miércoles, 27 de agosto de 2008

Ironías Olímpicas

El deporte más hermoso del mundo (al menos para mí, y aunque digan que parece circo): La gimnasia olímpica. Ahora, es dominado por los más feos del mundo: los chinos (¿por qué se cortan el cabello así?). Ya sé cómo se lee, horrible, marginante, políticamente incorrecto, racista. Pero siendo estrictos, dentro de la estética visual hay varias categorías: bello, feo, grotesco, sublime, etc. Entonces, al decir que para mí los chinos son feos, no me refiero a que no sean estéticos, lo son, pero no son un pueblo que se caracterice por ello. Si hasta ellos se autodiscriminan. La niña que cantó en la ceremonia resulta que hizo playback, porque la que realmente entonó la oda a la patria estaba "no tan linda"¿?... yo no entendí sus criterios, cuando vi "cantar" a la niña "bonita" parecía que se le iban a salir los ojos, me dió miedo. No quiero ni imaginar el trauma de la que en verdad cantó "lo sentimos, tu voz es fenomenal, pero estás gordita y tienes los dientes chuecos, no, no, qué imagen vamos a proyectar a nivel internacional, tu quédate aquí atrás, y deja que se luzca Lin Miaoke, que sí está linda". Qué culerada.



Yo las veo iguales. Pero la de rojo me asusta, tiene expresión demente.

Después, en la misma ceremonia, salieron cincuenta y tantos niños chinos representando a las etnias del país. Resultó que la mayoría eran de la misma raza...

Algo que al parecer sólo yo noté: Las mascotas olímpicas (fuwa) tienen un sospechosísimo parecido a las muñecas mexicanas de yute:




¿Es mi alucín?

Durante estas dos semanas seguí tantas competencias como pude. Siempre me ha gustado verlas. En el 88 durante las olimpiadas de Seúl, quedé maravillada cuando a las (y los) gimnastas. Practiqué humildemente ése deporte casi cinco años, pero nunca hubo en mí aspiraciones de competencias ni trofeos, en parte porque empecé ya grandecita, y el gimnasio a donde iba era de lo más austero. Han sido los golpes más impactantes de mi vida: una caída en la viga, siendo ésta de madera vil (duele como si un fortachón te pegara con todas sus fuerzas), un azotón del salto de caballo por no calcular la caída. Realmente en las barras nunca fui muy buena (y cómo dijo dicharacheramente profana: ahora nos aplicamos en las barras libres), donde radicaba mi fuerza eran las piernas y el abdomen. Podía hacer 100 abdominales y sentadillas en minutos. Por eso sé, intuyo, la cantidad de ejercicio y práctica que necesita un gimnasta para una competencia mundial; por eso mis respetos, admiración y asombrados aplausos a todos (todos) los deportistas que participan en una olimpiada. Sentado en el sillón de la casa es bien fácil criticar.


En los ochentas y noventas me imaginaba que nunca vería a deportistas que no fueran gringos dominar en atletismo. A otros que no fueran rusos, la gimnasia, no me imaginaba que China desbancaría a potencias deportivas del primer lugar en el medallero. En estos juegos, extrañé aquellos años. Y es que, algo tienen los chinos que no me gusta. Su política exterior e interior no me simpatiza, no confío en un país que se declara comunista y de comunista tiene sólo el nombre del solitario y omnipotente-presente partido que lo gobierna...¿comunistas?, sí, con un régimen autoritario y marcial, sin protección ni derechos laborales, sin educación pública y gratuita, sin libertad de expresión, donde las páginas de amnistía internacional y otras asociaciones de derechos humanos están bloqueadas. Una "potencia" con ochocientos millones de pobres, con mala calidad en sus productos, con clonación/copypaste/vil-fusil en casi todo lo que elaboran y venden.

Será también, que odio al país que se cree dueño del mundo, como cuando todo era EUA vs URSS, me enervaban ambos dos. Luego fui acérrima antiyanqui (de alguna forma lo sigo siendo, pero no generalizo y mi desprecio está concentrado en los pendejos que lo gobiernan). En algún lado leí que el patriotismo es una forma de egoísmo comunitario, y sí, todos aquellos países con ansias de pertenecer al G7 pareciera que sólo piensan en la forma de chingarse a los demás buscando sólo su beneficio (primero el de la clase gobernante, luego el de la demás gente de su país). Ahora los chinos, los condenados chinos...Mafalda bien lo temía, el día que se lleguen a organizar y decidan todos juntos brincar al mismo tiempo, agarrémonos porque va a temblar.

lunes, 25 de agosto de 2008

Regresando de las Vacaciones mentales

Ya estuvo buena mi flojera.

Me encontré este video. Me acordé de Wall-e y Eva.

Obvio, ni lo sueñen putas computadoras (pc's), esto jamás pasará.


viernes, 15 de agosto de 2008

Irrelevante

No hay nada de lo que quiera escribir en éste instante. Nada importante, nada trascendente. Vamos, ni un partido de futbol cuyo resultado me haga sufrir (como he dicho antes, me apasiona), ni hago ejercicios extrasistólicos. Nada.

Tal vez, aún no lo sé, en un futuro me agradaría escribir algunas cuestiones de mi vida, como desahogo-escupitajo de corajes, sin recurrir a la criptación o al sarcasmo. Ser explícita, porque de alguna manera, aunque las palabras sean sólo palabras, el sacarlas a la vida y leerlas las hace más reales de lo que podrían significar únicamente retumbando o dando vueltas en mi mente. Ser específica.

Mientras tanto, dejo aquí unas palabras que capturé de una entrevista al ecléctico Alejandro Jodorowsky.

"La vida se va soltando poco a poco…

Eres como una escultura que se echa a rodar por una montaña, lo que se quiebra no valía, lo que queda es lo bueno. Vas soltando cosas, los deseos de apropiación, los deseos de triunfo, vas soltando que te amen, que giren alrededor tuyo, hasta llegar al alma impersonal es cuando puedes aceptar el vacío y desaparecer, siempre que hayas dado, lo que das te lo das, lo que no das te lo quitas, lo que haces al otro te lo haces a ti mismo.

Voy a vivir profundamente este instante, si no soy yo quien lo vive ¿Quién?, si no es aquí, ¿Dónde?, si no es ahora, ¿Cuándo?, si no es de ésta manera ¿Cómo?"

¿A poco no cuándo quiere le atina a las cosas bien bonito?. Maravilloso.

lunes, 11 de agosto de 2008

Exagero

Exagerar el vacío
Exagerar la nada
Exagerar la ausencia
Exagerar la angustia
Exagerar el miedo
Exagerar los vicios
Exagerar la indiferencia
Exagerar, porque es la única manera de encontrarle sentido al sinsentido,
sabor al sinsabor,
dramatismo a la cotidianeidad,
magnificencia a la escasez,
importancia a la nimiedad,
amor al desamor.

jueves, 7 de agosto de 2008

Mil novecientos sesenta y ocho

El gran año. Paralelamente a los sucesos acaecidos en el mundo, en México se distinguen dos, contradictorios. La olimpiada de la paz. El genocido cobarde.

Hace poco fui al Museo de Arte Moderno, visité la exposición "Diseñando México 68: una identidad olímpica". Había un mapa que mostraba al DeFe de ése entonces, qué pequeño se veía. Limpio, menos poblado, vintage. Sin esperarlo, me invadió una nostalgia por lo desconocido. ¿Cómo puedes añorar una ciudad que no conociste, un tiempo no vivido, una época en la que no estabas ni en los planes de dios?.

Fueron los primeros juegos en los que se incluyó una olimpiada cultural (ahora sería inconcebible tal desapego), que tuvieron simbología, que se transmitieron a todo el mundo. Los mexicanos la tenían difícil: " Toda la prensa europea se pregunta cómo ha sido posible que el Comité Olímpico aceptara que tantos deportistas sean expuestos a condiciones tan poco frecuentes. Ya se formula la exigencia: ¡Quítenle a México los Juegos Olímpicos!”. Ja, tarados. Resultaron un parteaguas en la realización, un hito en la creatividad de su diseño, atletas rompiendo récords mundiales que se mantendrían por décadas. Es obligado como diseñador ir a esta expo (y como defeño también).


No sé, me dió también esa onda de orgullo-gusto-¿vencomosipudimosybienchido,putos?. Algo que también descubrí es que toda la tendencia diseñística del logo y parafernalias similares no surgen exclusivamente del op art (lo que ignorantemente pensé desde la universidad), también lo hacen de los coloridos y contrastantes diseño de arte huicholes. Un mestizaje de estilos.

También caí en la cuenta de la cantidad enooorme de construcciones que se llevaron a cabo...y que llevan los nombres de los niños héroes... Gimnasio "Juan de la Barrera", Alberca Olímpica "Francisco Márquez", Palacio de los Deportes "Juan Escutia", jamás hice esa lógica relación, del último ignoraba el nombre original.

Quedé maravillada. Oía las fanfarrías que se compusieron especialmente para los juegos, videos de las competencias, fragmentos del documental "Olimpiada en México" (el único de esta índole nominado a un Óscar), la certeza de saber que más que millonarios patrocinadores (que en lo absoluto tendrían que ver con el deporte -¿coca cola?¿mcdonalds?-), que ciudades de opulentos países, que amañadas triquiñuelas para lograr la elección, ésta se logró a base de creatividad, esfuerzo, y buena :

"México desea mostrar al mundo su rostro contemporáneo, y anhela que los Juegos que organiza sirvan de punto de partida de nuevas experiencias para futuras sedes. Con el conocimiento mutuo, la fraternidad y la amistad, los jóvenes de los cinco continentes alcanzarán una estrecha relación que les hará sentir el respeto que merecen todos los hombres. Una mayor proyección espiritual: hermanar el arte y el deporte, el cuerpo y el intelecto. Juegos Olímpicos del Deporte, de la Cultura y de la Paz."

Arq. PEDRO RAMIREZ VAZQUEZ, Presidente del Comité Organizador.

Mientras continuaba fascinandome con la exposición, un video donde "Cantinflas" regañaba a una mujer por tirar basura a la calle y le decía que debíamos dar nuestra mejor cara, enseñarle al mundo un país lindo y educado...acto seguido, empezaba otro anuncio de la misma factura, pero en ésta ocasión Canti reprendía a un hippie, argumentando con las mismas oraciones, pero haciendo hincapié de "esos pelos", "esa ropa", "esa rebeldía"...A la par de mi descontento ante la "ingenua" y "sutil" intolerancia hacia los jóvenes del país, comenzó la proyección del discurso inaugural del gorila infeliz que fungía como presidente es ése entonces (del cual no quiero ni mencionar el nombre)...Sólo eschuchar el mediocre tono de voz me revolvió el estómago. Y luego, una imagen que me confundió:



De ninguna forma éste cartel me remitió al deporte olímpico de "Tiro"



El otro sesenta y ocho emergió en mis pensamientos.

La primavera checa, el mayo francés, los jóvenes del mundo y su poesía, sus sueños, sus ideales, sus protestas:

"Seamos realistas, exijamos lo imposible"

"Están comprando tu felicidad. Róbala."
"Olvídense de todo lo que han aprendido. Comiencen a soñar."
"Somos demasiado jóvenes para esperar."
"Las paredes tienen orejas. Vuestras orejas tienen paredes."
"No es el hombre, es el mundo el que se ha vuelto anormal"
"Pensar juntos, no. Empujar juntos, sí."
"Prohibido prohibir. La libertad comienza por una prohibición."
"La vida está en otra parte."
"La imaginación toma el poder."
"No puede volver a dormir tranquilo aquel que una vez abrió los ojos."
"Abajo el realismo socialista. Viva el surrealismo."
"Cuanto más hago el amor, más ganas tengo de hacer la revolución.
Cuanto más hago la revolución, más ganas tengo de hacer el amor."
"No se encarnicen tanto con los edificios, nuestro objetivo son las instituciones."
"Un pensamiento que se estanca es un pensamiento que se pudre."

Y surgió, mucho más fuerte y cercano, el dos de octubre.

En la conmemoración del treinta aniversario de la matanza de Tlatelolco, invitaron a una mesa redonda en el auditorio de la preparatoria seis (la freseis, pues) a algunos estudiantes que estudiaban ahí en 1968, entre ellos Paco Ignacio Taibo II. Ni la mitad del auditorio estaba ocupado (a diferencia de cuando el equipo profesional de los Pumas iba a recibir a los de nuevo ingreso). Yo me encontraba entre los que acudieron a esa cita, aún no cumplía 16 años e iba en sexto (él estaba también). No valdría la pena que con mi poca elocuencia tratara de resumir la narración de los ponentes. Justamente, me encontraba muy clavada con textos de la materia de "Ética", estaba estupefacta al comprender que los jóvenes de mi generación estuviéramos tan pasmados, tan cómodos, tan enajenados, tan en la idiota. Trataba de imaginarme viviendo en el 68, no en el indiferente 1998. Cuando comenzó la serie de preguntas, algunos estudiantes salían con ocurrencias como "¿y cómo era la escuela?", "¿No los regañaban sus papás?"...Yo me armé de valor y salí con la mía: "¿Porqué creen que los jóvenes de hoy estén tan muertos en vida (válgame), que no exista una genuina preocupación por la política nacional, por la crisis social, por la pobreza extrema, por volvernos un cambio...si los jóvenes de México estamos como zombies, qué podemos esperar de los adultos, porqué nadie hace nada, porqué todos se callan, porqué Acteal, porque no resurge ese espíritu arrebatado y revolucionario, yo contemplo a mis compañeros, y observo más preocupación por vanalidades, nadie se inmuta ante la injusticia (y entonces voltee a mi alrededor y ví la cara de desaprobación de muchos estudiantes, y opté por terminar) porqué?...Lo único que podía sentir en ese momento era el enrojecimiento de mis mejillas y el temblor de mis manos, tanta fue mis pasmación que no logro recordar bien a bien qué me contestó Paco. Si acaso las frases "creo que no es una pregunta lo que dijiste, es una queja", "la gente está demasiado cómoda", "la situación no es la misma, ya no existe tal represión, ustedes gozan ahora de más libertades gracias a ése movimiento"...De hecho hubo algunos chavos que empezaron a decir que ellos no eran así (¿porqué la gente suele ponerse sacos que no le tocan?), que estaban "vivos", que para nada se sentían cómo "zombies", porque sí respiraban y caminaban e iban a la escuela... (chale, ¿ya en la preparatoria y no detectaban metáforas?).

Al salir del auditorio las miradas lascivas continuaron, pero mi profesor de ética, Andrés L., fué a hablar conmigo, de alguna forma me felicitó, y me dijo que estaba en lo correcto, pero que no esperara que los demás recibieran con gozo una correcta observación que ni siquiera podían entender. Mario y mis amigas también me echaron porras y diciendo que había sido muy valiente por expresar lo que tanta molestia me causaba. En realidad me sentía muy abochornada, me había exaltado en demasía.

Un par de días después comenzaron a organizar la marcha del dos de octubre, yo estaba más que dispuesta a ir. Era un día lluvioso. De pronto comencé a ver el contingente que se reunía. Los pseudohippies que por increíble que parezca, eran los más fresas de la seis (y eso es muuucho decir). Los que marginaban, los que se sentían parte de un "cambio" por no entrar nunca a clases, no abrir un libro, y tomar chela/fumar mota desde los 14 años. Los que estaban en "la lucha del pueblo", pero vestían pandrosas ropas carísimas y de marca. Los que trataban a los inadaptados (como yo) peor que escoria, porque no éramos populares, no andábamos en raves, no teníamos nave, no teníamos 3 novios, etc. Los que empezaron con la modita de terminar y empezar cada frase con la palabra "güey". También reunidos ahí estaban los más desmadrosos. Los que llevaban 6 años en la prepa, repetidores por gozo, los que no podían hilar una sola plática, no digamos inteligente, congruente (los cuales sospecho que ahora engrosan las filas de algunos partidos políticos). Empecé a escuchar en mi radio que otros grupos estaban causando desmanes en el centro: pintando (no las maravillosas frases de arriba) improperios pendejos y garabatos ininteligibles, saqueando comercios, secuestrado camiones. Sí, no estaba ni cerca del sesenta y ocho. Y me dí cuenta que para ellos, la marcha, la protesta, los ideales, no eran mas que un pretexto para: Su diversión. Su vacío desgarramiento de vestiduras. Su presunción. Decidí no ir a la marcha.

Desde entonces quedé desencantada. A pesar de lo que he leído y visto, aún no comprendo muchas cosas de ése movimiento estudiantil, me habría encantado ser una joven en esos días y haber estado ahí para saber de primera mano, sin nostalgias, sin manipulaciones, lo que realmente pasó, y sí de verdad estamos tan lejos de la circunstancias políticas y sociales que le dieron lugar. Hoy, la vida política de México parece una competencia para ver quien es más radical ante una postura. No existe el diálogo objetivo y sin insultos.

Parece que nunca más se gestará una unión civil como la de aquel prodigioso año.

lunes, 4 de agosto de 2008

Buenas nuevas de harta felicidad

Agosto no es un mes que me agrade. Contiene fechas tristes para mí. Sin embargo, me propuse que en el 2008 sería diferente, que no miraría nostálgica, autocompasiva, ni dolorosamente hacia el pasado.

Para empezar, el primer día festejamos la vida de una de mis mejores amigas, su cumpleaños. Hemos tenido dos peleas medio extrañas, precisamente porque somos muy próximas. Es más difícil tener rencillas con la gente que es ajena. Ella, lejos de ser egoísta, eligió una cantina de coyoacán donde se puede fumar (tiene un patio protegido con una lona) pues sabe que a todos nosotros -los viciosos- nos ha traído en jaque la chingada ley (yo sigo exigiendo la apertura de bares para fumadores). El lugar me gustó tanto, que seguramente convocaré próximas reuniones allí, nada como conbeber mientras se escucha un trio (musical, que conste). Me he dado cuenta que soy del tipo borracho feliz que se siente medio cantante y se azota con canciones populares llegadoras de antaño (que son las únicas canciones llegadoras que existen, las de hoy me provocan más bien risa penosa). Me las sé todas, y las canto desgarradoramente mientras sostengo mi cerveza, mediando entre lo cómico y lo festivo. Eso sí, las de Javier Solís me son sagradas...y en esas me turno más respetuosa y ácidamente solemne. Para mí es el mejor cantante de música *mexicana*, qué voz, qué actitud, qué todo. Creo que desde niña tengo un crush con él, a mi madre le encantaba y constantemente lo escucha. Creo que mi madre también tiene un crush con él. Esa noche culminó espléndidamente.

El sábado me puse infructuosamente a cocinar. Botana, una simple botana. Mi madre tuvo que ir en mi auxilio. Mi amigo Rodrigo decidió matar dos pájaros de un tiro: bautizar a su Rorrita y matrimoniarse el mismo día. Unos amigos y yo organizamos una pequeña reunión a la que le pusimos el título de *despedida de solteros*, pero en realidad era por el puro pretexto de reunirnos y que los novios no salieran con que *no les organizamos nada, pinches amigos pasados de lanza*...

Me enferman ese tipo de fiestas, no les encuentro el porqué. En el caso de las despedidas de solteras la cosa se pone peor, son casi vomitivas. Se dividen en dos, las noñas donde tus tías, primas, madre y abuelas te dan *consejos* de la vida matrimonial (como si la gente experimentara en cabeza ajena), mientras desfilan una serie de juegos idiotas y machistas. Por otro lado están las despedidas *subidas de tono*, en ésas, no están ni las abuelitas, ni las tías, ni las mamás (a menos que la familia de la novia no sea una típicamente mexicana), sino las primas y amigas desparpajadas que contratan a un stripper o se lanzan a un chipandale. ¿Alguien me explica qué le ven de sensual a un güey moviéndose cómo mujer (es que esos movimientos caderiles sólo se ven bien en una mujer, digo yo)?, y eso sin mencionar el ya conocido aspecto de estos muchachos...ponchados pero federales. En el caso de las despedidas de soltero la cosa es muy distinta. Tal vez sea por ello que me cagan esas pinches *celebraciones*, son injustas para mi género. Una verídica despedida de soltera debería incluir a los amigos de la novia, y llevarse a cabo en un bar lleno de hombres guapetones que olieran maravillosamente y cuyo trabajo consistiera en lanzar miradas coquetas a la novia en lugar menearle el pito a 2 cm de la cara.

Ni Rodrigo ni su novia han sabido llevar bien la penosa situación de *boda auspiciada-patrocinada*. Lo que comenzó como un entusiasmo exagerado por ser elegidos como padrinos de su retoño, se convirtió en un encaje aún peor que el del güey que quería que nos pusiéramos con las chelas para su boda. Pero por lo menos el Ro es mi cuate de muchos años, y digamos que estuve más dispuesta a apoyarle, idea que no todos mis amigos comparten, por lo que no estábamos muy emocionados a la hora de organizarles la mentada despedida de solteros, para algunos resultó un fuerte gasto el patrocinio.

El convite resultó relajado y ameno.

Durante el domingo todo parecía normal. El paseo por el tianguis, el tlacoyo de nopales como desayuno. El agua de horchata que ayudaba a calmar la leve sed de una cruda mínima. Un día ordinario hasta las siete de la noche. Dejó de serlo porque me enteré de la inminente existencia y próxima llegada de una minúscula criatura que vive ya en el vientre de mi hermana. Yo, sé que veces pierdo la en el género humano y que de pronto me veo en los límites de la misantropía ordinaria, sin embargo, me siento feliz por la Fabiola y su mareado, no puedo pensar en otros más indicados para desempeñarse como padres. Estamos hartísimamente contentos.