miércoles, 12 de noviembre de 2008

Yo, crédula

Una de las tantas contradicciones con las que convivo es la esperanza-incredulidad. Por momentos creo en algo con todas mis fuerzas, y después, con gran decepción, le aborrezco. Conforme pasa el tiempo y me canso de maldecir, intentar ser muy racional, práctica, y hasta cínica, mi estúpida fé regresa de no sé donde y todo vuelve a empezar.

Ya me canse. Con este lindo desfile de cerramiento de círculos en mi vida, ¿porqué no agregar uno más?, ¿porqué no terminar con ésta ingenuidad sacada de la pila de libros y películas que han sido mi compañia/guía de vida?. Me tienen asqueada la fé y la esperanza, a tal punto que emulo a Juliette Binoche en tres colores azul, y parezco tranquila y calmada, hasta que me meto a la regadera y las cobardes lágrimas se funden con el agua. Me fastidia aparentar alegría y buenaondez cuando hay días en los que hay más razones para llorar que para sonreir, justo como dice John Coffey en "The green mile" (Milagros inesperados, pues, cómo lloré con esa pinche película):

"I'm Tired of bein' on the road, lonely as a sparrow in the rain. Tired of not ever having me a buddy to be with, or tell me where we's coming from or going to, or why. Mostly I'm tired of people being ugly to each other. I'm tired of all the pain I feel and hear in the world everyday. There's too much of it. It's like pieces of glass in my head all the time. Can you understand?...That's how it is, every day, all over the world. "

Hace una semana estaba esperanzada en que ganara Obama. Hoy, temo en la decepción que tan elevadas expectativas pueda traer. Aquel día de camino al trabajo venía escuchando Nessun Dorma, si hay una melodía que representa la esperanza -para mí- es esa aria. Alguno de mis contactos del messenger me preguntó de quien era la frase que tenía mi nick: "Change will not come if we wait for some other person or some other time. We are the ones we've been waiting for. We are the change that we seek.", le expliqué que eran del candidato republicano a la presidencia gabacha, él no lo sabía. "¿Pues en qué mundo vives?" le interrogué. Contestó con un "es que no me gusta leer noticias, me deprimen".

Y justo aquella noche ocurrió lo del avionetazo. Fue impactante para los defeños, porque la sentimos cerca. Pero tragedias así suceden diario, en todo el mundo...recordé que los periódicos están llenos de ellas, más que de alegrías.

Tal vez sólo soy una persona triste atrapada en un cuerpo que no me corresponde.

martes, 4 de noviembre de 2008

“Son tres personas que nosotros podemos ayudar” -Convocatoria Urgente-

(la “intro” de éste post es el de allá abajito)


Hace dos años mi amiga Michele comenzó a hablarme por el messenger, preguntaba si tenía ropa o juguetes que ya no quisiera. Me explicó que una de sus compañeras de trabajo iba a llevarlos a gente que los necesitara, el asunto me interesó y comencé a cuestionarle. Lupita (la chica que hacía la colecta) llevaba siete años haciendo viajes a provincia para llevar ropa, despensa, y juguetes. Viaja en una caravana de tres o cuatro autos, va con familiares. Yo decidí unirme a Michele y acompañarlos, así habría un auto más. Encontrar el lugar parece ser lo de menos “es fácil toparte la pobreza en México, desgraciadamente donde quiera hay hambre y necesidad”, me dijo la propia Lupita días después.

Fuimos a San Luis Potosí. Ése es frío y no pedazos. Repartimos las cosas en poblaciones cercanas a la capital (no alcanzo a imaginar cómo estarán los lugares más alejados y marginados). Durante el camino me preguntaba qué le diríamos a la gente, si llegábamos y dábamos las cosas así nada más, o qué demonios teníamos qué decir, qué cara poner...¿qué tal si alguien se ofende?, ¿y si nos corren?, ¿y si no les gusta lo que llevamos?. Nada de esto sucedió, todo fue muy sencillo, la escena era más o menos similar en cada lugar. Llegamos primero a una casita con un caballo afuera, no estaba pintada, no recuerdo si era de adobe. Lupita salió de su auto y le dijo a una señora, que curiosa se había asomado a ver quien llegaba, que traíamos unas cosas para regalar y si quería se acercara a ver que necesitaba. No nos preguntó quienes éramos, ni de dónde veníamos, sólo nos sonrió y dijo un tenue “gracias” cuando desde la puerta de su humilde hogar y sosteniendo unas sudaderas y algunas bolsas de arroz y frijoles, nos vió partir.

En las demás viviendas fue más sencillo, parecía correrse la voz y fueron los niños (mitad mandados por sus madres mitad entusiasmo propio) los que corrían a los autos. Ellos prefieren los juguetes, hubo algunos que pretendían engañarnos y se formaban doble. De inmediato empezaron jugar con todo, a ponerse los suéteres, a medirse los zapatos. Zapatos. Yo casi chillé el día que no encontré ese par de precioso diseño que me encantó en Zara, y a ellos sólo les importa que puedan meter el pie. Muchos de los niños estaban con zapatos rotos (heredados de algún hermano mayor), o en el peor de los casos, únicamente con huaraches.

Me sorprendió la facilidad con la que la gente aceptó las cosas, sin cuestionamientos ni exigencias.
Yo no pensé sentirme tan magníficamente bien al hacer lo que puede ser tan minúsculo.

Más que darle algo a esas personas, me lo dí a mí misma. Y sé que tal vez no es nada, que no cambia nada, que parece no significar nada, que no se está modificando sustancialmente una vida, que no estamos revirtiendo la debacle económica. Pero es lo que pudimos hacer, y lo hicimos. Porque hay millones que necesitan ayuda, y nosotros podemos ayudar a algunos.

La cosa está en suprimir una peda, un gustillo superfluo, alguna compra innecesaria que surge únicamente por compulsión. No es nada que se sufra mucho al perder.

No sé aún a que lugar llevar las cosas (vamos, que ni siquiera tengo auto), pero sé que se necesitan chamarras, sudaderas, cobijas, suéteres, y zapatos, dicen que será un invierno muy frío. Si hay éxito con ésta convocatoria, podría sumárseles despensas y juguetes. Queremos realizarlo en este mes, en lugares donde el frío azote más feo.

¿qué dicen?, opinen, ¡¡¡éntrenle!!!
¡¡¡planeémoslo entre todos!!!

ACTUALIZACIÓN

CUANDO EL PLAN YA ESTÉ COMPLETAMENTE ARMADO-ESPERO QUE SEA EL VIERNES-, LO POSTEARÉ. PUEDEN MANDARME CORREOS A: olga.aranda@gmail.com, O SEGUIR DEJANDO COMENTARIOS EN ESTE POST CON IDEAS O PROPUESTAS DE LUGARES A DONDE IR.

¡GRACIAS!


lunes, 3 de noviembre de 2008

Ceguera

Ya alguna vez publiqué mi lista de directores de cine consumados, idílicos, adorados.
Ahora se les une Fernando Meirelles. Ganó su lugar con la adaptación del libro de Saramago “Ensayo sobre la ceguera”. Escenas brutales, vívidas, observé lo que sólo en mi imaginación tuvo manifiesto al leer el libro, la crueldad humana, el valemadrismo. Aunque ya una película dirigida por él había llamado poderosamente mi atención:"El jardinero fiel". Una obra maestra. Gracias a ella mi visión de África cambió por completo, al igual que se incrementó casi al infinito mi odio a las empresas farmacéuticas y la medicina occidental. Comienza con el asesinato de Tessa, la esposa de un diplomático de la embajada británica en Kenia. Aparte de la historia de amor llegadora y dramatiquísima, hay un par de escenas en el filme que son la médula espinal del mismo, sin llegar a ser evidentes para muchos. En una de ellas, Tessa le dice a su marido Justin (guapérrimo Ralph Fiennes), que detenga el auto para ayudar a un niño que lleva en brazos a una recién nacida con VIH y a su hermana, pues tendrán que caminar cuarenta kilometros durante toda la noche para llegar a su casa. Justin se niega y le dice “No podemos involucrarnos en sus vidas, Tessa”, “¿porqué no?” le pregunta ella con desilusión, a lo que él responde “Sé razonable. Hay millones de personas, todas ellas necesitan ayuda. Es por ello que están las agencias”.

“Sí, pero éstas son tres personas que NOSOTROS podemos ayudar”. Fue la réplica final de Tessa.

Para mí, es una de las razones de ser del arte, la confrontación con la realidad de otros, la de mostrarnos la subjetividad de alguien más y volverla propia, hacerla nuestra perspectiva. Hacernos más humanos.

En el caso de ésta película de Meirelles, el mensaje que me dejan es el de “despertar”, y coincidentemente con su última película, abrir los ojos y ver “de verdad”...Gracias, Fernando.