Entonces no teniendo mucho que hacer un viernes en la noche, una amiga me propuso ir al Festival de Cine Franco-Mexicano, donde iban a exihibir "La Môme". Ése es su verdadero título, no La vie en rose, como escribieron en el cartel para el público gringo.
Para empezar este filme retrata la vida de una de las cantantes francesas más conocidas de todos los tiempos: Edith Piaf. Quien nació a principios del siglo pasado (válgame, al siglo en que nací, ya le decimos pasado) en Belleville, Francia. Abandonada por su madre que se ganaba la vida cantando en la calle, la pequeña Edith termina viviendo con su abuela paterna que es la matrona en una casa de citas, en donde una de las protitutas se encariña de manera enfermiza con la niña, y le inculca una fé hacia Santa Teresa que la compañaría toda su vida. Años después su padre regresa de la guerra y se la lleva, rompiendo tal vez el único lazo de amor materno que tendría la cantante en su desastroza vida. Edith vive entonces andando de circo en circo, hasta que termina actuando en la calle, y es en este momento de la película donde me doy cuenta que Remi era factible. No pude evitar relacionar a esta pequeña niña cantando en la calle de un miserable pueblo francés con el muchachito Remi tocando el violín en la calle de un miserable pueblo francés.
El ánime puede ser más real de lo que yo pensaba.
El ánime puede ser más real de lo que yo pensaba.
Y el futuro lógico que le podía esperar a una niña que vivió con prostitutas, tuvo una madre alcóholica y un padre mediocre, era el pasar su juventud en medio de excesos, alcohol, tugurios y uno que otro amante. Hasta que la "descubrieron" y lanzaron al estrellato. Pero pues con tooodo ese background de anécdotas y adicciones, y una tendencia inequívoca a la autodestrucción, Edith terminó por conseguirlo, a los 40 parecía una anciana. Y maltratada. Muere víctima de una adicción increíble a la morfina, al alcohol, y sabe Dios que más. Por lo que he leído después de ver la película dichas adicciones (pincipalmente a la morfina) se intensificaron después de la muerte del "amor de su vida" (esta escena es exceleeeeeente, y si el dicho amor-boxeador se parecía nada más tantito al actor que lo personifica, pues entiendo perfecto tanta clavadez ja!). También me dí cuenta de otra cosa...yo pensaba que la adicción y el desenfreno típico de un artista o cantante sucederon después de los cincuentas. Que equivocada estaba.
El propio director de la película ha reconocido que no quizo mencionar aspectos que los fanáticos puristas de Piaf consideran sustanciales, por que quería ofrecer una visión/retrato de la cantante, más que una biografía lineal, o un relato de los aconteceres de la época.
Lo que hace brillar esta película, además de las canciones y la voz de Edith, es la actuación buenérrima de Marion Cotillard. No me esperaba que esta actriz tuviera esas capacidades de registro asombrosas. Si fuera gringa le daban el mentado Óscar (con eso de que a la Academia le gustan las transformaciones bonita/fea...).
Cosa curiosa, Edith Paif fué quien compuso la letra de la famosisisisisisima "Vie en rose", que contradicción. O será que tal vez ésa vida en rosa es vivir frenéticamente...
O el rosa no es tan rosa como siempre he creído.
2 comentarios:
Tal vez no gane un Oscar, pero de que la nominan la nominan, estoy segurísima!
Y respecto a la canción de La vie en rose, hay diferentes tonos de rosa y no es la vida frenética, sino la vida vivida con pasión, además se la escribió al amor de su vida mr. boxeador Marcel y es de las canciones más románticas que hay.
Seguro Marion se lleva el Oscar, voto por ella, juntaré firmas para tal propósito, le llamaré a cada miembro de la Academia y lo lograré, así se lo último que haga! He dicho.
No creo que la nominen la peli no es taaan a la gringa
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