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domingo, 31 de octubre de 2010

Tarantineando Salerosamente

Las historias no saben bien si uno no cuenta los bonitos antecedentes que las adornan, los sutiles detalles que diferencían una imagen que cumple con el deber de informar, de la obra maestra que se convierte en una épica gráfica.

'Tonces empecemos acá, cuando inicié mi vida interneteril. La tontilla explicación de porqué elegí este nickname para mi blog, simple: admiradora nostálgica de Javier Solís y en especial de la canción Malagueña Salerosa, fanática recalcitrante del cine de Quentin Tarantino, amante confesa del Distrito Federal. Luego este blog me llevó a conocer a mis queridos amiguines, conpinches de las juergas que me alegrarían muchas noches " Do you know what this is? It's the world's smallest violin playing just for our lost happiness". En alguna de ellas, so pretexto del triunfo de un twitero en el ardid publicitario que se transformó en divertida parodia electoral, bebíamos en el centro de la ciudad, para ser exactos en la ya celebrísima cantina Salón Corona. Aquella noche de domingo formamos un grupo numeroso, cosa rara dado el día, pues por todos es sabido que los domingos son para dormir (deberían llamarse dormingos) y durante la noche hacer la tesis, el trabajo atrasado, o dejarse abrazar por la depresión y la ansiedad que nos provoca el inicio de una semana más y la vuelta a la rutinita de mierda de la que tanto nos quejamos cinco días a la semana.

Como éramos muchos y mucha la cerveza, el entusiasmo y la risotada estaban a más no pedir. La borrachera fue de proporciones épicas. Alguien fue sacado en brazos de un baño. Otro se cayó en Isabel la Católica al encapricharse con manejar una bicicleta en completo estado etílico.

Teníamos tantísima pila que nos mudamos de Cantina cuando cerraron el Corona. Nos dirigimos a la Dos Naciones, famosa por su caldo de camarón (¡Gratis!) y porque las muchachitas espantadas que no han visto mucho mundo pueden contemplar de cerca cómo trabajan las ficheras y los miserables que son en realidad los auténticos borrachos de cantina, o sea güey: un lugar kitsch donde los mozalbetes juegan a ser tipos duros con la consigna de que ser naco es chido. Yo la conocí porque en ese folklórico lugar mi mejor amiga de la universidad celebró su cumpleaños veintiséis por recomendación de su exnovio, un músico que aquella noche reprodujo casi perfectamente el diálogo de Mr. Brown sobre el verdadero significado de "Like a Virgin". Pero ese domingo de finales de enero el lugar estaba semivacío. Pusimos música en la rockola y bailé con dos amigos (no, no era un concurso de twist), al terminar la segunda canción, uno de ellos escuchó en la mesa cercana al viejo artefacto a un par de extranjeros hablando francés. En esos días yo empezaba a planear un viaje a Europa y había sido el objeto de muchas burlas por mi pobre desempeño en la belle langue. Entonces, porqué no, a mis amigos se les hizo fácil hablarle a los fuereños e invitarlos a nuestra mesa cumpliendo cabalmente con el cliché del mexicano amiguero, fiestero y hospitalario. Platicamos con un francés que viajaba solo y hablaba un español bastante entendible, el otro resultaría un canadiense que no se comunicaba más que en inglés pero llevaba una cámara con la que inmortalizó nuestra radiante salida de la cantina en la madrugada. La magia de la supercarretera de la información -slogan noventero- nos permitió seguir en contacto con el franchute, al día siguiente ya éramos amigos en facebook.

Mi nuevo amigo cumplía cabalmente con el cliché del francés que se enamora de México: adora los tacos al pastor, la cerveza mexicana, sabe casi todos los equipos de la liga nacional, le gusta el español y no dejaba de alabar lo maravilloso que es nuestro país, como dato curioso comparte apellido con la señora de Nicolás Sarcozy. No supe bien cómo es que los demás y yo nos convertimos en sus guías de turista por un par de días, un poco por gusto pero más por una extraña obligación de no dejarlo paseando solo en la ciudad. El último día, justo antes de partir al aeropuerto, todavía lo llevamos a Garibaldi a probar el pulque, cosa que también valió para mí pues nunca antes se me había presentando tal oportunidad.
¿Rink? Oh, the mexican emperors suena como mexicana empedarse.
Lo hice con bastante suspicacia y terminé adorando su sabor a tal grado que ese día a pesar de que el visitante ya había dejado el territorio, busqué otra pulquería en el centro (¿por qué no?) y de nuevo sin saber cómo, empezamos a platicar con un grupillo raro como extraído de 1999, donde una chica hablaba de la huelga de la UNAM y la gratuidad de la educación con el tono más fresa posible y con evidentísimo arrastre de letras, recordándome vívidamente a los chairos de la prepa seis y la huelga de aquel año. Era un pintoresco, lamentable y terriblemente extraño grupo de personas que ahora a los sociólogos y comunicólogos les gusta llamar con notoria preocupación "ninis", un pseudopoeta -poetwittero- que en cada oración usaba la palabra "goooeii", un estudiante de diseño que me contaba de raves y de que trabajaba como chofer para pagarse la escuela y supongo que sus gustos junkies.
La greña del muchacho poeta. Díganme si no es un corte noventero. Niéguenlo. Ella es la chica guapa. En la foto no se ve pero tenía un cuerpazo.

Y sí, todos se habían conocido en la pulquería esa misma tarde. Apenas eran las nueve de la noche y fuimos a otro lugar, por más pulque. En el trayecto la chica guapa estaba tan bebida que se detuvo a orinar sin asomo de pudor atrás de un auto -y sin otro al frente que la tapara- en pleno Mesones. "Órale con la ruca reloca que se quedó orinando allá atrás" comentó el poeta. ¿Qué hacía yo con esa gente y por qué no me iba? Tal vez era la escuincla espantada, aunque entrada en años, con ganas de conocer esos mundos de los cuales siempre había sido sólo una gris espectadora a través del cine kitsch. "Well, let's just say I like to -try- live dangerously". Pláticas inconexas y bastante risibles (en mis interiores no dejaba de burlarme del bobo que me resultaba el poeta) prosiguieron un par de horas en otro local con un mobiliario que casi parecía sacado de un lote baldío y gente que fumaba mota como si estuviéramos en Ámsterdam. Un lugar al que con mucha probabilidad no regresaré y que en otras circunstancias no visitaría.
"No subject will ever be taboo. Except, of course, the subject that was just under discussion. Now, if any of you sons of bitches got anything else to say, now's the fucking time!"

Llegué a casa a las once de la noche sin rastro de borrachez pero sí con un notable cansancio después de tanta juerga seguida y combinada con trabajo freelance " It's mercy, compassion, and forgiveness I lack. Not rationality". Eran las aventuras estúpidas y sensuales que nunca en mi mocha y recatadérrima existencia me había permitido tener. Era presenciar por una noche algo que debí conocer a los diez y nueve años y no a los veintisiete. Eran los primeros días de febrero.

El francés nos mandó un mensaje hace poco, vendría de viaje por dos meses con su mejor amigo -malditos, tienen tantas vacaciones- y esperaba vernos de nuevo. Lo vimos el viernes y ese día quedamos en cumplir una de las actividades que nos faltaron por hacer la última vez, ir a la lucha libre. Hubiera sido el domingo pero ese día jugaba el América y n'été pas possible (puaj). El martes sería. Llegado el día no pudimos ponernos bien de acuerdo y para cuando me confirmaron era muy tarde para avisarle a más gente, de hecho, a quienes alcancé a decirles se negaron rotundamente "no mames, es martes, mañana hay que ir a la oficina..." bla bla bla. Me fui sola al centro a recogerlos. Deseaba llevarlos a la Arena Coliseo "es que la Arena México se atasca de fresas que creen que ser naco es chido e ignoran por completo del mundo de la CMLL, van a beber, ponerse una máscara y hacer poses acá" lo he dicho mucho a pesar de que sé que me muerdo la lengua un poco cada vez. Les expliqué por qué en la Arena Coliseo sí se respira el ambiente de la genuina fanaticada de la lucha libre. Pero, carajo, llegamos después de las siete y estaba cerrada "No, es que ya no hay funciones el martes desde hace un chingo" me respondió la señora del puesto de elotes en República de Perú. Me encapriché y busqué la cartelera de la México, sí había función. Caminamos hacia metro Allende y a pesar de que su entusiasmo estaba un poco decaído por la hora (ya las 7:48 pm. marcaba el reloj de Pino Suárez) mi obstinación los obligó a acelerar el paso saliendo de Cuauhtémoc.

Llegando a la Arena pensé que tendríamos que comprar boletos en la reventa pues las taquillas estaban vacías y parecían cerradas, pero como uno debe evitar a toda costa mostrarle al turista el grado de corrupción que existe en el país, de todas formas me dirigí a una y voilá, aún había boletos. Ellos quisieron estar hasta adelante, 98-varos-por-favor. Entramos y la acomodadora nos guió a nuestro lugar, pero había gente sentada ahí. Platicó con otro acomodador, nos preguntaron donde habíamos comprado los boletos. De pronto, una cara era familiar. En la segunda fila de una semi vacía Arena México estaba sentado el mismérrimo Quentin Tarantino. Q-U-E-N-T-I-N T-A-R-A-N-T-I-N-O, no maméis. No supe qué hacer, bueno sí, lo fui a tuitear -¿para qué usa la gente el twitter sino pa' mamonear?-. Lo mejor vino después, resulta que como habíamos comprado los boletos en taquilla y Quentin y sus acompañantes estaban sentados en nuestros asientos, los movieron a la fila de atrás. LOS MOVIERON y yo no hice nada ¡NADA!, estaba tan nerviosa e ida que no pensé en decirles a los trabajadores de la Arena "no, por favor no, déjenlos en esa fila, nosotros tres nos sentamos en otro lado". A los franceses la anécdota les divertía "cuando regresemos a Francia será gracioso contar que por nuestra culpa movieron a Tarantino de lugar", la ironía para mí es que viviendo ambos en Cannes, se hayan topado en México al Director ganador de la palma de Oro en 1995 y no en la ciudad que alberga el festival más famoso de mundo.

Pasé dos horas sentada en la fila de adelante de Quetin Tarantino en la Arena México escuchándolo reír, bromear y gritar mientras veía Lucha Libre. Tiempo en el que un par de veces cruzamos miradas (pues yo volteaba cuando lo escuchaba decir algo muy gracioso), en lo absoluto tiene pose de director creído y mamón, bromeó un par de veces con nosotros pues estábamos tomando fotos de los luchadores y al él parecía "pretty cool 'uh" (oh, lo escuché decir la palabra "COOL" como diez veces), y pedimos juntos la cerveza al repartidor. Hubiera sido muy estúpido de mi parte no pedir un autógrafo -cuya colección ya es bastante respetable- así que aún muriéndome de la pena, volteé y a escondidas le pasé el programa de esa noche de la Arena y una pluma. Tomarme una foto a su lado me parecía demasiado y pensé que haría muy notoria su presencia en el lugar. Fueron dos horas donde no cabía de la felicidad y la incredulidad, sobre todo por la serie de eventos que me habían llevado a ver la lucha libre un martes (un día en el que casi nadie asistiría y a un espectáculo al que sólo se va a echar desmadre en grupo una vez al año o cuando a uno le toca pasear turistas), justo el día que a uno de mis directores favoritísimos lo invitaron -seguramente- Daniela Michel y Guillermo Arriaga. Es que no me imagino mejor circunstancia, escenario más adhoc o una sorpresa farandulera más innesperada.
Quentin posando para mí. Ni en mis sueños más guajiros lo hubiera imaginado.

Todavía otra conmoción: el periódico Reforma -al que odio bastante por su terquedad imbécil de no permitir vía web leer gratuitamente su edición- publicó al día siguiente una nota y una galería de fotos del suceso, en las que aparezco junto a mi idolazo (así que no me duele no haberle pedido que se tomara una conmigo):
En pleno grito.
Le manejamos lo que es el Perfil Griego al lado del Gran Director.
La noche del martes pasado fue una de las más bonitas de este año, casi que un regalo de cumpleaños atrasado, porque muchas veces es gracias a esos pequeños momentos de extraña sincronicidad que verdaderamente nos sentimos extasiados de vida. Y que no sólo son equiparables en la alegría, también lo hacen y algunas veces más claramente, en la tristeza. Las coincidencias que desembocan al dolor también nos dicen que estamos vivos, pues ¡ah!, cómo joden... y joden bastante. Por eso si existe la posibilidad de pensar que muchos sucesos de la vida son producto de una casualidad y carecen de un porqué o creer que hay coincidencias que no pueden ser obra del azar, a veces es bueno imaginar lo segundo.

martes, 30 de junio de 2009

Decidirse: votar o anular.

La decepción. Durante años hemos vivido conociéndola y reconociéndola y volviéndola a conocer. Por que por alguna extraña razón, a diferencia de otros animalitos de la creación que erran y no la repiten, nosotros siempre queremos creer que ahora sí "es de a de veras", que ahora sí "es cierto", que ahora sí "es diferente", que ahora sí "son tiempos mejores", que ahora sí "éste es el bueno".

Y hasta ahora... ninguno.

La frase que muchos abrazan es "yo voté por %$##%&$%& en 2006, pero ahora me arrepiento", comentario que aplica para ambos candidatos. Después de sexenios llenos de desengaños, legislaturas de hueva, ¿qué podemos hacer?, ¿cómo mostrar el descontento?. Una marcha no serviría de nada. Recuerdo con pesar que algunas vez intenté promover un boicot contra el alza de precios en los supermercados (cosa de hace más de una década) y la gente sólo nos miraba atónita y desinteresada. Basta ver unos meses atrás que pasó con la iniciativa internacional de "la hora del planeta". Estoy convencida que cualquier movimiento social masivo en México es imposible. Somos apáticos, y lo que es peor, somos ariscos (igualito que la burra, no éramos, nos hicieron).

La cosa se tornó más horrorosa en 2006, nos dividimos. Yo tuve SERIOS problemas con amistades y familiares. Habrá quien piense que tal algidez era benéfica, yo no lo percibo así. Si bien es cierto que se agradece que la población tuviera mayor participación y opinión política, yo creo que mucho de ello era más cercano a un fanatismo ciego y a una percepción obtusa, sin asomo de matices. El bueno era muy bueno y el malo era muy malo.

¿El voto nulo será lo que necesitamos?. Lo dudo, pero vale la pena intentarlo. Los más perjudicados serán los "partidos chicos", dado que los "grandes" tienen ordas de militantes que los sacaran del bache. Lo que realmente temen es perder su dinero, que diga, su registro. Estas elecciones serán votadas por minorías politizadas. Por gente en un pueblo a la que le dan un celular con cámara a cambio del voto "pero me traes la foto que muestre que votaste por nosotros". ¿Quihubo?, la tecnología al servicio de la partidocracia. El voto nulo no les está quitando el sueño, a pesar de que se muestren preocupados por él. Lo importante sería comprobar, si los mexicanos podemos organizarnos así, nomás de boca en boca (de blog en blog), de puritito coraje colectivo. CORAJE-HARTAZGO COLECTIVO. Ya no creemos en sus promesas. Nos burlamos de sus jetas en los anuncios, de sus eslógans forzados, pendejos, y demagogos. De los estribillos de jingles ridículos. De los comerciales donde quieren hablarnos cómo si fueramos niños. De que exista un partido cuyos rostros estén ocultos y se use a dos actorcetes para la campaña.

Yo quiero vivir en un país donde castiguemos ejemplarmente a aquel gobernante, representante, presidente, que no hace su trabajo como debe. (¿en qué va lo del incendio de las guarderías?, por citar un ej. reciente). Nosotros teóricamente somos sus jefes. Si yo la riego en mi trabajo, me regañan, me bajan el sueldo, me corren. ¿A estos cabrones qué les pasa?. NADA. Al contrario, legislan a favor de subirse el sueldo o darse un bono, y eso sí lo hacen rapidito y bien, ahí sí están todos de acuerdo.

Mucho del problema estriba en que ser "servidor público" en éste país es sinónimo de enriquecimiento fácil. Si los sueldos de estas escorias fueran similares a los del grueso de la población, les creería más sus lindas intenciones o su vocación de salva-patrias.

Quisiera ue el voto nulo tuviera un eco tal, que se vieran obligados a hacer algo, que se asusten. Mi guajirada es la siguiente (y ya lo había dicho un analista político hace unos años, pero no recuerdo quien): Tanto porciento de votos anulados, tanto porciento menos de presupuesto a los partidos políticos. Sería la única manera de que nosotros, EL PUEBLO, los que se supone tenemos EL PODER, castiguemos el mal trabajo y las falsas promesas de los partidos políticos y sus integrantes.

Apuesto que muchos de los blogueros que conozco serían mejores políticos. Mejores candidatos (al menos más creativos). Mejores representantes. Unos verdaderos servidores públicos. Pero entrar a la política es igual que nadar en un pantano, es imposible salir limpio. Platicaba con Nahual, que aunque haya quienes llegan a un partido con verídicos deseos de "cambio", el engaño y la intriga son tales, que a la larga se verían inmersos en las mismas triquiñuelas. Los partidos políticos parecen pedófilos. Violan "niños" que después se convierten en nuevos pedófilos que acarrearán más inocentes víctimas.

Que el voto nulo no sea sinónimo de apatía, de desinformación, de irresponsabilidad. Sino de EXIGENCIA, una significativa llamada de atención, de unidad.

viernes, 17 de abril de 2009

Me gusta lo "caro"

Yo me rehuso a viajar a Europa. Tal vez sea por que actualmente ir a Europa es referencial del estatus. Detesto (y considero de mal gusto) las fotos donde las personas posan con la torre Eiffel de fondo, es el cliché máximo del turista europeo. Todos quieren ir a Europa porque es el primer mundo, hay belleza pa' donde voltees (¿y aquí no o qué?). Ve a Europa y muere después. Hay quien viaja a España y no va a la Alhambra o no sabe quien es Calatrava, mucho menos visitó el Guggenheim. Pero "España es lo máximo". No sé, de pronto simplemente soy una idiota que encuentra repugnante tanta adoración a las Europas, cuando, esos gobiernos, esas sociedades, son tan "esplendorosos" porque se cimentaron en colonias y sistemas económicos que poco o nada bueno han hecho por otros países. Soy una extremista y ¿qué?.

Prefiero ir a botar mi dinero en otras latitudes. Por desgracia resulta más caro. Estaba escuchando el soundtrack de "Slumdog Millionare" (eso sí me fascinó de la película, bueno, la película me gustó pero hasta ahí) y pensé "que chingados, tanta joda laboral que valga la pena, vámonos a la India". Y juuuusto, juuusto éste año hay eclipse total de sol. Soy una dañada-clavada de la astronomía, casi me desmayo de la felicidad en 1991 cuando desde la azotea del edificio donde vivía contemplé el eclipse, y casi quedo ciega porque por ratos me quité el protector (soy una terca). Ir a la India implica un gasto más fuerte que ir a Europa ¿por qué?...¿por qué siempre me interesa lo más difícil?. Sobra decir que desde niña siento una especial devoción por la cultura Hindú, en mi colección de películas hay 5 relativas a la India, la última "Water"-jaja, serían 6 si consideramos "The Daarjeling Limited"-. Entre las personalidades que más admiro están Gandhi y la diminuta pero enorme monja de Calcuta. La ropa, la fisonomía, me atraen demasiado. Su historia, su mística milenaria. Son decenas de razones por las que quiero ir a la India.

El problema es que hay crisis, el peso no está devaluado, sino lo que le sigue, y los vuelos son excesivamente costosos. Además, soy una bruta que no sabe organizarse y buscar promociones. En el blog de la pequeña capitalista hay un post reciente en el que nos recomienda ligas para viajes baratos, buscaré y buscaré, a ver si mi guajirada es viable.

Tips son bienvenidos, donaciones espontáneas también...

miércoles, 23 de julio de 2008

Amar México, amar al De.Fe.

Creo que desde la preparatoria escuché terribles quejas de México, o mejor dicho, les puse más atención. El sueño guajiro (en aquel entonces) de muchos compañeros era el viajar a Europa, estudiar la universidad en París, hacer una especialidad en Estados Unidos. "Lo que sea con tal de salir de aquí". Yo no. No sabía porque. Creo que la gente es gente en todos lados. Tengo aquí a mi familia, las personas que quiero, mis recuerdos.

Conforme han pasado los años, esos sueños comenzaron a hacerse tangibles.

El perico donde quiera es verde, nadie lo puede negar. Yo no creo que una persona se haga más inteligente, capaz, ó brillante por irse a estudiar/vivir/trabajar al extranjero. Lo siento. Qué conocerá otras costumbres, gente nueva, adquirirá experiencias diferentes, se volverá más tolerante (o lo contrario), cambiará su perspectiva. Eso sí tal vez. Es como el asunto de las universidades, si estudias en una privada no serás un mejor (-profesión de su agrado-), pero tal vez tengas más palancas y conectes.

"Es que es otro nivel de vida", pues sí, la ciudad de México tiene un gran altura, ningún sitio está al mismo nivel sobre el mar (ja, que forzado comentario). Creo que el nivel de vida que deseamos no debería definirse por la posición económica de un país, por tener casa de campo o camioneta del año, nadie le hace mala cara al comfort, pero de ahí a que sea lo prioritario...es como vivir con el complejo malinchista, pero sin admitirlo. El extranjero es mejor, más limpio, más próspero, más bonito, más inteligente, más mejor. Para mí, escuchar a un mexicano decir "es que los mexicanos son sucios, corruptos, tranzas, conformistas...", es casi de risa. Lo correcto sería "algunos mexicanos somos...".

Hace un par de días platicaba con un argentino, quien dijo estar enamorado de México, estábamos en el centro, en uno de esos sitios que tiene siglos y hoy albergan DJ's y música electrónica, para él, eso era surrealista. No es la primera vez que escucho a un extranjero decirlo. La mayoría de los que conozco adoran el país, tanto así que se quedan a vivir aquí. Hablan de la gente, la calidez, la maravilla de paisajes, la historia, las costumbres exóticas que los intrigan y a la vez les encantan, la comida, la multiculturalidad que sólo un país mestizo puede tener. Nosotros, que aquí nacimos y vivimos, casi siempre lo olvidamos. Me relató la cruda experiencia de la crisis económica argentina que dejó a la Banca bien rota (literalmente) hace 8 años; que el conocía a muchos argentinos que llegaron a México sin nada, y hoy tienen empleos decorosos, bien pagados, o son propietarios de un negocio fructífero. "México es una tierra de oportunidades". ¿QUÉ?. Sí, para muchos centro y sudamericanos lo es. Para mí también. Es fácil decirlo con el refrigerador lleno, pero así es. Entiendo la situación de un campesino, de un indígena, para quienes es muchísimo más difícil ganarse la vida y dolorosamente optan por irse a Estados Unidos (nuestra versión de "tierra de oportunidades"), porque aquí nomás no hay de otra. Pero para otros sectores de la población, la circunstancia es distinta, existe un desgano y un valemadrismo inverosímiles, gente que hace su trabajo mal y de malas, sin ganas de prosperar, con la queja eterna pero la acción nula.

Mi madre me comunicó hace un tiempo que la situación económica está del asco. Que el aceite está casi al doble del precio de hace unos meses, lo mismo el arroz, el jabón, hasta el papel higiénico. Que si antes gastaba 300 pesos en el mercado, hoy son 500. No me había dado cuenta qué tal mal, pues no voy al super, no cocino, como casi puro "pastito" (oséase ensladas). Mis desembolsos directos son el gasto que doy para la casa, celular, ropa, jolgorios dipsómanos, cine, conciertos, transporte. Una cosa es leerlo en los periódicos y otra verlo con tus propios ojos.

Obviamente ello no es del agrado de nadie, y yo, mala para entender de economía y administración, nomás no le hayo el porqué.

En la primaria aprendí que México es enorme, lleno de recursos naturales, litorales, petróleo (puaaaj), tierras fértiles, bla bla bla. Y ¿entonces?. Hoy, vientipocos años después sigo sin entenderlo así me desglosen teorías económicas de la globalización y el libre mercado, y que debe haber inversión extranjera, no, no entiendo ni con manzanas, cómo fregados con taaanto, se tiene tan poco.

¿Primordiales responsables? Los ladrones, atascados, cínicos, ojetes. Nuestros queridos gobernantes/secretarios de estado/diputados/senadores. Toda la asquerosa jungla de la clase política. Toda ella. Y nosotros, por aguantarla, por preferir irnos de aquí asqueados, en lugar de oponernos. Nosotros, los silenciosos cómplices.

Huyamos de ellos, odiémoslos a ellos, maldigámoslos. No a México.

lunes, 3 de marzo de 2008

Ejercicio

Sí, es bueno para la salud, libera endorfinas, es el método más eficaz para contrarrestar los estragos provocados por el paso del tiempo, nos sentimos saludables...

Maravilloso. El problema radica en dejarlo de practicar. El cuerpo se desacostumbra, y al retomar la dinámica, el aguante es menor y al día siguiente surge la sensación conocida como "estoy adolorida". Me duelen tanto algunas partes de mi cuerpo, que me hacen pensar en no dejar que pase tanto tiempo sin volverlo a hacer.

martes, 19 de febrero de 2008

Dentro de algunos años

8.25 Me despierto, muy levemente cruda después de la borrachera terrible de ayer (casi ni tomé, he perdido la costumbre) con motivo de la victoria de México sobre Alemania, en las semifinales del Mundial (de las únicas ocasiones en las que veo el futbol, pero he de aceptar que me gustaría mucho mucho que esto sucediera). Lo primero que veo es la espalda de mi amado… hacemos el amor. Me quedo dormida (obviamente después de, sino qué clase de persona sería).

9.30 Vuelvo a despertar. A través de la puerta de la recámara entreabierta percibo el olor a café preparándose, mi amado cocina nuestro desayuno mientras escucha a los Beatles.

9.45 Desayuno con mi hija bellísima (el vivo retrato de su madre). Tiene 11 años. Hablamos de cine; adora a Tarantino y a Michel Goundry, empieza a entender a Kieslowski.

10.15 Salgo a hacer ejercicio con mi hija, mientras mi amado se queda en casa a escribir y extrañarnos.

11.30 De regreso compro el periódico y la revista de cine de Lollipop (Viggo Mortensen en la portada, acaba de ganar su segundo óscar).

11.45 Leo el periódico. Se descubren dos novelas inéditas de Kundera, quien tiene poco tiempo de haber dejado este mundo(snif). Mi amiga Ariadna gana el Nóbel de Ciencias. Mario Marín y cierto ex-presidente mejicano, encarcelados. Pati Chapoy, Jordi Rosado y Niurka Marcos han sido deportados del país, por faltas a la cultura nacional. Regresa la serie Dr. House: brutalmente geriatra.

13.30 Prendo la televisión. Veo con gran admiración que la televisión mexicana abierta le hace fuertísima competencia en creatividad y buen gusto a la mejor del mundo, ¿para qué tener otro sistema?. Telenovelas inteligentes, series ORIGINALES, documentales dignos de premio. Un placer ver la tele. Dibujo un rato con mi hija Valentina.

15.45 Llamada de mi asistente. El guión de mi película ha sido aceptado y será rodada a la brevedad. La dirigirá Christoffer Boe.

15.51 Otra vez mi distraído asistente. Olvidaba decirme que en el despacho hemos sido nominados de nuevo para premios de diseño, trabajo con los diseñadores más creativos y chingones.

16.23 Llamo a Emilio, su novela será llevada al cine y la dirigirá Wong Kar-wai, ¡Qué gustazo!

17.05 Prendo la tele otra vez. Informe de gobierno del presidente de la república Ricardo Jimenez, mi amigo de la Universidad. Todo bien en el país.

18.10-23.30 Leo un rato, hago el amor un rato, diseño/dibujo un rato.

23.45 Salgo con mi amado al bar de unos amigos. La champagne corre y vuela, pero nos damos cuenta que es tarde y estamos un poco cansados por el desvelón de anoche.

Soñar no cuesta nada...

Este post fué pirateado vilmente pero con permiso de su autor, he aquí el original...¡Gracias Emilio!. Lo posteo hasta el día de hoy, que fué un día muy apestoso y de puras noticias feítas.