquella pantalla ridículamente chica, monocromática e ininteligible para mí, era cercano a ser "científica" o ser testigo de un milagro. A la fecha aunque se me explique (y yo sepa de antemano) cómo es que funciona un monitor LCD o un touchscreen, no dejo de fascinarme. Ni la ciencia ni la tecnología han dejado de maravillarme desde entonces. Le hice sus perfiles a todos mis amigos, esa era una de sus mayores gracias: podías elegir entre varios tipos de caras, peinados, ojos, narices y bocas, para construir el rostro de un tipín. Ahí juntito se agregaban su nombre, teléfono y dirección. Me imaginaba que sólo le hacía falta tener entrada para audífonos y recepción de radio (en mi cabeza la ilusión de que la música cupiera en un espacio tan reducido no tenía congruencia alguna), para ser un aparato perfecto.
Me gustaba la idea de escribir diariamente en él, lástima que su memoria no me lo permitiría. Se redujo la frecuencia a una semana, una onda muy estilo Doogie Howser. Ándale, era justo como el ñoño doctorcito. La chunche esa comenzaría a permitirme la utopía que leí también en aquellos días, no recuerdo en dónde, y que aseguraba que en algún punto del siglo veintiuno podríamos grabar toda nuestra vida. Dicha utopía la encuentro muy cercana ya.
¿Cuál es el chiste de llevar un diario, qué sentido tiene?. Para mí es el poder regresar el tiempo. Leerlo es vivirlo de nuevo. O casi... He aquí la principal razón de ser de éste blog. Y el de twitter. La principal función de twitter (además de la interacción con otros) es la posibilidad de escribir un estado de ánimo, una queja, una idea, y que éstos queden registrados.
El Magic Diary estuvo conmigo dos años, y en tercero me compraron un "Super my magic diary" ése ya traía algún tipo de bluetooth primitivo llamado "magic beam" con el que podías comunicarte con otros artilugios, pero sólo otra estudiante era una entusiasta de la tecnología gadgeteril (a los trece ya éramos geeks sin saberlo). Todavía en la prepa lo llegué a usar, con éste podía escribir más cosillas, tenía más memoria y las notas eran de... ¡381 caracteres!. Mjm. En el aparatejo tengo lo que hoy denomino como: "Mis twits adolescentes de cuando twitter no estaba ni en los sueños de Jack Dorsey". Con todo y que tengo buen pulso y le hago a la dibujada, no puedo escribir pluma-en-mano-papel cuando estoy en movimiento. Por eso en mi transporte escolar de la secundaria, y a la postre en en la línea 2 del metro, usaba mi diariecito: "16-Jun-95 Hoy me he molestado mucho con Vania. Se la pasó platicando con la monita -usaba la palabra monita, je- esa de su salón. Me cae muy gorda. Saqué 10 en Historia Mundial".
Regresé a mis cajoneras a buscarle por que la semana pasada lo recordé cuando POR FIN me compré el iphone, y me sentí en un déjà vu. Estoy como cuando era niña en aquel seis de enero.
Ayer justamente tuve una epifanía. Estaba en San Ildefonso y p-e-n-d-e-j-a-m-e-n-t-e intenté tomarle fotos a una instalación. Me frustré mucho porque me lo prohibieron (se me hace algo muy idiota, pero bueh...allá ellos y sus políticas retrógradas). Yo he tomado fotos (aunque pinchitas) de casi todas las expos a las que he ido desde hace un par de años, ¡Cómo pueden negarme el sagrado derecho de atesorar-archivar mis recuerdos?. Me quejé vía twitter. Salí del museo, lloviznaba. Caminé por la plaza de la Constitución, tomé muchas fotos. La lluvia la había vaciado un poco, entonces pude fingir que hablaba por el micro del iphone, que hablaba con alguien por teléfono. Pero yo no hacía eso. Estaba diciéndome, grabándome, un mensaje.
Llegué a mi casa, comí un caldo de camarón (sin albur, eh). Mi madre lo cocinó el sábado. A los peces y moluscos no les tengo tanta empatía, pienso eso mientras los devoro. Busco entre la películas que he comprado y no he visto. Sale una que tenía por completo olvidada "Away from her". Me aterra la idea de ir olvidando mi vida y perder mis recuerdos como las luces de una casa que se van apagando paulatinamente hasta dejarla en penumbras, en la nada. Pienso eso porque en el filme, Fiona sufre de Alzheimer y el que ha sido su amante -aunque con tremendota cola que pisar- marido por cuarenta y cinco años, sufre un titipuchal debido a ello, ya que la pierde. Y ella se pierde a sí misma. Entonces lloro (no es excelsa pero conmueve. Sigue la línea de "The Notebook", pero con mejor trama y menos melcocha). Entonces, además de llorar, recuerdo la utopía de la que hablaba al principio del post. Yo quiero guardar lo que me es más preciado y esos, son mis recuerdos.
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20 comentarios:
uy me recordaste mi agenda electronica que tenia hace años uuu, me acuerdo qeu estaba "chida" porque ¡¡tenia luz en la pantalla!! uuu
Murió cuando llegaron los celulares y luego la palm, que tambien poco le falta para el olvido, recuerdo en mi agendita tambien hacia algunas anotaciones, pero un buen dia se le acabo la pila y murió... y ahi sigue, supongo ya se le borro todo lo que tenia.
De hecho fue la segunda, la primera por ahi la tengo tambien.
Y te da cuenta que los recuerdos brotan así sin mas, solo necesitan un catalizador que los impulse. Yo hace poco tuve un viajesote recordando la época del fabuloso fred ¿lo recuerdas?
salU2, un abrazo
Y si ni como negarlo algunos en epoca de la secundaria eramos pre-geeks
me gustó.
yo he borrado muchos recuerdos últimamente, era necesario, pero... siento que tuve amnesia voluntaria algo asi como un suicidio, a veces despierto sintiendo que he olvidado mucho mientras dormia, a veces me quedo pensando unos segundos el nombre de alguien familiar porque no lo recuerdo, a veces se me olvida lo que acabo de decir y siento que es la venganza de los recuerdos borrados, de los e-mails borrados, del celular viejo lleno de mensajes perdido, de los diarios que no he escrito, de los blogs que he borrado, de ...
de qué?
juar juar, pensé que ibas a hacer la historia gráfica de tus gadgets hasta llegar a Alf. Yo también soy obsesivo de guardar trozos de recuerdos, aunque suelo preguntarme si no te hacen pesado por estar cargando con tanto. De pronto me gustaría ser más ligero, quedarme con tres rostros y fin. Pero deseo eso justamente por ser cachivachero. Yo tengo muchos cuadernos viejos, diarios. Me da miedo abrirlos y leerlos. Pero tampoco he aprendido a tirarlos.
¿De ese "diario mágico" al iphone hay un abismo?
Uy, inevitable acordarme de Javier Marías con este post, y de una frase en la que habla igual de sus recuerdos y bla, y luego dice "mis recuerdos, que al igual que tantas de mis pertenencias, me sirven tan sólo a mí". Estoy un 90% de acuerdo con esa frase.
Lindo post, saluditos
Es muy importante atesorar los recuerdos y también es muy importante como los interpretamos.
Me pongo a pensar en mi hermana por ejemplo, en lo fácil que es para ella pedir un correo y estar en contacto. ¿Cuantos amigos tendremos los de los 80's, que ya no volvimos a ver, ni sabemos nada de ellos, ni su mendigo teléfono? Aunque creo que la parte más importante de los recuerdos es el proceso de mitificación por la lejanía de los hechos.
Cómo se parece a mi relojo con calculadora y radio.
La pura vanguardia.
Oh!, lindo post eh!... estoy de acuerdo con usted señorita, ¿qué es la vida sino una colección de recuerdos?
¡Qué coincidencia! Yo llevo un diario escrito desde 1994. :)
Unos tienen iPhone o Blackberry y yo me acabo de comprar un reloj-calculadora que vi en un puestito, me recordó que tenía uno igual cuando era chiquita y no pude evitar la compra, sólo 200 pesitos. Lo uso diario.
pero nada le gana a encontrar una carta en una lata de galletas...
Wow. Yo jamás tuve uno de esos, mis Reyes Magos no eran tan chidos. Ahora tú y tu iphone poniéndose al día de lo que fue en ese entonces. A mí -al igual que a ti- meravilla la tecnología día a día.
Hola defeña, te ví el otro día en covadonga con rufián, en la despedida de Emilio, te cuento que todavía no tengo Twitter, tardo mucho en dar ese tipo de pasos tecnológicos, apenas estoy entrandole de adeveras al FB.
Sale saludos
José
Sin palabras... buenísimo.
Esto de vivir mirar hacia atras y darse cuenta de lo que fue es simplemente ....
Esos recuerdos... cuanta añoranza del pasado que hace a veces desear que el tiempo regresara un poco, volver a nuestra infancia o adolescencia, y poder vivir de nuevo tantas cosas buenas y malas (si también, ¿por que no?).
Defeña, ¡que interesante tu blog! Tengo algunos dias de haberlo descubierto y me ha sorprendido verdaderamente.
Por cierto, ¿ya sabes del nuevo libro de Milan Kundera, "El Encuentro"? Me supongo que si pues he visto que es tu escritor favorito este checo. El mio tambien es de ese pais, otro K. Franz Kafka.
Es muy inteligente y neto lo que posteas, y no solo lo digo por el unico de septiembre, sino que he esta leyendo lo que escribiste anteriormente.
Ojala no abandones tanto tu blog, pues aunque le seas infiel con twiter, el siempre sera tu amor verdadero, ¿o con quien mas has sido tan sincera y podido ser tú, tal cual? jaja.
Esa cosa era una maravilla!! Bueno, y yo que recibí una como en el 2000 y me sentía "bien acá" ja jaja. Era anti tecnología y con esa comencé a practicar para quitarme miedos tontos. Ahora que lo mencionas, tengo un elaborador de etiquetas que usa el mismo sistema! Y también le puedo poner caritas a las etiquetas e imprimirlas! Soy cuán feliz! :D
Un beso,
Simone
Te dije que hay concurso en el blog?? Bueno, hay :D
mi defeña hace tiempo que no venia por aqui... de los artilugios modernos creo que me quedo con mi moleskine
:P
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