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miércoles, 17 de noviembre de 2010

La existencia de la nada

En la misma tarde vi dos películas de la muestra Internacional: "Somewhere" de Sophia Coppola y "Antichrist" de Lars von Trier. Llegué a la Cineteca poco antes de las 3:30 y apenas alcancé boleto para la segunda. Sabía que el morbo sería el motivo de algunos para verla, tan escandalosa que estuvo en Cannes, tan planeada para jamás proyectarse en semejante país ultra católico, tan espantadas que salían las personas de las salas.

Somewhere, cuarto filme de Sophia Coppola, nos presenta a un hombre que parece haber logrado todo sin mucho esfuerzo detrás, es un actor. La jauría hollywoodense es dueña de un poder incalculable punto y aparte del dinero, posee el don de la perpetua servidumbre del prójimo y todo lo que pudiera implicar: favores gratuitos, amabilidad excesiva, sexo casual a raudales. Es la nobleza de la posmodernidad. Coppola consigue que algunas secuencias que ocurridas en otro ámbito son muy disfrutadas por el género masculino (un par de encantadoras gemelas rubias haciendo table dance), sean tediosas e incluso aburridas. Un topless más, un topless menos… pfff. La repetición como forma de nulificación del asombro. La satisfacción de los deseos como asesinato del entusiasmo. Johnny Marco es un hombre que vive una vida vacía, no está, no es. Y se da cuenta. Se da cuenta que no es nada, que no es nadie, cae al vacío, a la desolación más tremenda de todas, la de no tener porqué vivir. (-¿Haber logrado todo no implica ese castigo?-). No hay una tragedia, no existe una vida de miseria o una historia de fracasos detrás de tal pesadumbre.

En "Antichrist" se explora el dolor más profundo que puede experimentar un ser humano, la muerte de un hijo. Existe un motivo para precipitarse al vacío al contrario de "Somewhere", aquí hay uno clarísimo y punzante. Y lo es más por la manera en la que la tragedia ocurre ya que es durante el coito de los progenitores. La poderosa distracción de un encuentro tórrido y brutalmente sensual. De haber pasado en otras circunstancias la culpa no sería tan lapidaria. Él, psicoanalista, decide tomar en manos propias el caso de su esposa contra lo que toda ética pudiera aconsejar. Es entonces cuando atestiguamos las consecuencias y el dolor casi perceptible de ella (de hecho ambas películas consiguen transmitir cierta cantidad de angustia en algunas secuencias), sus ataques de ansiedad, su autoflagelo. La actitud amena y a la vez distante de un esposo preocupado por representar cabalmente los papeles de médico-paciente y no cruzar la frontera al lado de los amantes. Lenta y fantásticamente va develándose la premisa del filme ¿A qué le tiene miedo la mujer? ¿Por qué su lamento es atípico y extremoso? La primera respuesta resulta simple al principio, fobia a la naturaleza. Tomando en cuenta que a mayor exposición al miedo, superación del mismo, él la lleva al bosque donde tienen una cabaña. La mujer le tiene ese horror a la naturaleza, porque la vida muere, porque la naturaleza en su fuerza creadora necesariamente destruye, porque la muerte existe por el sexo. Porque no importa qué, todo lo vivo debe morir, la muerte es la cuota por coger. Y qué es el ser humano sino parte de la naturaleza, su víctima, su propio hijo. El hombre a imagen y semejanza de madre natura es maravilloso y a la vez terrible. El giro de tuerca de la película es poco común y desolador.

Me llamó la atención la paradoja en ambas, tanto quien tiene todo está vacío, quien lo pierde todo se consume.

Salí del cine con una nebulosa enorme, satisfecha de haber visto dos excelentes películas que me hicieron recordar algo que siempre he defendido y pensado, que la mente y la naturaleza humana son incomprensibles y a veces injustificables "los misteriosos caminos de la psique humana"(sin meterme con los discursos de la psicología) y que no necesita de motivo alguno para hundirse en lo atroz.

PD 1.- Qué grandes son Charlotte Gainsbourg y Willem Dafoe. Pocas veces un actor merece tanto respeto. Son, sin contar al niño que muere en los primeros minutos de la trama, los únicos actores de la película. Cargan todo el peso de semejante mounstruo encima, y pueden con él. La estética fotográfica es suprema, SUPREMA.

PD 2.- Me quedé pensando si acaso la película de Sophia no hace algún tipo de guiño autobiográfico. Johnny Marco tiene una hija de once años que lo visita y se da cuenta de las patanadas del padre. Una hija que llora por el abandono.

domingo, 31 de octubre de 2010

Tarantineando Salerosamente

Las historias no saben bien si uno no cuenta los bonitos antecedentes que las adornan, los sutiles detalles que diferencían una imagen que cumple con el deber de informar, de la obra maestra que se convierte en una épica gráfica.

'Tonces empecemos acá, cuando inicié mi vida interneteril. La tontilla explicación de porqué elegí este nickname para mi blog, simple: admiradora nostálgica de Javier Solís y en especial de la canción Malagueña Salerosa, fanática recalcitrante del cine de Quentin Tarantino, amante confesa del Distrito Federal. Luego este blog me llevó a conocer a mis queridos amiguines, conpinches de las juergas que me alegrarían muchas noches " Do you know what this is? It's the world's smallest violin playing just for our lost happiness". En alguna de ellas, so pretexto del triunfo de un twitero en el ardid publicitario que se transformó en divertida parodia electoral, bebíamos en el centro de la ciudad, para ser exactos en la ya celebrísima cantina Salón Corona. Aquella noche de domingo formamos un grupo numeroso, cosa rara dado el día, pues por todos es sabido que los domingos son para dormir (deberían llamarse dormingos) y durante la noche hacer la tesis, el trabajo atrasado, o dejarse abrazar por la depresión y la ansiedad que nos provoca el inicio de una semana más y la vuelta a la rutinita de mierda de la que tanto nos quejamos cinco días a la semana.

Como éramos muchos y mucha la cerveza, el entusiasmo y la risotada estaban a más no pedir. La borrachera fue de proporciones épicas. Alguien fue sacado en brazos de un baño. Otro se cayó en Isabel la Católica al encapricharse con manejar una bicicleta en completo estado etílico.

Teníamos tantísima pila que nos mudamos de Cantina cuando cerraron el Corona. Nos dirigimos a la Dos Naciones, famosa por su caldo de camarón (¡Gratis!) y porque las muchachitas espantadas que no han visto mucho mundo pueden contemplar de cerca cómo trabajan las ficheras y los miserables que son en realidad los auténticos borrachos de cantina, o sea güey: un lugar kitsch donde los mozalbetes juegan a ser tipos duros con la consigna de que ser naco es chido. Yo la conocí porque en ese folklórico lugar mi mejor amiga de la universidad celebró su cumpleaños veintiséis por recomendación de su exnovio, un músico que aquella noche reprodujo casi perfectamente el diálogo de Mr. Brown sobre el verdadero significado de "Like a Virgin". Pero ese domingo de finales de enero el lugar estaba semivacío. Pusimos música en la rockola y bailé con dos amigos (no, no era un concurso de twist), al terminar la segunda canción, uno de ellos escuchó en la mesa cercana al viejo artefacto a un par de extranjeros hablando francés. En esos días yo empezaba a planear un viaje a Europa y había sido el objeto de muchas burlas por mi pobre desempeño en la belle langue. Entonces, porqué no, a mis amigos se les hizo fácil hablarle a los fuereños e invitarlos a nuestra mesa cumpliendo cabalmente con el cliché del mexicano amiguero, fiestero y hospitalario. Platicamos con un francés que viajaba solo y hablaba un español bastante entendible, el otro resultaría un canadiense que no se comunicaba más que en inglés pero llevaba una cámara con la que inmortalizó nuestra radiante salida de la cantina en la madrugada. La magia de la supercarretera de la información -slogan noventero- nos permitió seguir en contacto con el franchute, al día siguiente ya éramos amigos en facebook.

Mi nuevo amigo cumplía cabalmente con el cliché del francés que se enamora de México: adora los tacos al pastor, la cerveza mexicana, sabe casi todos los equipos de la liga nacional, le gusta el español y no dejaba de alabar lo maravilloso que es nuestro país, como dato curioso comparte apellido con la señora de Nicolás Sarcozy. No supe bien cómo es que los demás y yo nos convertimos en sus guías de turista por un par de días, un poco por gusto pero más por una extraña obligación de no dejarlo paseando solo en la ciudad. El último día, justo antes de partir al aeropuerto, todavía lo llevamos a Garibaldi a probar el pulque, cosa que también valió para mí pues nunca antes se me había presentando tal oportunidad.
¿Rink? Oh, the mexican emperors suena como mexicana empedarse.
Lo hice con bastante suspicacia y terminé adorando su sabor a tal grado que ese día a pesar de que el visitante ya había dejado el territorio, busqué otra pulquería en el centro (¿por qué no?) y de nuevo sin saber cómo, empezamos a platicar con un grupillo raro como extraído de 1999, donde una chica hablaba de la huelga de la UNAM y la gratuidad de la educación con el tono más fresa posible y con evidentísimo arrastre de letras, recordándome vívidamente a los chairos de la prepa seis y la huelga de aquel año. Era un pintoresco, lamentable y terriblemente extraño grupo de personas que ahora a los sociólogos y comunicólogos les gusta llamar con notoria preocupación "ninis", un pseudopoeta -poetwittero- que en cada oración usaba la palabra "goooeii", un estudiante de diseño que me contaba de raves y de que trabajaba como chofer para pagarse la escuela y supongo que sus gustos junkies.
La greña del muchacho poeta. Díganme si no es un corte noventero. Niéguenlo. Ella es la chica guapa. En la foto no se ve pero tenía un cuerpazo.

Y sí, todos se habían conocido en la pulquería esa misma tarde. Apenas eran las nueve de la noche y fuimos a otro lugar, por más pulque. En el trayecto la chica guapa estaba tan bebida que se detuvo a orinar sin asomo de pudor atrás de un auto -y sin otro al frente que la tapara- en pleno Mesones. "Órale con la ruca reloca que se quedó orinando allá atrás" comentó el poeta. ¿Qué hacía yo con esa gente y por qué no me iba? Tal vez era la escuincla espantada, aunque entrada en años, con ganas de conocer esos mundos de los cuales siempre había sido sólo una gris espectadora a través del cine kitsch. "Well, let's just say I like to -try- live dangerously". Pláticas inconexas y bastante risibles (en mis interiores no dejaba de burlarme del bobo que me resultaba el poeta) prosiguieron un par de horas en otro local con un mobiliario que casi parecía sacado de un lote baldío y gente que fumaba mota como si estuviéramos en Ámsterdam. Un lugar al que con mucha probabilidad no regresaré y que en otras circunstancias no visitaría.
"No subject will ever be taboo. Except, of course, the subject that was just under discussion. Now, if any of you sons of bitches got anything else to say, now's the fucking time!"

Llegué a casa a las once de la noche sin rastro de borrachez pero sí con un notable cansancio después de tanta juerga seguida y combinada con trabajo freelance " It's mercy, compassion, and forgiveness I lack. Not rationality". Eran las aventuras estúpidas y sensuales que nunca en mi mocha y recatadérrima existencia me había permitido tener. Era presenciar por una noche algo que debí conocer a los diez y nueve años y no a los veintisiete. Eran los primeros días de febrero.

El francés nos mandó un mensaje hace poco, vendría de viaje por dos meses con su mejor amigo -malditos, tienen tantas vacaciones- y esperaba vernos de nuevo. Lo vimos el viernes y ese día quedamos en cumplir una de las actividades que nos faltaron por hacer la última vez, ir a la lucha libre. Hubiera sido el domingo pero ese día jugaba el América y n'été pas possible (puaj). El martes sería. Llegado el día no pudimos ponernos bien de acuerdo y para cuando me confirmaron era muy tarde para avisarle a más gente, de hecho, a quienes alcancé a decirles se negaron rotundamente "no mames, es martes, mañana hay que ir a la oficina..." bla bla bla. Me fui sola al centro a recogerlos. Deseaba llevarlos a la Arena Coliseo "es que la Arena México se atasca de fresas que creen que ser naco es chido e ignoran por completo del mundo de la CMLL, van a beber, ponerse una máscara y hacer poses acá" lo he dicho mucho a pesar de que sé que me muerdo la lengua un poco cada vez. Les expliqué por qué en la Arena Coliseo sí se respira el ambiente de la genuina fanaticada de la lucha libre. Pero, carajo, llegamos después de las siete y estaba cerrada "No, es que ya no hay funciones el martes desde hace un chingo" me respondió la señora del puesto de elotes en República de Perú. Me encapriché y busqué la cartelera de la México, sí había función. Caminamos hacia metro Allende y a pesar de que su entusiasmo estaba un poco decaído por la hora (ya las 7:48 pm. marcaba el reloj de Pino Suárez) mi obstinación los obligó a acelerar el paso saliendo de Cuauhtémoc.

Llegando a la Arena pensé que tendríamos que comprar boletos en la reventa pues las taquillas estaban vacías y parecían cerradas, pero como uno debe evitar a toda costa mostrarle al turista el grado de corrupción que existe en el país, de todas formas me dirigí a una y voilá, aún había boletos. Ellos quisieron estar hasta adelante, 98-varos-por-favor. Entramos y la acomodadora nos guió a nuestro lugar, pero había gente sentada ahí. Platicó con otro acomodador, nos preguntaron donde habíamos comprado los boletos. De pronto, una cara era familiar. En la segunda fila de una semi vacía Arena México estaba sentado el mismérrimo Quentin Tarantino. Q-U-E-N-T-I-N T-A-R-A-N-T-I-N-O, no maméis. No supe qué hacer, bueno sí, lo fui a tuitear -¿para qué usa la gente el twitter sino pa' mamonear?-. Lo mejor vino después, resulta que como habíamos comprado los boletos en taquilla y Quentin y sus acompañantes estaban sentados en nuestros asientos, los movieron a la fila de atrás. LOS MOVIERON y yo no hice nada ¡NADA!, estaba tan nerviosa e ida que no pensé en decirles a los trabajadores de la Arena "no, por favor no, déjenlos en esa fila, nosotros tres nos sentamos en otro lado". A los franceses la anécdota les divertía "cuando regresemos a Francia será gracioso contar que por nuestra culpa movieron a Tarantino de lugar", la ironía para mí es que viviendo ambos en Cannes, se hayan topado en México al Director ganador de la palma de Oro en 1995 y no en la ciudad que alberga el festival más famoso de mundo.

Pasé dos horas sentada en la fila de adelante de Quetin Tarantino en la Arena México escuchándolo reír, bromear y gritar mientras veía Lucha Libre. Tiempo en el que un par de veces cruzamos miradas (pues yo volteaba cuando lo escuchaba decir algo muy gracioso), en lo absoluto tiene pose de director creído y mamón, bromeó un par de veces con nosotros pues estábamos tomando fotos de los luchadores y al él parecía "pretty cool 'uh" (oh, lo escuché decir la palabra "COOL" como diez veces), y pedimos juntos la cerveza al repartidor. Hubiera sido muy estúpido de mi parte no pedir un autógrafo -cuya colección ya es bastante respetable- así que aún muriéndome de la pena, volteé y a escondidas le pasé el programa de esa noche de la Arena y una pluma. Tomarme una foto a su lado me parecía demasiado y pensé que haría muy notoria su presencia en el lugar. Fueron dos horas donde no cabía de la felicidad y la incredulidad, sobre todo por la serie de eventos que me habían llevado a ver la lucha libre un martes (un día en el que casi nadie asistiría y a un espectáculo al que sólo se va a echar desmadre en grupo una vez al año o cuando a uno le toca pasear turistas), justo el día que a uno de mis directores favoritísimos lo invitaron -seguramente- Daniela Michel y Guillermo Arriaga. Es que no me imagino mejor circunstancia, escenario más adhoc o una sorpresa farandulera más innesperada.
Quentin posando para mí. Ni en mis sueños más guajiros lo hubiera imaginado.

Todavía otra conmoción: el periódico Reforma -al que odio bastante por su terquedad imbécil de no permitir vía web leer gratuitamente su edición- publicó al día siguiente una nota y una galería de fotos del suceso, en las que aparezco junto a mi idolazo (así que no me duele no haberle pedido que se tomara una conmigo):
En pleno grito.
Le manejamos lo que es el Perfil Griego al lado del Gran Director.
La noche del martes pasado fue una de las más bonitas de este año, casi que un regalo de cumpleaños atrasado, porque muchas veces es gracias a esos pequeños momentos de extraña sincronicidad que verdaderamente nos sentimos extasiados de vida. Y que no sólo son equiparables en la alegría, también lo hacen y algunas veces más claramente, en la tristeza. Las coincidencias que desembocan al dolor también nos dicen que estamos vivos, pues ¡ah!, cómo joden... y joden bastante. Por eso si existe la posibilidad de pensar que muchos sucesos de la vida son producto de una casualidad y carecen de un porqué o creer que hay coincidencias que no pueden ser obra del azar, a veces es bueno imaginar lo segundo.

lunes, 10 de agosto de 2009

Vivir de nuevo/ REPRISE

La parte medular de una película es su guión. Ninguna logra ser excelsa sin el magnificente hilo que teje reflexiones, vueltas de tuerca, e interesantes personalidades. Las palabras y las ideas son la más grande creación del cerebro humano (asegún, porque en algunos casos tengo mis dudas). Ya muchos han descrito esa cada vez más plural sensación de vivir su vida como si fuese un libro o una novela: siendo manejados por las invisibles órdenes y caprichosos designios de un mequetrefe guionista-escritor.

Si van a ver ésta joyita al cine (que aún se puede, yo la vi desde noviembre en la cineteca, pero necesitaba verla de nuevo para ordenar mi atareada mentecita), encontrarán la historia de Phillip y Erik, un par de jovezuelos buenaondita que viven por y para escribir. La narrativa de la película me remitió inconfundiblemente a "Trainspotting" pero sin perdedores en la densidad de la heroína y la autodestrucción. O no. Reprise no lo aparenta mucho, pero también habla de un no-saber-qué-pedo y una autodestrucción inminente en algunos personajes. La finalidad de la película me recordó inconfundiblemente a 'Reconstrucción', la maravilla del cine danés de Christopher Böe. Pero sin decir explícitamente que todo era producto de una ficción o una historia de posibilidades. O no. Reprise lo deja claro en los primeros dos minutos, cuando nos presenta una histora contada a pisatalones y de pronto de detiene en el key frame inicial, rebobina, y nos cuenta todo con más calmita y detalle. Es cuando el director se pone más detallista. Nos platica con ayuda de la voz del "escritor" de Reprise, aquellas cosas que sólo escenas largas e interminables diálogos podrían lograr.
Erik y Phillip son amigos, los mejores amigos, de esos que te definen el término "Amistad". De esos que han estado en el peor momento de tu vida. De esos que son tus compañeros de juerga, pasiones, labores. De esos con los que dices todo en medio de silencios. Junto a ellos, conviven zoquetes menos complejos. Son noruegos. Increíble, los noruegos también quieren salir de su país, también quieren ir a Francia, escapar de su pequeño-terruño: ¿Qué carajos se respira en el aire de París que todos están tan urgidos de olerle? De momentos me imagino exclusivamente a los latinos con el ansia de salir huyendo y pisar otras tierras del otro lado del Atlántico. Y no, resulta que también los noruegos están deslumbrados con los clichés. Me halaga la postura del humor fino, inteligente, y medio mamón, me siento menos bruta que de costumbre. La cosa es que estamos en manos de un escritor, un narrador que nos habla de las idas y venidas de los noveles escritores. Un narrador que se revela y nos muestra cómo es que se teje una historia.

Y entonces YO tengo LA proyección:

¿Quién no quisiera planear y justificar sus acciones?, o mejor aún, las de otros, ¿Quién no quisiera imaginar distintos descenlaces, clímax más atropellados, encuentros inexistentes e imposibles? ¿Quién no qusiera escuchar al escritor del guión de nuestra vida?

Me imagino rastreando el punto clave (me gusta decirles "key frame": en animación un key frame es un punto en la línea de tiempo donde sucede un cambio importante en la trayectoria de un objeto) de mi existir. Donde si sucediera una cosa u otra cambiara por completo su sentido.

Ejemplo:

Yo decidí estudiar en la UAM. Aún teniendo en mano los papeles de la ENAP, inscripción, pagos, salón, horarios. No me imagino qué tan distinta sería mi vida de haber esperado unos meses para el término de la huelga: "Entra a la ENAP y sigue conviviendo alegremente con sus amigos del 603. Se da cuenta que está enamorada de Ignacio por que dibuja muy bonito y es el único que aprecia sus fotografías fuera de foco; entonces decide terminar con el novio de la prepa. Estudian al parejo todos los semestres. Se van a vivir juntos un año después de graduarse y son los primeros de sus amigos en hacerlo, la familia se opone. Se sienten Romeo y Julieta, pero no lo admiten dado que tal comparativo es ridículo, gastado, y pendejo. Pusieron un despacho de diseño. Su loft está en la colonia Roma. Ella sigue sin saber a qué sabe la cerveza, no bebe ni fuma. Practica yoga todos los días. Tienen dos perros. Ella se despierta un día y descubre a Ignacio muerto en la sala. Se suicidó porque no podía soportar tanta felicidad. Ella siente asco hacia sí misma dado que la muerte del marido le ha despertado una vena creativa muy profunda. Después de una depresión laconica se vuelve pintora...pésima pintora, pero la historia del amor quesque perfecto y el esposito suicida le dan fama en los andares culturosos de la ciudad."

Rebobinaré más este viejo casette, qué habría sucedido de haberle tomado la palabra a mi admiradísima profesora de historia en la prepa: "'Lo tuyo es el derecho, el área de sociales, es más, Mario y tú deberían estudiar filosofía'. Encontramos en el correspondiente tiempo alterno a una frustrada estudiante que intimidada ante tanta sapiencia, se ha cambiado tres veces de carrera y no siente que da el ancho en ninguna. Pero... ¡Qué buenas pedas con los del Colmex! -es que mi maestra me hablaba maravillas de las reuniones del Colmex-. Mario, en cambio, ha terminado filosofía y ha escrito su primera novela "Aurelia". Vive una temporada en Japón. Ella, urgida de plata para subsistir, entra a trabajar en un pequeño despacho donde se desempeña como capturista. Vive al día, se ha salido hace un par de años de la casa paterna, sus progenitores no estaban dispuestos a seguir cargando con el parásito indeciso. A los veintiséis, aún cursa trabajosamente la licenciatura de Historia, el quinto semestre apenas. En el trabajo uno de los jefes se le ha insinuado hasta llegar a un acoso extremo y ella planea demandarle "maldito cerdo chovinista, muéeeereeete", toda vez que logre grabarlo en fraglacia. Y lo logra. Estando a punto de levantar la denuncia, su roomate le presenta al cerdo chovinista como su nuevo novio. Al contarle a ella todo lo sucedido, lejos de encontrar comprensón y apoyo se queda sin trabajo y sin hogar. "Pinche Alejandra culera". Uno de sus compañeros de la universidad le da asilo. Encuentra trabajo como mesera en Coyoacán. Un día aparentemente gris y sinsaboro, Mario llega ese café para recordar los tiempos preparatorianos. Es un hombre feliz y pleno. Le ofrece trabajo de asistente. Ella lo acepta encantada."

Rebobinando más, qué hubiera pasado si en lugar de la freseis hubiese estudiado en una vocacional, en el poli: "Ha sido maravillosa la forma en la que ella ha podido desarrollar su aptitud numérica y raciocino abstracto. Y en la que ha logrado sustraer todo indicio de sentimentalismos o piedad en su corazón. Tiene veintiséis años y está haciendo un doctorado en Robótica en el MIT, dado que el resultado de las investigaciones que llevó a cabo durante sus años estudiantiles fueron destacadas. Un prototipo que desarrolló con otros (un tanto menos capacitados) estudiantes ganó un concurso internacional. Existió un novio durante la carrera con quien sostuvo la relación más ñoña y aburrida, pero terminaron porque el no pudo resistir su éxito. Sin embargo, a veces hablan por skype. Ella está casada con un gringo sonriente que no habla ni pizca de español, pero irónicamente el francés y el alemán le salen bastante fluídos. Lo conoció porque era su dentista. Ella usa frenos desde los veintiuno. Tienen sexo una vez cada bimestre, por mutuo acuerdo, ambos parecen sólo excitarse con el sonido de una máquina funcionando. Le gusta la vida monótona de los suburbios en el frío estado de Massachusetts. No extraña a nada ni a nadie de México."

¿Más?

"Sus papás se divorcian al cumplir los nueve años y se va con su madre a Sinaloa, a vivir con el tío soltero y militar. A los catorce en medio de una rabieta espectacular, huye de la casa donde se ha sentido encerrada, restringida, y rencorosa. Se enamora de un narcotraficante que le proveé lujos asquerosos. Tiene dos hijos antes de los veinte. Decide dejar al narco cuando la golpea, huye de nuevo, pero sólo con uno de sus hijos. Se va con el tío, a Mérida. Ahí abandona al otro tumor, al fin que él tío siempre quiso un hijo varón. Se translada al Distrito Federal y comienza a vivir en el arrabal. Después de algunos hábiles movimientos estratégicos (tranzas, pues), tiene el suficiente dinero para poner un negocio. Ahora es dueña de un bar y controla el tráfico de estupefacientes de la zona Rosa."

Pero esos son sólo ejemplos con argumentos baratones.

Lo que hizo que esta película se conviertiera en algo entrañable es que me sentí parte de ella, como uno de los protagonistas. He pasado por los mismo lugares que casi todos los personajes:

La terquedad nauseabunda y sin argumentos, la amistad inquebrantable, la incomodidad de los silencios, el no poder entender qué sucede con mi vida, el ser fanático -hasta llegar a límites estúpidos- de una banda, el despreciar a los amigos que tiran a la basura su forma primigenia de vida para cambiarla por aquel estatus que les causa más repulsión...

(esta es una de las mejores escenas cagadas del filme. Uno de ellos, Lars, transcurre la cinta entera diciendo las más grandes -pero graciosas, qué desgracia- frases misóginas que he tenido el infortunio de escuchar "no necesitas una novia, eso te distrae, si escuchas a una mujer decir algo inteligente o tener una opinión respetable de música, literatura, o cine, es porque lo aprendió de su padre o novio, con ellas debes ser cruel, como Zaratustra". Desmadroso, soberbio, y amante del porno (¿algunos aludidos?). Un día invita a Erik a una fiesta en su casa ya que han pasado algunas semanas sin verse. Él les dice a los demás. Al llegar se percatan de que la fiesta no es sino la típica cena yupie de cuatro parejas exitosas y bellas tomando vino a la luz de las velas, Lars POR FIN ha encotrado novia, una muy pudiente, y es por eso que ha botado a sus compañeros de juerga. Phillip mismo escupe un "es lo más deprimente que he visto en mi vida", y tenía toda la razón. Me enfuerece de sobremanera que haya quienes pueden esar, dos, tres, quince, veinte años de su vida atacando una postura y luego, así tan facilito, abracen la opositora.)

El temor al futuro; la admiración, ciega, devota y adolescente por un escritor (si tan solo yo hubiera vivido en Praga en los sesentas, o en Argentina en los setentas). El enamoramiento mágico-idílico-musical:

-Dos, tres, cuatro, cinco. Después de que termine de contar hasta diez mis ojos encontrarán tus ojos en medio de esta fiesta. Después de que termine de contar hasta diez te enamorarás de mí. Siete, ocho, nueve, Diez- La fé en amores predestinados, únicos e irrepetibles.
Tal vez la similitud más significativa la sientí en el personaje de Phillip. Quien haya visto esta película se enterará de un secreto de mi vida si lee las siguientes palabras: Es con el personaje que más me identifiqué. Una tarde hice exactamente lo mismo que él después de la presentación de su libro y por el mismo motivo. Un completo exceso inexplicable.

jueves, 22 de enero de 2009

El curioso caso de Forrest Gump the second

Pensaba derramar decenas de párrafos donde expusiera porqué mientras veía "The curious case of Benjamin Button" sentía ráfagas inclementes de déjà vus. Pero no hará falta. Encontré este excelso video que lo explica todo:



Si no se ve, sigan éste link, vale la pena.

Para gente cursi que dice que no es cursi (algo así como yo), la película es motivante, nostálgica, linda, con filosofía de la vida y el paso del tiempo, y bla bla. Pero para gente sin alma y que siente repudio hacia el género humano (algo así como yo) la película está llena/atascada de pretensiones.

El filme tiene 13 (sí, 13) nominaciones al Óscar. Aún no lo creo. Chale, ¿no se supone que los escritores se reinventan?, el guionista de una es el mismo de la otra, Erick Roth, por lo tanto ni siquiera lo podemos acusar de fusil vil. ¿Será que así por fin Brad Pitt gane un Óscar?. Bajo otras circunstancias me hubiese encantado ver tan laureada a la macuerna David Fincher - Pitt. Seven y The Fight Club son películas que crearon toda una ola de clichés cinematográficos importantísimos.

Destaca una sutil, muuuy sutil crítica al gobierno de Bush, cuando un relojero habla acerca de la muerte de su hijo en una guerra. Otra es que la historia se desarrolla mayoritariamente en Nueva Orleans desde los años veintes hasta el fatal (¿o "la fatal"?) Katrina.

Espero con ansias locas Slumdog Millionaire. A ver si Danny Boyle salva a los óscares.



ACTUALIZACIÓN

Ya me acordé que sí hay algo de lo que podemos acusar de plagio. Mientras leía "Tokio Blues"(¡gracias!), uno de los personajes, Midori (la ADORABLE Midori-nótese mi proyección-), tenía una frase que resumía su existencia:

"la vida es como una caja de chocolates, nunca sabes lo que te va a tocar" ¡¡¿¿¿???!!.

Y yo inmediatamente sin reparo y sin pensar (así como suelo reaccionar), me dije "seguro a Murakami le encantó Forrest Gump". Pedazo de imbécil que soy, Tokyo Blues se escribió en los ochentas...Así que más bien Roth es fan de Murakami. O se fusiló a Murakami.

lunes, 19 de enero de 2009

Promesas rotas

Hace algunos años fuí a la cineteca a ver "Promises", iba sin saber siquiera de qué demonios trataba y se convirtió uno de los mejores documentales que he visto.

El eje central son las entrevistas que a lo largo de dos años les hicieron a niños palestinos y niños judíos que viven en Jerusalem. El escuchar de viva voz las infantiles (pero no tan inocentes) crónicas, me ayudó a entender el gran-GRAN-gran problema entre ambos pueblos, los dos arrastran un conflicto que parece eterno, "la razón es mía, y únicamente mía", profesan dogmas increíblemente estrictos con los que intentan argumentar la legítima propiedad de Palestina. "Ojo por ojo y diente por diente", es el lema que al ser llevado a la práctica desde hace tantos años, ya es imposible señalar quien tuvo la culpa inicial, quien lanzó la primera piedra.

Entre los niños que salen en el documental, hubo unos gemelos judíos que me parecían los más justos y parciales: Yarko y Daniel. Tal vez ello era resultado de ser nietos de un hombre que logró sobrevivir al holocausto y decidió radicar en Israel para alejarse del lugar donde experimentó lo más parecido al infierno. Todo ello mermó su fé convirtiéndolo en ateo, no creía en un Dios que hubiese permitido tanto dolor a su propio pueblo. Por lo tanto sus nietos no poseían esa terquedad absurda de un fanático. En las entrevistas hablaban de que en una guerra no hay vencedores, hay muertes y sufrimiento en ambos lados. Temían a los ataques terroristas, se estresaban siempre que subían a un autobús, cuando estaban en un lugar público, les temían a los árabes pero no hablaban de deportación, exterminio o guerra como medios para solucionar el conflicto. Ellos fueron los únicos niños judíos que aceptaron sostener un encuentro con los árabes. Al ser testigos de las infames filas y chequeos que tiene que hacer los palestinos para pasar de un lugar a otro exclamaron "es injusto, ésta también es SU tierra". Vieron las pintas que hubo en la intifada anterior, las proclamas de Hamas, los huecos dejados por las armas israelíes, escucharon el testimonio de un niño árabe cuyo hermano fue asesinado por arrojar una piedra durante la intifada, era un niño que regresaba de pastorear ovejas. Jugaron todos juntos, comieron platillos árabes, fueron recibidos con hospitalidad y a pesar de que se sintieran incómodos en algunos momentos (como cuando les recomendaron no hablar hebreo), comprendieron el hecho más importante, lo que su propio gobierno parece no entender: "si estuviéramos en su lugar, de este lado de la ciudad, nos sentiríamos igual que ustedes y despreciaríamos a los judíos".

El encuentro resultó motivador, por que tanto judíos como árabes saben que no son ellos los asesinos, ni los que mueven los hilos de la conveniencia propia por encima del vecino. Son el gobierno Israelí, y los fanáticos musulmanes los que han provocado semejante madeja de rencores (desde mi punto de vista más culpa tienen los primeros). El documental deja abierta la puerta a una solución, a no perder la esperanza. Los niños árabes siguieron comunicándose con los gemelos judíos, pero se fue perdiendo el interés.

Al estar buscando videos relativos a éste documental (para compartirlos en el blog) encontré unas entrevistas realizadas en 2004 a algunos de los participantes. Dichas entrevistas forman parte del DVD. Fue triste y muy decepcionante enterarme que aquellos gemelos centrados y objetivos, Yarko y Daniel, engrosan hoy la filas del ejército israelí (son los chicos árabes los que estaban más cambiados, menos radicales, más dispuestos a la negociación, algunos no claman siquiera al gobierno por sus tierras, sólo quieren poder viajar por Palestina libremente, sin check points, ni tratos criminales). Fue como cerrar la puerta que el hermoso día de juegos entre niños había dejado abierta. Sería imposible que hoy, después de los inhumanos ataques a Gaza, los jóvenes árabes accedieran a ver a dos militares y más difícil aún la acción contraria.





Hace poco leí en el periódico que científicos descubrieron (aunque a mí me parece algo bastante obvio) que la alegría la felicidad son algo que se contagia. Yo creo en los opuestos de todas cosas -me parece una ley universal-, por lo tanto considero que el odio, el rencor, y la estupidez son también actos contagiosos. Donde haya un imbécil con fanatismos absurdos, odios arcaicos, e ideas obtusas, no lo duden, pronto habrá más (y en estos momentos me refiero a los judíos).

lunes, 3 de noviembre de 2008

Ceguera

Ya alguna vez publiqué mi lista de directores de cine consumados, idílicos, adorados.
Ahora se les une Fernando Meirelles. Ganó su lugar con la adaptación del libro de Saramago “Ensayo sobre la ceguera”. Escenas brutales, vívidas, observé lo que sólo en mi imaginación tuvo manifiesto al leer el libro, la crueldad humana, el valemadrismo. Aunque ya una película dirigida por él había llamado poderosamente mi atención:"El jardinero fiel". Una obra maestra. Gracias a ella mi visión de África cambió por completo, al igual que se incrementó casi al infinito mi odio a las empresas farmacéuticas y la medicina occidental. Comienza con el asesinato de Tessa, la esposa de un diplomático de la embajada británica en Kenia. Aparte de la historia de amor llegadora y dramatiquísima, hay un par de escenas en el filme que son la médula espinal del mismo, sin llegar a ser evidentes para muchos. En una de ellas, Tessa le dice a su marido Justin (guapérrimo Ralph Fiennes), que detenga el auto para ayudar a un niño que lleva en brazos a una recién nacida con VIH y a su hermana, pues tendrán que caminar cuarenta kilometros durante toda la noche para llegar a su casa. Justin se niega y le dice “No podemos involucrarnos en sus vidas, Tessa”, “¿porqué no?” le pregunta ella con desilusión, a lo que él responde “Sé razonable. Hay millones de personas, todas ellas necesitan ayuda. Es por ello que están las agencias”.

“Sí, pero éstas son tres personas que NOSOTROS podemos ayudar”. Fue la réplica final de Tessa.

Para mí, es una de las razones de ser del arte, la confrontación con la realidad de otros, la de mostrarnos la subjetividad de alguien más y volverla propia, hacerla nuestra perspectiva. Hacernos más humanos.

En el caso de ésta película de Meirelles, el mensaje que me dejan es el de “despertar”, y coincidentemente con su última película, abrir los ojos y ver “de verdad”...Gracias, Fernando.

jueves, 16 de octubre de 2008

Entonces, la culpa la tiene ¿quién?

A Ana le dijo su niñera cubana que era culpa de Fidel. Ana es una niña de nueve años, francesa, mamona, caprichosa, odiosa, la némesis encarnada de la Mafalda de Quino. Al igual que nuestra adorada niña argentina, Ana tiene un hermanito menor que la hace desatinar con su comportamiento distraído e irracional. Ana también vive a principios de los sesentas. Ana de la Mesa es la protagonista de la película "La culpa la tiene Fidel" de Julie Gavras (sí, es hija de Costa). En estos días que es tan ad hoc hablar del sesenta y ocho, de los ideales juveniles, de las utopías económicas, lo mejor sería ir a ver esta magnífica película. Explica de manera sencilla y a la vez sublime los conceptos "comunismo", "igualdad", "pobreza", espíritu de grupo" (tan devaluado actualmente). Se descubre desde la óptica de una niña.

Ana vivía plácidamente en un mundo de cuentos y princesas, de pulcritud y elegancia. Adora la clase de catecismo en la escuela de monjas a la que asiste, hasta que sus padres se vuelven comunistas. Ana está a punto de despertar del letargo de la vida despreocupada y egoísta. Los "rojos" y "barbudos" invadirán su casa, la mente de sus padres, cambiarán su vida. La primera parte de la película odié a ésta niña, de verdad. Sin embargo, al mismo tiempo sentí una empatía hacia ella. Todos somos/fuimos como ella. Despreciamos lo desconocido, lo que llega a retorcer las cosas como las sabemos y vivimos. Encerrados en nuestra zona de comfort. Sin ver alrededor.





Hay un par de anécdotas lindísimas en el filme. En una, Ana aprende que la línea divisoria entre fuerza comunitaria y borreguismo es delgadísima -"¿Cómo sé cuál es la verdad, cuándo debo unirme a los demás y cuándo ir en contra de lo que dice la mayoría?"-. En otra, los amigos comunistas de sus padres le explican que el mundo es como una gran naranja cuyos gajos deben repartirse de forma igualitaria entre todos los países del mundo. La niña empieza a preguntarse lo que tal vez todos nos hemos preguntado alguna vez:

¿Por qué hay pobres en el mundo?
¿Quién es culpable de la pobreza?

Ahora sabemos que el comunismo no solucionó nada. Que "parece" que los seres humanos estamos condenados a traicionarnos unos a otros en un egoísmo en masa. Que el poder destruye y retuerce cualquier ideología en servicio únicamente de quienes lo poseen.

Quienes queremos hacer algo...¿qué hacemos?. Yo no confío en las A.C. El dinero que gano es justo que lo gaste en mí, en mi familia, en lo que se me dé la gana. Pero quiero hacer algo distinto con una parte de él. Y en nuestro pobre país tan amolado, tan pasado-a-fregar con crisis económicas mundiales...¿Alguna idea? ¿Alguien más tiene esa inquietud?...

lunes, 7 de julio de 2008

Ya no hay guiones en la meca= Juegan con mis más profundos sentimientos fanatiqueros

Me encantaba/adoro "Friends". Pasaba las noches de mi preparatoria viéndoles (de vez en cuando veo capítulos, tengo casi todas las temporadas). A pesar de que no era ya tan asidua espectadora en la temporada nueve, me dolió saber que terminaría. Sí, ya no eran tan jocosas las vidas de un matrimonio con problemas reproductivos, una pareja incapaz de sincerarse y confesarse su amor, una extravagante mujer metamorfoseándose en ama de casa convencional, y un actor playboy perpetuo.

Resulta pues que con el éxito (comercialmente hablando) que resultó ser la película de "Sex and the city", durante los últimos días se han disparado los rumores de una posible reunión de estos 6 amigos cuarentones.
Sobra decir que me gustaría/iría a ver este filme, aún sabiendo que puede desenbocar en algo mucho más decepcionante que la no-boda-sí-boda de Carrie.

¿porqué lo haré?

Porque soy fan, soy un simple Wandulo Smithers de la cultura pop. Voy a ver todas esas adapataciones, mal producidas, mal dirigidas, continuaciones forzadas, que sólo tienen como propósito el sacar más varo de los fans (¿verdad Sr. George Lucas?), sí, lo hago y lo haré, porque como Smithers no me puedo resistir a comprar esa Stacy Malibu de porquería, sólo por que trae un sombrero nuevo.

Pero...¿qué seguirá después?.

Lost, Dr. House, Héroes, Amas de casa ya no tan desesperadas... la película. Durante el primer lustro de éste siglo, salieron sin pena ni gloria versiones de series exitosas de antaño: Hechizada (olvidemos esta película de Nicole Kidman), Los Duques de Hazzard, Starsky y Hutch, Miami Vice, Los ángeles de Charlie.

Desde hace algunos años lo único que llena las pantallas del cine comercial son las adaptaciones de éxitos literarios, el resucite de viejas leyendas, las nuevas versiones de un "clásico", la cintas de superhéroes. Y lo que viene: Encarnaciones de mangas/animes de culto. Akira (con ¿Di caprio?), Evangelion, Macross-Robotech (con Tobey Macguire como probable Rick Hunter...mmmta), y la más próxima al estreno, DragonBall:


¿A poco éste póster no parece el de un empaque Beta de 1986 del videocentro?, lo pronosticamos: le van a dar en todita su jefa a Dragon ball.

¿Se acabó la creatividad?

jueves, 12 de junio de 2008

Mis más odiados "personajes" de la televisión, el ánime, el cine, y los cómics. Parte II

Los que amo los describiré después, lo prometo. Me causa un poco de sorpresa que por los que mencioné en la primera parte se piense que hubo un "odio de verdad", o que pasé horas enteras de mi infancia-adolescencia con agruras estomacales y humo saliendo de mi cabeza, en realidad, al "odiarlos" me carcajeaba, criticaba conductas no muy congruentes, etc. Me gusta la fonética de la palabra "odio", y es poco frecuente que la use en situaciones "reales", es en extremo difícil que alguien me caiga mal. Y odiar, pues creo que nunca he odiado (con toda la rudeza de la definición de la palabra) a otra persona.

Del cine:

Don Pilar, sí como nombre de mujer (¿?), el mísmisimo padrastro de la Chorreada de "Nosotros los pobres", el que termina con alucinaciones de "ojos" penetrantes y acusativos de la cuadrapléjica madrecita de Pepe el Toro. Lo que hizo es no tener requicio alguno de alma. Patán, misógino, ladrón, y para acabarla de fregar, hasta asesino (la señora muere a causa de las patadas que le propina como consecuencia de su cargo moral). Una joyita. Su robo desencadenó todas las tragedias de la familia del carpintero más amado de México. Cuando ví por primera vez la película lo odié tanto-tanto, que ahí sí chillé (tenía 5 años).

Su mirada te perseguirá en el infierno, maldito.


"La chica", Marilyn Monroe en "La comezón del séptimo año". Me da pena pensar que alguna mujer pueda ser tan ingenua y boba. Prefiero visualizarla como la fría calculadora que navegaba con bandera de pendeja, y estaba encantada con que los hombres le coquetearan y adoraran para que su ego permaneciera siempre en lo alto. Es mucho mejor pensar eso, mucho...

"No me doy cuenta de todo lo sexy que soy"...ajá sí ajá

Danny Suko de "Grease" (uta, me gusta más el nombre Vaselina). El "me creo muy galán", ni para hacer ejercicio servía. Actitudes machistas y falaces, empezando por la canción *Summer nights*:

We made out under the dock - we stayed out until ten o'clock

He got friendly, holdin' my hand - well she got friendly, down in the sand

Admírenme chicos

Exagerado y chismoso, necesitaba demasiado el aplauso de sus compinches y cuidaba en exceso su imagen. Cambió en pleno baile escolar a Sandy por Cha-Cha (vaya nombre, pero juro que es el real), una mujer de cuestionables gustos, con quien tuvo algo que ver en el pasado, protagonizando así una acto culerísimo. Cuando ví Vaselina, Olivia Newton-John me parecía exageradamente bonita, linda, tierna y hasta me caía bien, no me agradó que tuviera que cambiar su forma de vestir y aprender a fumar, para que el pelafustán de la escuela por fin se decidiera. Era ñoña a más no poder, pero no sé, hubo *algo* que me impidió repudiarle.

Ya que estoy hablando de ello. Odié a todos los personajes femeninos que hicieron eso, en todas las películas adolescentes de los 80's y 90's. La "fea"/"inteligente" que cambia de ropa, se quita los lentes (o los braquets), se peina distinto, y ¡taraaaaaaaan! una diosa de la belleza. No es que yo promueva el descuido personal absoluto, pero *cambiar* de imagen por un hombre, y lo que es peor, por un babosete que era novio de la más prepotente y mamona de las estudiantes (porque siempre era el novio de la más prepotente y mamona de las estudiantes), no debería tener lugar. Siempre son predecibles este tipo de cintas, y sus protagonistas, patéticas.

Dos de los tres tipos de "Tres hombres y un bebé", es decir, precisamente los que no eran el papá del adorable engendro. Ni en mi tierna infancia me tragué el cuento de que se encariñan con un bebé en tres días y acceden animosos a cambiar sus hábitos y su departamento chingón por cuidarle. Zopencos. O sea, ni era su hija, ni iba a quedar en el desamparo.

Sí claro...es taaan sencillo

Gene Wilder en "Woman in red". Pinche ojo alegre. La cara de este actor nunca me gustó, supongo que fue a raíz de ésta película. Pensé que era un traidor libidinoso cuyo máximo trofeo en la vida sería "conquistar" a la chica p-r-e-c-i-o-s-a. Se dibujaban en su rostro expresiones que rayaban en la lujuria asquerosa, que no me parecieron en lo absoluto graciosas sino lastímeras. Nunca había cruzado ni media palabra con la chica en cuestión, pero vivía pensando en ella. Al final hizo un streptease ridículo y ni siquera pudo acostarse con la modelo de sus sueños. Supongo que al verlo caer de un edificio vestido sólo con una bata de dormir, la esposa lo botó. Pobre menso.

No me seduscas por ser bonita

Henry Evans, Maculay Culkin, de "El angel malvado". Hijo de su mal dormir, más que odiarlo me daba miedo, por él, agradecí a los cielos no haber tenido hermanos. ¿Será cierto que la maldad es algo innato y un niño es capaz de tanta ojetez (mató a su hermanito, hizo una broma por la que hubo muertos, mató a un perro, casi mata a la otra hermana, y por poco deschaveta a Mark -Elijah Wood-) ?...

Si te vienen a contar cositas mala de mí, ¡ay mamá que yo no fuí!


¿Por qué no odié a otro personaje encarnado por tan famosete actor infantil?...porque me identifiqué horrores con Home Alone. Fuí una niña que pasó el 70% de sus tardes sola en casa. Por eso veía tanta televisión, leí numerosos libros (infantiles, clásicos y enciclopedias, sí, leía enciclopedias), hacía siempre mi tarea, y era la más ñoña del salón, tenía mucho tiempo para mí exclusivamente. Al principio era divertido, me hacía sentir *grande* y responsable. Después extrañaba mucho a mi familia, o veía con recelo y tristeza a los otros niños de la unidad jugando en el patio.

Amon Goeth (mi adorado Ralph Fiennes) en "La lista de Schindler". No sé que fué, si el excelso despempeño actoral de Fiennes o el saber que se trataba de una historia real. Es difícil ver una película basada en hechos reales, no tienes ese cinturón de seguridad sujetándote con un "calma, es ficción". De pequeña me llegaban mucho las historias del Holocausto, recuerdo una ocasión en la que mis hermanas estaban viendo una película que abordaba dicha temática en el 11, y tuvieron que explicarme que eso había sucecido hacía muchos años, que no llorara más, que nunca iba a volver a suceder...

Infeliz

Kimberly Wallace (Cameron Díaz) de "My best friend's wedding". Hipócrita, sencillamente, hipócrita. Muy linda, ingenua, sumisa, abnegada. Pero bien que le gritó, insultó, y casi golpeó, a la confundida Julianne Potter (Julia Roberts), para mí que estuvo fingiendo todo el tiempo, desde el principio me pareció extrañísimo que se tratara con tanta candidez y alegría a la ex de su futuro esposo. Pobre Michael, no supo el alacrán que se echó, seguramente, después de la boda la chica rica terminó por hartarse de su capricho en turno, y sacó a flote su verdadera personalidad de arpía.

Si te descuidas te degüello

Seth y Maggie de "Un ángel enamorado". Odié a ambos-dos protagonistas. Demasiaaada azúcar. Y no me explico cómo alguien conduce una bicla con los ojos cerrados en una carretera, es cómo la estupidez máxima estirar la pata así. Ésta desgracia de película marcó la debacle de Ryan y Cage.

De puro amor no vive ni un ángel


Jar-Jar Binks...¿Es necesario que escriba el porqué?, todos los personajes estúpidos que no aportan nada NADA a una película no debieron existir.

¡Soy tu más grande error George!

En "American Beauty" odié a dos. Annette Bening y Mena Suvari, Carolyn Burnham y Angela Hayes, respectivamente. Odié a la esposa que clausuró un momento romántico por temor a que se ensuciara un sillón, que se convirtió en un ser frío y distante con su propia familia. Odié a la jovencita presumida que miraba a todos con recelo y era presta para criticarlos mirándolos por debajo del hombro. Detestaría que una amiga mía le siguiera el juego a mi papá (¡puaj!). Y sí, amé al personaje de Kevin Spacey, pobre hombre incomprendido.

Viéndolo bien, Mena podría pasar como Annette Bening de joven...se parecen mucho.


Me he cansado y tengo mucho trabajo. Lo del cómic después (y algún olvido probable de esta listita). Mañana se estrena "The Happening" ansío verla.

lunes, 9 de junio de 2008

No sex in the city

La película "Sex and the city" no es mala. Tampoco es buena. Reconmendable cuasi-exclusivamente para fans de la serie o curiosos de la misma, los que sí la encontramos divertida y hasta nostálgica. Aunque casi incomprensible en situaciones muy específicas. Yo no creo que sea tan fácil y automático el perdón.


Le hicieron al personaje de Charlotte lo mismo que a Gimli en las películas del Señor de los Anillos. La convirtieron en el relleno bufonezco de la trama. El hecho que ha detonado desgarramientos de vestiduras en muchos mexicanos, yo no lo como tal, sólo transformó a Charlotte en una mamona consagrada (y receptáculo de nuestro odio) que sufre una venganza de Moctezuma muy inusual. No creo que significara una grosería al país (en varios capítulos se había dejado ver que Charlotte es la más elitista y sangroncilla-aunque nunca imaginé que a ese grado), dado que las demás protagonistas no tienen ese mismo "problema" de comer en México.


Sí, son como 4 capítulos cosidos, 1 año compactadísimo, falto de todas las "reflexiones" que saturaban la serie. Cosa curiosa, jamás vemos a la Carrie sexosa de antes.


Yo fuí a ver la película con una emoción parecida a cuando Día de la Indepencia, yo moría por apreciar la explosión de la Casa Blanca (era joven y muy-muy antiyanqui)...en este caso, quería ver a Carrie madrear por fin y merecidamente al puteque de Big.

Defiendo la película no por su buena o mala factura, sino por los injustificados ataques machistas de los que es víctima.

La mujeres también vamos al cine. También nos gusta ver de vez en cuando un churro (interprétese en los dos sentidos). ¿Porqué no tenemos el derecho de atiborrar lo cines y arrastrar a nuestras parejas a ver un película cuyo tema central es la noñería femenistoide? (cuando muchas de nosotras fuimos arrastradas a ver "Rápido y Furioso" por citar un ejemplo).

Años, años de ver explosiones, autos veloces y fastuosos, héroes con gadgets, rubias siliconeadas saliendo en topless, ¿y los hombres se indignan por ver un pito (literal) en una película?...¿porque hay mujeres en la sala que suspiran viendo un clóset digno de los dioses? (así como hubo suspiros masculinos al ver la silueta de Megan Fox -Transformers- abriendo el cofre de un auto, en una de las escenas más clichés del cine)...

Así como no estoy de acuerdo con el trato que se le da a las mujeres en las películas de acción (adornos), que el héroe deba ser un semental para validarse (o ser muy fuerte), que deba tener x cantidad de bienes, tampoco me convencen las neoyorkinas obsesionadas con las marcas y los zapatos impresionantemente caros (hay ropa en la película que es obscenamente cara y tremendamente fea, es más, la bolsa más fea en el universo sale en la película...cuesta 3500 euros, me parece una reverenda pendejada comprar algo tan horroroso, portarlo, y todo por una exclusiva razón: que los demás evidencíen su poder adquisitivo/mal gusto), o sea, si estuvieran obsesionadas con ropa y zapatos, digamos, más normalillos (y bonitos), la cosa no sería tan escandalizante (sobre todo en plena recesión económica gringa).

Lo que quiero decir, es que ambos casos son modelos aspiracionales. Pero jamás tanto odio saliendo de la pluma de mujeres contra las películas "para hombres". Siendo que muchas de las últimas son una basura más estereotipada.

Post inspirado en comentarios de viva voz, comentarios en blogs, entradas de blogs, comentarios de youtube, críticas "periodísticas", críticas en Rotten Tomatoes, que en lo absoluto se referían a la cinematografía de la cinta (guión, montaje, ritmo, actuaciones), sino a insultar a diestra y siniestra el comportamiento y perfil psicólogico de estas cuatro mujeres, generalizándolo a todas las demás, y evidenciando un machismo tristemente muy presente.

jueves, 29 de mayo de 2008

Efecto desconocido

Seguramente te ha pasado. Las coincidencias inundan nuestras vidas, y de alguna forma siempre he querido darles un significado, aunque la lógica me demuestre muchas veces que no existe tal.

Vivir sintiéndose los protagonistas de "Los amantes del círculo polar" (versión light). ¿Porqué parece que a veces es necesario creer en un destino?, ¿en algo predispuesto?, ¿en señales que nos indican qué camino tomar o cómo actuar?.

Carl Jung le llamaba a estas casualidades "eventos de sincronicidad". La define como "una coincidencia significativa de dos o más sucesos en la que está implicada algo más que la probabilidad aleatoria". Existe un ejemplo famosísimo de ello, cuando Jung estaba analizando a una paciente que relataba un sueño donde le regalaban un escarabajo dorado, Jung, quien no sabía si seguir con el tratamiento o dar de alta a la mujer, encontró la respuesta cuando un escarabajo dorado entró volando a la habitación en ese instante. El psicoanalista lo tomó como la señal de que la paciente no necesitaba más terapia.

También son conocidas como serendipias...de hecho hay una película malona cuyo título en inglés es precisamente Serendipity...es demasiada melcocha para mi gusto, sin embargo resultaba increíble que pudieran pasar dichas casualidades en el filme. Y de hecho por increíble que parezca no es imposible.

Retomando al gran Carl Jung (yo tenía una maestra de psicología en la freseis que adoraba hablarnos de él), para algunos científicos rebasó los límites de la lógica debido a que estudió seriamente los horóscopos, y eventos "paranormales", pero ¿qué científico revolucionario no ha sido señalado por cuestionar lo establecido e investigar en los terrenos de la incongruencia?. He leído emocionada varias de sus hipótesis, y una parte esperanzada de mi persona desea que algún día, esas ideas puedan ser comprobadas (como la del inconsciente colectivo).

Es difícil describir la sensación que nos provoca una coincidencia. A mí me hace sentir una alegría sin causa aparente, una extrañeza inverosímil. Fascina a todo el que le pasa, y morimos por contarle a alguien más para que se asombre de igual forma. Me hace sentir como en una película de Night Shyamalan. El mundo del cine recurre a menudo a ellas.

Uno de estos días cuento las mías.

"Lo que llamamos casualidad no es ni puede ser sino la causa ignorada de un efecto desconocido " Voltaire

miércoles, 7 de mayo de 2008

Adultescentes ¿somos o nos hacemos?

Qué si son inmaduros, que si son superficiales, que si son enajenados consumidores, que si son inestables, que si son compromisofóbicos, que si son desmadrefílicos, que si su niño interno es demasiado externo, que si son los neoyuppies, neo-neo-hippies o eternos adolescentes.

¿O debería decir *Somos*?

Adultescentes en ciernes...

He leído algunas definiciones de lo que es un "adultescente" y ninguna me parece aclararlo satisfactoriamente. Este artículo en específico me pareció exageradísimo, pues básicamente enuncia que todo aquel que rebasa los 25 años y va a un antro es un adultescente (nótese mi ardidez, y no nada más la que tengo ahorita en la espalda). Cómo si al transgredir la línea imaginaria de la *madurez* tuvieras el forzoso deber de ser un sacrosanto padre, devoto esposo, tener amenas tertulias con un par de amigos dos veces al mes para jugar cartas tres horas. Días completos en la oficina procurando que todos tus ahorros sean para el bienestar y porvenir de tus churumbeles.

Hablando de churumbeles, los padres de nuestra generación tienen gran responsabilidad en el asunto. Ellos cumplieron caprichos, son demasiado solapadores, ellos tampoco quieren envejecer y precisan tener a sus vástagos en casa pues así no se sentirán con el nido vacío.

El porcentaje de jóvenes en México que "no hacen nada (ni estudian, ni trabajan)" va en crecimiento acelerado, muchos de ellos carecen de las "oportunidades" para estudiar, y ni hablar de la paupérrima oferta laboral del país, pero los casos que de verdad me sorprenden son los de aquellos que teniendo todo para estudiar (capacidad, dinero, etc.), prefieren estar en el desmadre y dejan trunca una carrera...¿y qué decir de lo que están demasiado cómodos con lo que papi les da?... Creo que es más un adultescente, quien, casi con treinta años encima, sigue dependiendo económicamente de los padres y emocionalmente del relajo (si no anda de juerga no es feliz). Una cosa es que los papás sean nuestro apoyo en las épocas de vacas flacas, pero seguir exprimiéndolos después de los veinte ya es encaje.

Por el otro lado está el asunto de los video juegos, los cómics, películas de culto, gadgets, cosas de geeks. Yo soy bien geek, pa' que negar la cruz de mi parroquia. Y sí por ir 2 veces a un maratón (de 12 hrs.) del Señor de los anillos soy adultescente, pues lo soy. No entiendo por qué resulta taaaan negativo gastar un buen porcentaje de mi sueldo en mí misma o en los seres que quiero. Me parece que mientras no rebase esa delgada línea entre el consumo necesario y el consumo presuntuoso, no me convertiré en ese ente enajenado por la mercadotecnia que no puede vivir sin cambiar de celular cada seis meses.

Es que para mí un adultescente no es aquel que tiene tarjeta de crédito, no se ha casado y rebasa los veinticinco. O más bien no debería tener una connotación negativa, como de "inmaduro". Hay millones de casados con hijos, que siguen pegados a al manto paterno/protector, y a mi juicio eso es mucho más patético que ser un adultescente (o kidult pa' los angloparlantes). Debería de redefinirse, va más allá del estatus marital, o la paternidad. Puedes tener cuarenta y jugar al xbox (o plataforma de tu preferencia) y llevar tu vida de forma responsable y "madura" (que no aburrida y gris).

El domingo fuí a ver Iron/ic/man, otro graaaan adultescente del mundo de los cómics. Para empezar se trata a un hombre ya entradito en los treinta (o tal vez rebasando los cuarenta) que vive como junior/playboy, por lo tanto su vida es frívola y egoísta (pero envidiada por muchos). Coincido con David cuando dice que las actuaciones de Robert Downey Jr. y Cía. son lo mejor de la película, los efectos especiales quedan casi en segundo plano. La vida de Tony Stark da un giro sustancial y deja de lado esa despreocupada conducta. Me gustó la crítica (leve) hacía el negocio armamentista de gringolandia, y la aceptación (leve) de la culpa y responsabilidad por dar esas mismas armas a sus "enemigos". Lo que no fue de mi total agrado (empezando porque es una película palomera, como todas las superproducciones de verano, así que uno no puede ser tan exigente) es que no hacen mayor hincapié en la transformación del personaje, entonces termina pareciendo muy obvia y simple, cual moraleja insípida. La película está entretenida y sales satisfecho de la sala, pero no pude evitar pensar...¿qué tan malo es ser un adultescente?, ¿hace falta establecer más matices en su definición?, ¿en que tipo de circunstancias y parámetros es un razgo negativo en la personalidad?...

ACTUALIZACIÓN

Divagué un montón y me puse un saco que no debí ponerme tan apresuradamente. Tal vez si estaría chido que nos declaráramos abiertamente adultescetentes, estamos haciéndole un favor al mundo al reprimir el más básico de los instintos (el de la perpetuación de la especie, aclaro). Las gracias deberían de darnos por no seguir trayendo más humanos a este mundo sobrepoblado...igual y al rato acabámos como los emos, y hasta en mártires nos convertimos...