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lunes, 20 de julio de 2009

Perdóname, blog mío

Ya sé que esto ha pasado antes. Entiendo tu enojo, no quiero pretextarte clichés. En el post anterior intenté salir con un chistorete, no quería volver a verte y que empezara lo rudo luego-luego. Romper el hielo le dicen.

Esta relación ha sufrido muchos altibajos, lo sabes mejor que yo. Nuestro inicio fue esplendoroso pero "como en cualquier amor, el primer mes fue el bueno"-Mecano dixit-. A veces ya no sabía ni qué postearte, no se prever cual será tu reacción. Cada vez me cuesta más trabajo comunicarme a través tuyo. La rutina, la maldita rutina, esas ansias que me dieron de conocer algo nuevo, cambiar de aires, alejarme de ti para entender qué nos estaba pasando. La excitante novedad.

Bueno, ya, sin rodeos. Te soy infiel. Muy infiel. MUCHO-MUY-INFIEL.

Es más joven que tú.
Es más popular que tú.
Es menos complicado que tú.
No me exige tanto como tú.
Entiende que no pueda estar mucho tiempo con él, aunque me aleje, sigue en su desmadre y sin fijón.

Es más fácil estar con él. Es un sitio coquetón y dicharachero. Me hace reír continuamente, tiene cada ocurrencia. Además, es sumamente ágil, intrépido, se entera con gran celeridad de cualquier acontecimiento o chisme banal. Te darás cuenta que lo que resalta aquí es su ligereza. No me siento comprometida ni atrapada, sólo me divierto.

PERO.

Él no eres tú, amado blog.

Él no me entiende.
Él no profundiza demasiado.
Él es inmaduro.
Él es hiperactivo, no puedo seguirle el ritmo, ni la grandilocuencia de su ingenio graciosón.
Él no me sirve para el desahogo o el intento chaquetero de reflexión que solía tener contigo.

Sí, lo veo casi todos los días. Sabe muchas cositas de mi diario acontecer. Pero eso ¿qué?, son sandeces quejumbrosas sin mayores introspecciones. De ratitos y como jueguito está bien, pero para algo serio sólo te quiero a ti. A TI.

Él es un free. Tú eres el amor de mi vida -virtual-.

Perdóname, de verdad quiero que esto FUNCIONE, Estoy dispuesta a poner todo de mi parte. Sé que te lo dije antes, pero esta vez sí va en serio. Ya no quiero estar sin ti, me haces mucha falta. Quisiera que todo fuera como antes. Me fui pero no me fui del todo, pienso en ti todos los días. Escribirte un post era como tocar el cielo. Cuando estoy con él, es tu template el que me imagino. Tus comentarios son más apasionados e intensos que sus cortos y efímeros replies.

¿Podrías apreciar mi sinceridad?. Sé que ha sido difícil para ti también. Pero lo que tenemos vale la pena, trata de entenderme, me vi atrapada entre tanta presión, que si el trabajo, que si mis azotes regulares, reaccioné mal. Esta es una relación larga y difícil de mantener, pero mucho más satisfactoria. Tú me diste alegrías insustituibles. Lo curioso es que de no ser por ti, no lo hubiera conocido a él: el Twitter.

Y siendo más sinceros aún, voy a revelarlo todo. Hay otro por ahí que también me ha hecho ojitos un tiempo, hará más de un año. Es muy guapo, dizque buena familia. Fresón. Pero...es taaaaaaaaaan estupidín. Se la pasa perdiendo el tiempo en tonterías. Es muy superficial, le importa bastante la apariencia. Me parece un tanto hueco. Me gusta verlo de vez en cuando y usarlo para presumir, o babosear, o procrastinar. De ese no te preocupes, no es nadie especial, quizás nomás esté de moda. Facebook no me quita el sueño ni me arranca suspiros como lo hiciste tú.

Te amo.

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(La mera verdad quiero ser bígama virtual, pero no se lo digan al blog, me lo estoy choreando un leve, ya saben cómo es esto.)

jueves, 19 de febrero de 2009

Los extraños designios del blog

Emilio escribió un post lleno de verdades: a veces pareciera que estamos cerca del ocaso blogueril. Blogs nacen, se tornan *aburridos*, se llenan de redundantes anécdotas, se vacían, se espacian, el autor /a se enamora y lo abandona, se da en la madre y regresa buscando consuelo, termina cansándose de él, ha pasado la euforia del inicio, requiescat in pace.

Lo mismo sucede con los lectores, seguramente se hartan de leer, no tiene tiempo de, esperan reciprocidad, descubren con el paso del tiempo que en realidad odian al bloguero que leen y que si lo conociesen le escupirían el rostro por obtuso...¿no les ha pasado eso?, primero AMO tus letras-luego ¿te hicieron una lobotomía?. Ó un “me encanta cómo habla este güey de la melancolía...(tres meses después)...chale, alguien llévele prozac”.

Desde que abrí la maraña la lista del blog roll fue creciendo y no borré a ninguno. Admito que no soy muy cuidadosa y no lo he actualizado desde hace meses, y el criterio para agregar blogs fue cambiando con el tiempo, empezó con los blogs que solía leer hace años (españoles), luego empecé a añadir a mis amigos, blogueros que me comentaban y yo a ellos (justo como lo describe Emilio), luego a los que fuí conociendo en reuniones blogueriles, y luego se me olvidó. Ya no sé cómo re-organizar mi blogroll. También he pensado en que ya chole con el diseño de este espacio "¿es diseñadora y tiene un template tan austero?", sí, lo sé, soy una huevona. Espero que en las próximas semanas pueda cambiarle la fachada y organizar-renovar mis links.

Extraño la época de hace justo un año. En la que la espera se llenaba de ansias por la tardanza de alguno con su post. En la que escribíamos más seguido, porque aquí vertíamos nuestros secretos, miedos, anécdotas, amores torcidos (en el caso de los que funcionan a modo de bitácora personal). Soy el mejor ejemplo de ello: con un putero de trabajo a cuestas y una mente inundada de obsesiones, poco puedo postear y menos aún dar el roll como antes lo hacía, hoy soy consciente de que hay miradas que analizan, juzgan, critican, apoyan, se preocupan (y luego con eso de que hubo quienes vinieron a dar con mi blog...). Ahora que he construido lazos de amistad con algunos, hay veces que de antemano sé de qué van a escribir y viceversa.

Sé que mi estado de ánimo de los últimos meses ha sido depresivo y hartante. Yo misma me he hartado de mí. Esto obedece a una inquietud que traigo en la cabeza desde hace algún tiempo, pues me dí cuenta que algunos que tenía linkeados me han borrado de sus listas. Ni hablar, uno no es monedita de oro.

martes, 1 de julio de 2008

Clases de Gente, o gente sin clase

Sábado por la noche, festejo del cumpleaños de la hermana de una amiga mía. Por capricho o repentino deseo de romper con la rutina, la festejada decide realizar el convite en un antro fresón: Classic, frente a Escenaria, Pudregal de San Angel.

Desde que me invitaron dudaba en ir, ya he platicado que lo mío, lo mío, lo mío, es el barlesque. Sin embargo se me antojó un poquito variar de aires por una noche, bailar en un lugar que no fuese fiesta en una casa (tonta de mí), arreglarme en extremo, estrenar unos zapatos #### #### que tenían tres semanas suplicando el debut(originalmente escribí la marca, sólo era para evidenciar que son lo suficientemente chic para un antrete de ese estilo, y era ridículo que costándome lo que me costaron no me los hubiera puesto antes, tengo mi lado superficial) , salir con mis amigas en una noche de chicas, no sé, sin saberlo la idea parecía divertida. Lo único que me incomodaba era pensar en el cadenero, la fila, y todas esas mamadas (con mordida de diente filoso), que tanto me chocan de dichos lugares. Mi amiga nos aseguró que tenían reservación y bajo esa última condición acepté asistir.

Llegamos poco antes de las once. Obvio, había afuera del lugar bastantes fresitos que con ojos suplicantes rogaban "al de la puerta", la pronta admisión. Desesperadas como somos (y con la amenaza que siempre lanzo al ir a estos lugares "yo no espero más de diez minutos"), nos abrimos paso hasta adelante. Nos pidieron identificación y estábamos a punto de pasar, cuando a alguien se le ocurrió decir (tal vez con la esperanza de que ya estuvieran adentro con mesa puesta, y nos llevaran rápidamente) que íbamos al festejo de ####### ## ####. "Ah, si es para reservación, tienen que entrar por allá", nos comunicó señalando el extremo derecho, el corpulento señor de la cadena.

Así fue que nos dimos cuenta que nuestra amiga y su hermana (arregladísimas ambas) estaban formadas aún para pasar. Mi amiga nos dijo:"Ya vamos a entrar ahorita, pero nos pidieron que entráramos con pareja"..."¡¿Qué?!" pregunté indignadísima. "Yo no creo que haya problema, ya adentro lo arreglamos", dijo alguien más. Cómo me percaté que iban a tardarse, y que éramos las últimas en llegar (de los invitados de esta chica), me salí del contingente a fumar, "ai me avisan cuando entren" le dije a una de mis amigas. Me revienta sentir que me estan haciendo el gran favor de la vida al dejarme entrar a CONSUMIR a un lugar.

Desde esa perspectiva pude ver quiénes llegaban. Escuincles con acentos que no eran fresas, sino lo que le sigue. Una chica con el cabello tan decolorado que parecían canas hechas de paja. También reconocí a una conductora de espectáculos de tv azpuerca, de esas que viven de contar intimidades de "famosos" y "artistas", que anuncian cremas milagrosas contra el dolor, etc. Aún lejos, empecé a marearme con el intensísimo tufo del exagerado uso de las 34985y4 lociones y perfumes diferentes. Estaba yo a punto de ir a quejotearme con mi ensayado "no mamen, ya pasaron más de diez minutos, a la mierda con estos pendejos (los del antro, claro)", cuando me encuentro a toda la comitiva de regreso.

La cumpleañera con los ojos rojos del puro coraje. Ella y un amigo suyo fueron los primeros en entrar, al pasar los minutos, ella les preguntó a los encargados porqué no pasaban los demás.


"Es que no son gente para esta clase de lugar"


A mí me empezó a dar risa (antes que coraje)...pero la pobre festejada salió hecha una furia y muy ofendida. Es guapísima y arreglada como iba ese día, no diferencia alguna con otras que ya habían entrado al lugar. Así que le dijimos que no lo habían dicho específicamente por ella. Lo asqueroso del asunto, es que sí no fuera "ella", ¿No tiene igualmente el chingado derecho de festejar donde quiere festejar si va a pagarlo?. El real *pero* fue que algunos de los amigos de ella no iban tan fufurufos, y parecían de 20 años.

Para todos los que dicen que es una jaladísima eso del protocolo emperifollado...pues...yo lo justifico. Es una jalada, pero es lo mismo que querer ir a jugar golf con zapatos de tacón.

Lo que NO justifico es la marginación por colores de piel, estructura física, despegamiento al canon de belleza en turno, portación de marcas de ropa "exclusivas". ¿Qúe demonios les garantiza a estos güeyes que el chavito fresa va a pagar más que el güey de tenis mike, moreno, camisa sencilla?, por ejemplo, yo tengo un cuate que le vale madres la ropa, más aún la marca de ésta...y teniendo varo. Le entra duro a las parrandas. Ahora sé, que a él jamás le dejarían entrar a tan exclusivo tuguriom aunque pueda gastarse sin remordimientos varios salarios en una juerga.

Lo extraño es que según sus parámetros, los güeyes de la entrada están a años luz de ser gente para "esa clase de lugar", ¿Qué tantos complejos puede llegar a desarrollar un cadenero? (por aquello de marginar a los de su misma "condición").

Entonces, la prima de mis amigas nos sugirió ir a un lugar en Insurgentes, a la altura de Av. de la paz. "Si usted no es gente para el Classic, tal vez lo sea para el Zinc", murmuré. Al menos hice reir a mis indignadas acompañantes. El chafilla lugar al que llegamos resultó ser nostálgico ja!)...ahora con la ley antitabaco, se han dado cuenta de que lo que en verdad extrañan sus clientes es el humo, por lo tanto, lo generan artificialmente, todo un espectáculo maravilloso de gases con un olor sino malo tampoco agradable (¡¡y rayos lasser!!). La música...de Menudo. Me sentí en unos XV años de 1987. Había unos tipillos, de esos que quieren ligar con la mirada y contoneando sus no-torneados cuerpos al ritmo de reggeaton, todos ellos muy, muy sensuales, me encanta, de verdad me encanta que desconocidos me acosen con la mirada (y si es lujuriosa y están casi babeando aún mejor). El servicio tardó tan sólo 20 minutos en traer nuestros tragos...su portentoso cosmopolitan de 90 pesos, me supo a barrilito rojo, con jarabe para la tos, y 2 gotas del alcohol del 96. Ni la naranjada de la más solemne de las asistentes sabía a naranjada. Asco total. Y el jefe de meseros que empieza a molestar con que "es que cada cuatro o cinco personas deben consumir una botella para estar en la sala vip". Sí, es que como el lugar estaba a reventar (mitad de la capacidad), la música y los dj's prendían de verdad, es lógico que ellos tuvieran esas demandas.

Mandamos al carajo a este tipo, pagamos la cuenta y le dije al mesero cuando nos fuimos que sus bebidas eran abismales (¡ja!, pa' los fans de friends, es el mismo calificativo que utiliza un crítico teatral al describir la actuación de Joey Tribbiani, recurro a menudo a esa palabra recordando la cara de Joey complacido, pues él cree que lo alabaron).

Concluyendo, la clase de gente apta para el *Classic* son, ó descerebrados (conductores que dicen burradas y bajezas), ó de varo (o al menos deben aparentarlo), ó hipermamones, ó despistados en busca de nuevas aventuras (como yo, la todamodesta), ó todas las anteriores. La gente apta para el *Zinc* son, ó rechazados del Classic, ó tienen mal gusto, ó están en rehabilitación alcohólica (por aquello de que sus bebidas contienen-saben a todo menos a alcohol), ó son nostálgicos del humo en los bares, ó les encanta el reggaeton mal mezclado, ó todas las anteriores.

Gente de México con ganas de antrear...no rueguen por las míseras migajas de mal esparcimiento que les pueden ofrecer estos putres lugares, ambos dos, ejemplos de extremos recurrentes. Son una basura. Es un insulto lo que le hacen a sus propios clientes (porque cualquiera con el dinero para pagarlo lo es). No quiero ir a un antro nunca jamás (seguro lo haré, pero bajo obligadas circunstancias). Prefiero las fiestas con ondita, donde se baila de todo, donde tú compras lo que bebes, donde puedes fumar, y donde hay diversidad de gente y de conductas.

Soy una ingrata malagradecida que no ha dado el blogroll como se debe, es decir, comentando. Mucho trabajo, y distracciones en el trabajo, se reanudará el servicio en breve, disculpe usted.