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jueves, 30 de abril de 2009

Datos de la Influenza, mientras son peras o manzanas...II

Vamos a tener que ser muy pacientes. Esto apenas empieza. Si bien no sabemos si se normalizarán las clases y trabajos, habrá que esperar unos días a ver qué programa de acción se sigue.

Tania me pasó este documento:

PLAN NACIONAL DE PREPARACIÓN Y RESPUESTA ANTE UNA PANDEMIA DE GRIPE.

Era un pdf bien formal, pero lo tuve que convertir a .doc, no sé como subirle archivos al blog.

Es un protocolo de acción del gobierno español es caso de epidemia o pandemia por un virus de gripe desconocido.

Las medidas a seguir, son exactamente las tomadas por el gobierno mexicano (dado que tales protocolos son estudiados y generados vía OMS). Lo preocupante fue encontrar que algunas acciones deberán seguirse por SEMANAS. Y estará bien. No podemos permitir que el chingado bicho infecte a más personas (¿de verdad hay gente que quiere conocer a alguien con influenza, o saber de alguien cercano que murió por su causa?) y entonces agarre más vuelo y ahora sí, ni quien lo detenga. No es necesario que haya miles de muertos para que la situación sea grave, ya están estimando una fatalidad del virus del 7% (yo espero que sea mucho menor), mayor que la del virus de la influenza española. Lo que lo hace peligroso es la facilidad con que se transmite, no a cuanta gente mate de madrazo. Entre más enfermos, mayor dificultad de erradicarlo, y estaríamos provocando, tal vez, y ojalá esto NO ocurra, una nueva mutación de dicha cepa que ahora sí, sea más mortal y sumamente contagiosa.

Ya hay más páginas para el despeje (despeje, jajaja, eso es tan 2006), bueno, para aclarar dudas. Los programas del once y el 22 me han parecido buenérrimos. A pesar del caos mediático, creo que las cadenas televisivas más importantes del país, se ha visto chafonas (de por sí).

http://www.influenza.df.gob.mx/

http://www.cdc.gov/swineflu/espanol/
http://www.elmundo.es/elmundosalud/2009/04/30/medicina/1241094662.html ¡Calma!

Mi amigo el nahual publicó un post donde hay mucha información confiable y más ligas.


(Bien por el canal once, quienes por cierto cancelaron los cambios de horario de los programas y regresaron "Conversando con...", pa' que vea que a veces, quejarse sí sirve. Eso no quita que el logo sea asqueroso como él solo, y la campaña una pendejada atroz.
Yo estoy esperando el spot de televisa estilo "Crisis económica"...¿Saldrá Ninel Conde con tapabocas?...o, uy, la verdad es que estoy perdida con eso de las estrellas del momento telenovelero-pseudoreallitydominical...he estado viendo mucha, mucha tele.)

El martes vi a mí amigo Rufián en un parque por mi casa (regreso a la adolescencia, parte 2), ya que por cuestiones de trabajo tuvo que venir al rumbo. Resultó muy extraño que al saludarnos titubeáramos por si nos dábamos un beso en la mejilla. La plática transcurrió en una banca, como "de lejitos", y aunque lo intentamos, no pudimos hablar de otra cosa. De pronto llegó una mujer, estaba a unos 10 mts. de nosotros. Estornudó, se sonó la nariz. La , se lo comenté a Rufián. Ambos "aclaramos" nuestra garganta. Luego algunos oficinistas llegaron a comer. Todos iban con tapabocas. Vi una imagen tristísima...Contexto: Hay un caso de los simpson donde a Homero lo sigue un carrito de Hotdogs "Es que está pagando la universidad de mis hijos". Pues a mí en la infancia-adolescencia me seguían los carritos de papas. Papas. Con limón, sal, y haaaarta salsa valentina. Pocas veces puedo resistirme a comprar papas. Y casi siempre termino con la rompa manchada de rojo...Pues el martes un carrito de papas..lleno, abundante, generoso. Y al señor que las vendía...con el tapabocas raído y el ánimo en el piso, me miró como diciendo "por favoooor cómprame algo", pero por ser la primera vez que caminaba de día en las calles, iba como apanicada. Burra. En la comida no se transmite la enfermedad. Por favor, no dejen de comprar papitas en la calle, digo, puede dar salmonella, pero a quien el importa ahorita la salmonella. Es por eso que no suspendieron los servicios de comida a domicilio. No existe prueba de que sea una vía de contagio. Comamos lo que sea (podemos enfermar, pero no de influenza porcina). "A comer y a tragar que el mundo NO se va a acabar". Escribo lo anterior, por que me dí cuenta algunas personas están buscado vía google si pueden comer alimentos en la calle o si la enfermedad se transmite en, y llegan a este blogcito. Me sorprende que lo busquen así y no en páginas oficiales. Si no se confìa en la autoridades, entonces, mejor escribirlo aquí, siempre es un alivio para los ansiosos encontrar lo que buscan respecto a una enfermedad. Lo sé por que hace algunos años yo era así.

También había en el parque una parejita puberta besándose. Qué prueba de amor (o de calentura) más grande. "No me importa enfermar, si es por estar contigo" aaaaahhhh. Me dieron ternura, cuando yo suelo verlos con cara de "mocosos-jariosos-estos".

Ayer fuí al tianguis. La mayoría con tapabocas, yo no llevaba, lo olvidé. De todas formas no me sentí señalada. No noté una disminución significativa de la concurrencia. Hasta me compré un tlacoyo y un coctel de betabel.

Ya van dos veces que veo a una condutora toser/estornudar. Una fue Adriana Pérez Cañedo. Su nerviosismo fue inmediato y explicó que era debido al aire acondicionado del foro. Antes, cuando alguien tosía al aire...daba igual, el conductor no le prestaba importancia y seguía hablando. En el canal 40 , hacce unos minutos a otra conducora le dió un ataque de tos, su compañero de emisión se puso rojo y tartamudeó. "Pero no es influenza eh".

Es día del niño. Snif. No puedo ver a mis sobrinitas. Las extraño. Alguna vez mientras se festejaba el día del niño, vi que se mencionaba a Ana Frank (que soy retefan de Ana Frank)... Es horrendo vivir encerrados.

ACTUALIZACIÓN

Acabo de darme una vuelta por coyoacán. Fui a telcel a pagar mi celular y ahí sí me puse el tapabocas. Soy una mala persona, hice como que tocía, y la mujer que estaba adelante de mí y no llevaba, dió un paso al frente para alejarse de mí. Ja. El miedo no anda en burro ¿verdad?. Me compré un café en Starbucks. Me imaginé las calles más vacías, y no. El centro de coyoacán luce concurrido. Al menos no hay ambulantes, entonces la gente está sentada en las bancas y en las jadineras, se ve en mayor cantidad que un día común, como si todos estuvieran de pic-nic. Los rostros cambian, de la "sacadez de onda" que más bien olía a miedo, por rostros más animosos y sonrientes.

Pasé por la freseis y está cerrada. Y recordé. Hubo otro 30 de abril que también lo estuvo: El del '99, en aquella ocasión lo estaba por la huelga de la UNAM. Los dos años anteriores, mis amigos de la prepa y yo nos íbamos al parque de Xicoténcatl a "festejar" el día del niño, por eso aquel 30 de abril pensé que iba a ser triste, al final no lo fue del todo, justo un poco como este, exactamente diez años después.

martes, 9 de septiembre de 2008

¿Qué será del D.F. sin la Defe?

A veces he pensado en cambiar mi nick por *defectuosa salitrosa*. Si algo va salir mal, no va a resultar ó se va romper, tuve que ver. A veces soy muy torpe y le echo la culpa a una nube maligna que debe rondar mi persona todos los días y a toda hora, lo que es peor, a veces de verdad siento que hay una confabulación de energías universales para amargar mi destino. A pesar de que me digan que hay más probabilidades de morir por viajar en el lomo de un burro que por tomar un avión, yo no lo sé a ciencia cierta. “¿Porqué habría de pasarte a ti?”, yo salgo siempre con la contra pregunta “¿y porqué no?”, bien positiva ésta chica.

Tengo miedo a volar en avión, nunca lo he hecho, y mañana, es decir al rato, estaré trepada en una de esas aves metálicas todas contaminadoras y escandalosas. Y tengo miedo, ¿qué tal si no tiene falange izquierda (chiste pa fans de friends)?...

La otra opción es que a veces puedo ser terriblemente egocéntrica y por eso creo que las calamidades externas son, fueron, serán por y para mí. Cómo el tráfico, y la ilusión de la fila de al lado avanza más rápido, la cajera lenta o torpe es la que me atiende, justo cuando salgo de la oficina empieza a llover, y justo el día que no llevo paraguas y justo cuando llevo los zapatitos beige de gamuza...

También he pensado que el miedo a volar pueda tener un orígen más arraigado en mi psique. No sé, tal vez sólo pase y ni cuenta me dé y tan feliz. Ó tal vez haga un “Marge Simpson” en el aeropuerto.

Voy a la playa, al paraíso donde vive (hasta la próxima semana) mi amiga Ariadna. Será una travesía especial, por que por primera vez después de diez años de amistad, mis cuatro amigas de la freseis y yo viajaremos juntas (ahora que lo pienso es como una forma de festejar), y por que será para despedirnos de Ariadna (a quien cariñosamente adjudicamos el sobrenombre *tontita*) que se marcha a España a estudiar la maestría. Ahorita ya lo digo muy contenta, pero la idea de despedir a mi amiga en aeropuertos cada dos años y saber de su vida por messenger no termina de satisfacerme...la otra es que no soy muy fan de la playa por culpa de mi piel, me pongo rojísima y nunca me pelo, entonces ando por el mundo como de colores: Rojo, rosa, morado, quemado, etc. También me choca planear cosas y hacer itinerarios, soy más de “ahorita se me antoja tal”, y ¿cómo puede uno reservar via web, con qué seguridad?, si no confío ni en las fotos de los menús de los restaurantes, mucho menos en las fotos de las habitaciones de hoteles. El año pasado fuí a Acapulco al hotel...chale no me acuerdo cual, pero era de esos que son cadena y hay mil ocho mil en el país, de 5 estrellas. En la habitación descubrimos cucarachas. Por eso soy más de la idea de ir, ver el hotel, y decidir en la marcha.

También le tengo miedo al mar (chale, qué pinche miedosa soy), no sé nadar. Alguien me dijo que tengo que aprender, no por que sea necesario, dado que mientras no me acerque al agua no corro peligro, sino para aprender a no querer imponer mis ideas y control sobre los asuntos de mi vida en los que no decido yo. Esa persona me dijo que era muy *mental* y que mi constante (y castrante) ir y venir de ideas no me dejan soltarme y dejarme llevar por la corriente...

Ayer por la tarde fui de compras y sufrí. ¿Quieren ver como enloquece una mujer y se instala en un mal humor cuando va de compras?, llévenla al área de trajes de baño. Qué suplicio más abominable. Pocas veces me he quejado de mi peso, soy delgada, no flaca, el haber practicado de niña/puberta un deporte de algo me sirvió, el ser vegetariana también, pero qué horror, qué fatal me siento en traje de baño, cosa que no sucede con ningún otro tipo de vestimenta. Los hombres la tiene taaan fácil con eso. Es que parece que todos los jodidos trajes de baño para mujeres estuvieran diseñados para que a la de a huevo tuvieran que verse *sexys*, vamos, hasta lo nauseabundos en colores y estampados parecen gritar “quiero verme sexy y que me voltees a ver”. Me compré los que pienso, creo, no me hacen ver mal ni llaman la atención, y dicen “yo vengo a disfrutar la paz de estas playas”, pasar desapercibida, pues. Chale, ¿porqué tantas mujeres tenemos esas inseguridades tan horribles con nuestro físico? (nota bloguera: tema para otro post).

Ni modo, pasaré el grito en plena playita, con sol, arena, mar, música lánguida y sensual...Ojalá y no se agarren mucho del chongo nuestros políticos con lo del grito. Es una tradición Porfirista (que se lleve a cabo el día 15 en la noche), no sé qué tanta pelea con eso si la historia oficial de la Sep ha satanizado tanto-tanto a Díaz (era un cabrón, pero ¡qué cabrón!), ya, regrésenla al 16, o que uno grite el 15 y otro el 16 y tan tan. ¿Se han fijado que cada presidente da el grito según cómo está su sexenio?. De de la Madrid no puedo opinar porque apenas lo recuerdo, Salinas de Gortari con más enjundia que lo que su delicada y esmirriada voz nos hicieran suponer, es que estuvo actuando todo el tiempo el muy culero; Ernesto Zedillo lo hacía fatal, hasta nervioso, sin ganas, muy “X”; Vicente Fox...tan grandote y tan chillón, se le salían los gallos, ¿no que mucho vozarrón?, y con la Marth'ita ahí, tan cerquita, casi calléndose del balcón; y...y... ah sí, Felipe Calderón...este...ejem...¿ha dado algún grito?...

Vuelvo en un parpadeo...

jueves, 7 de agosto de 2008

Mil novecientos sesenta y ocho

El gran año. Paralelamente a los sucesos acaecidos en el mundo, en México se distinguen dos, contradictorios. La olimpiada de la paz. El genocido cobarde.

Hace poco fui al Museo de Arte Moderno, visité la exposición "Diseñando México 68: una identidad olímpica". Había un mapa que mostraba al DeFe de ése entonces, qué pequeño se veía. Limpio, menos poblado, vintage. Sin esperarlo, me invadió una nostalgia por lo desconocido. ¿Cómo puedes añorar una ciudad que no conociste, un tiempo no vivido, una época en la que no estabas ni en los planes de dios?.

Fueron los primeros juegos en los que se incluyó una olimpiada cultural (ahora sería inconcebible tal desapego), que tuvieron simbología, que se transmitieron a todo el mundo. Los mexicanos la tenían difícil: " Toda la prensa europea se pregunta cómo ha sido posible que el Comité Olímpico aceptara que tantos deportistas sean expuestos a condiciones tan poco frecuentes. Ya se formula la exigencia: ¡Quítenle a México los Juegos Olímpicos!”. Ja, tarados. Resultaron un parteaguas en la realización, un hito en la creatividad de su diseño, atletas rompiendo récords mundiales que se mantendrían por décadas. Es obligado como diseñador ir a esta expo (y como defeño también).


No sé, me dió también esa onda de orgullo-gusto-¿vencomosipudimosybienchido,putos?. Algo que también descubrí es que toda la tendencia diseñística del logo y parafernalias similares no surgen exclusivamente del op art (lo que ignorantemente pensé desde la universidad), también lo hacen de los coloridos y contrastantes diseño de arte huicholes. Un mestizaje de estilos.

También caí en la cuenta de la cantidad enooorme de construcciones que se llevaron a cabo...y que llevan los nombres de los niños héroes... Gimnasio "Juan de la Barrera", Alberca Olímpica "Francisco Márquez", Palacio de los Deportes "Juan Escutia", jamás hice esa lógica relación, del último ignoraba el nombre original.

Quedé maravillada. Oía las fanfarrías que se compusieron especialmente para los juegos, videos de las competencias, fragmentos del documental "Olimpiada en México" (el único de esta índole nominado a un Óscar), la certeza de saber que más que millonarios patrocinadores (que en lo absoluto tendrían que ver con el deporte -¿coca cola?¿mcdonalds?-), que ciudades de opulentos países, que amañadas triquiñuelas para lograr la elección, ésta se logró a base de creatividad, esfuerzo, y buena :

"México desea mostrar al mundo su rostro contemporáneo, y anhela que los Juegos que organiza sirvan de punto de partida de nuevas experiencias para futuras sedes. Con el conocimiento mutuo, la fraternidad y la amistad, los jóvenes de los cinco continentes alcanzarán una estrecha relación que les hará sentir el respeto que merecen todos los hombres. Una mayor proyección espiritual: hermanar el arte y el deporte, el cuerpo y el intelecto. Juegos Olímpicos del Deporte, de la Cultura y de la Paz."

Arq. PEDRO RAMIREZ VAZQUEZ, Presidente del Comité Organizador.

Mientras continuaba fascinandome con la exposición, un video donde "Cantinflas" regañaba a una mujer por tirar basura a la calle y le decía que debíamos dar nuestra mejor cara, enseñarle al mundo un país lindo y educado...acto seguido, empezaba otro anuncio de la misma factura, pero en ésta ocasión Canti reprendía a un hippie, argumentando con las mismas oraciones, pero haciendo hincapié de "esos pelos", "esa ropa", "esa rebeldía"...A la par de mi descontento ante la "ingenua" y "sutil" intolerancia hacia los jóvenes del país, comenzó la proyección del discurso inaugural del gorila infeliz que fungía como presidente es ése entonces (del cual no quiero ni mencionar el nombre)...Sólo eschuchar el mediocre tono de voz me revolvió el estómago. Y luego, una imagen que me confundió:



De ninguna forma éste cartel me remitió al deporte olímpico de "Tiro"



El otro sesenta y ocho emergió en mis pensamientos.

La primavera checa, el mayo francés, los jóvenes del mundo y su poesía, sus sueños, sus ideales, sus protestas:

"Seamos realistas, exijamos lo imposible"

"Están comprando tu felicidad. Róbala."
"Olvídense de todo lo que han aprendido. Comiencen a soñar."
"Somos demasiado jóvenes para esperar."
"Las paredes tienen orejas. Vuestras orejas tienen paredes."
"No es el hombre, es el mundo el que se ha vuelto anormal"
"Pensar juntos, no. Empujar juntos, sí."
"Prohibido prohibir. La libertad comienza por una prohibición."
"La vida está en otra parte."
"La imaginación toma el poder."
"No puede volver a dormir tranquilo aquel que una vez abrió los ojos."
"Abajo el realismo socialista. Viva el surrealismo."
"Cuanto más hago el amor, más ganas tengo de hacer la revolución.
Cuanto más hago la revolución, más ganas tengo de hacer el amor."
"No se encarnicen tanto con los edificios, nuestro objetivo son las instituciones."
"Un pensamiento que se estanca es un pensamiento que se pudre."

Y surgió, mucho más fuerte y cercano, el dos de octubre.

En la conmemoración del treinta aniversario de la matanza de Tlatelolco, invitaron a una mesa redonda en el auditorio de la preparatoria seis (la freseis, pues) a algunos estudiantes que estudiaban ahí en 1968, entre ellos Paco Ignacio Taibo II. Ni la mitad del auditorio estaba ocupado (a diferencia de cuando el equipo profesional de los Pumas iba a recibir a los de nuevo ingreso). Yo me encontraba entre los que acudieron a esa cita, aún no cumplía 16 años e iba en sexto (él estaba también). No valdría la pena que con mi poca elocuencia tratara de resumir la narración de los ponentes. Justamente, me encontraba muy clavada con textos de la materia de "Ética", estaba estupefacta al comprender que los jóvenes de mi generación estuviéramos tan pasmados, tan cómodos, tan enajenados, tan en la idiota. Trataba de imaginarme viviendo en el 68, no en el indiferente 1998. Cuando comenzó la serie de preguntas, algunos estudiantes salían con ocurrencias como "¿y cómo era la escuela?", "¿No los regañaban sus papás?"...Yo me armé de valor y salí con la mía: "¿Porqué creen que los jóvenes de hoy estén tan muertos en vida (válgame), que no exista una genuina preocupación por la política nacional, por la crisis social, por la pobreza extrema, por volvernos un cambio...si los jóvenes de México estamos como zombies, qué podemos esperar de los adultos, porqué nadie hace nada, porqué todos se callan, porqué Acteal, porque no resurge ese espíritu arrebatado y revolucionario, yo contemplo a mis compañeros, y observo más preocupación por vanalidades, nadie se inmuta ante la injusticia (y entonces voltee a mi alrededor y ví la cara de desaprobación de muchos estudiantes, y opté por terminar) porqué?...Lo único que podía sentir en ese momento era el enrojecimiento de mis mejillas y el temblor de mis manos, tanta fue mis pasmación que no logro recordar bien a bien qué me contestó Paco. Si acaso las frases "creo que no es una pregunta lo que dijiste, es una queja", "la gente está demasiado cómoda", "la situación no es la misma, ya no existe tal represión, ustedes gozan ahora de más libertades gracias a ése movimiento"...De hecho hubo algunos chavos que empezaron a decir que ellos no eran así (¿porqué la gente suele ponerse sacos que no le tocan?), que estaban "vivos", que para nada se sentían cómo "zombies", porque sí respiraban y caminaban e iban a la escuela... (chale, ¿ya en la preparatoria y no detectaban metáforas?).

Al salir del auditorio las miradas lascivas continuaron, pero mi profesor de ética, Andrés L., fué a hablar conmigo, de alguna forma me felicitó, y me dijo que estaba en lo correcto, pero que no esperara que los demás recibieran con gozo una correcta observación que ni siquiera podían entender. Mario y mis amigas también me echaron porras y diciendo que había sido muy valiente por expresar lo que tanta molestia me causaba. En realidad me sentía muy abochornada, me había exaltado en demasía.

Un par de días después comenzaron a organizar la marcha del dos de octubre, yo estaba más que dispuesta a ir. Era un día lluvioso. De pronto comencé a ver el contingente que se reunía. Los pseudohippies que por increíble que parezca, eran los más fresas de la seis (y eso es muuucho decir). Los que marginaban, los que se sentían parte de un "cambio" por no entrar nunca a clases, no abrir un libro, y tomar chela/fumar mota desde los 14 años. Los que estaban en "la lucha del pueblo", pero vestían pandrosas ropas carísimas y de marca. Los que trataban a los inadaptados (como yo) peor que escoria, porque no éramos populares, no andábamos en raves, no teníamos nave, no teníamos 3 novios, etc. Los que empezaron con la modita de terminar y empezar cada frase con la palabra "güey". También reunidos ahí estaban los más desmadrosos. Los que llevaban 6 años en la prepa, repetidores por gozo, los que no podían hilar una sola plática, no digamos inteligente, congruente (los cuales sospecho que ahora engrosan las filas de algunos partidos políticos). Empecé a escuchar en mi radio que otros grupos estaban causando desmanes en el centro: pintando (no las maravillosas frases de arriba) improperios pendejos y garabatos ininteligibles, saqueando comercios, secuestrado camiones. Sí, no estaba ni cerca del sesenta y ocho. Y me dí cuenta que para ellos, la marcha, la protesta, los ideales, no eran mas que un pretexto para: Su diversión. Su vacío desgarramiento de vestiduras. Su presunción. Decidí no ir a la marcha.

Desde entonces quedé desencantada. A pesar de lo que he leído y visto, aún no comprendo muchas cosas de ése movimiento estudiantil, me habría encantado ser una joven en esos días y haber estado ahí para saber de primera mano, sin nostalgias, sin manipulaciones, lo que realmente pasó, y sí de verdad estamos tan lejos de la circunstancias políticas y sociales que le dieron lugar. Hoy, la vida política de México parece una competencia para ver quien es más radical ante una postura. No existe el diálogo objetivo y sin insultos.

Parece que nunca más se gestará una unión civil como la de aquel prodigioso año.

jueves, 29 de mayo de 2008

Efecto desconocido

Seguramente te ha pasado. Las coincidencias inundan nuestras vidas, y de alguna forma siempre he querido darles un significado, aunque la lógica me demuestre muchas veces que no existe tal.

Vivir sintiéndose los protagonistas de "Los amantes del círculo polar" (versión light). ¿Porqué parece que a veces es necesario creer en un destino?, ¿en algo predispuesto?, ¿en señales que nos indican qué camino tomar o cómo actuar?.

Carl Jung le llamaba a estas casualidades "eventos de sincronicidad". La define como "una coincidencia significativa de dos o más sucesos en la que está implicada algo más que la probabilidad aleatoria". Existe un ejemplo famosísimo de ello, cuando Jung estaba analizando a una paciente que relataba un sueño donde le regalaban un escarabajo dorado, Jung, quien no sabía si seguir con el tratamiento o dar de alta a la mujer, encontró la respuesta cuando un escarabajo dorado entró volando a la habitación en ese instante. El psicoanalista lo tomó como la señal de que la paciente no necesitaba más terapia.

También son conocidas como serendipias...de hecho hay una película malona cuyo título en inglés es precisamente Serendipity...es demasiada melcocha para mi gusto, sin embargo resultaba increíble que pudieran pasar dichas casualidades en el filme. Y de hecho por increíble que parezca no es imposible.

Retomando al gran Carl Jung (yo tenía una maestra de psicología en la freseis que adoraba hablarnos de él), para algunos científicos rebasó los límites de la lógica debido a que estudió seriamente los horóscopos, y eventos "paranormales", pero ¿qué científico revolucionario no ha sido señalado por cuestionar lo establecido e investigar en los terrenos de la incongruencia?. He leído emocionada varias de sus hipótesis, y una parte esperanzada de mi persona desea que algún día, esas ideas puedan ser comprobadas (como la del inconsciente colectivo).

Es difícil describir la sensación que nos provoca una coincidencia. A mí me hace sentir una alegría sin causa aparente, una extrañeza inverosímil. Fascina a todo el que le pasa, y morimos por contarle a alguien más para que se asombre de igual forma. Me hace sentir como en una película de Night Shyamalan. El mundo del cine recurre a menudo a ellas.

Uno de estos días cuento las mías.

"Lo que llamamos casualidad no es ni puede ser sino la causa ignorada de un efecto desconocido " Voltaire

martes, 25 de marzo de 2008

28 años

Hubiera cumplido el día de hoy. Lo conocí en quinto año de prepa, y hasta la fecha sigo diciendo que es el hombre más brillante que he encontrado. No. Este no es un halago post-mortem. Siempre que tenía la oportunidad se lo dije.

El de la enorme sonrisa sincera, el ácido corrosivo, el humilde, el sabio, el crítico del sistema. El niño rico que odió serlo.

 El alumno que se atrevió a retar a la directora de la freseis, por todos temida, por todos sufrida, cuando un prefecto malhora nos llevó a la dirección por jugar futbolito con una botella de plástico en el patio de quintos después de un estresantísimo y retador exámen de Historia de México. 

El que me compró un VHS pirata de Sailor Moon en una convención de Cómics en la Alberca Olímpica al percatarse de que era inmensamente pobre y los ojitos me brillaron al ver algunas escenas de ese anime.

El que arrebataba suspiros en muchas chicas, y jamás se creyó merecedor de alguno. Nunca lo ví con ojos de amor, sigo sin saber porqué, era casi mi ideal.

El que recordaba con suma nostalgia un amor plátonico de años, de cuando era un niño, y seguía recordando el nombre de ella como sí respirara su esencia: Aurelia. 

El que platicaba horas con sus amigos en el lagartijero aunque su piel se lo recriminara con creces después.

El que hacía mucho deporte, y sabía un arte marcial que antes era rarísima, ahora es popular, pero no recuerdo el nombre.

El que se rapó en sexto de prepa y encontraba sentado afuera del salón a las siete de la mañana, casi como maestro zen.

El primer hombre que al jugar video juegos me habló de la filosofía que podía haber en ellos.

El incansable lector. El amante del cine. Todavía conservo los boletos de las películas que vimos, ni único recuerdo físico de él, le cagaba que le tomáramos fotos, no lo permitió.

El que se vestía sencillo, con pants, con camiseta blanca. 

El más inteligente de la escuela pero se sabía ignorante. Que nunca hizo menos ni al más pobre, y jamás pensó en que hubiera alguien más pendejo. Antes se autoproclamaba pendejo él.

El respetuoso.

El del humor negro.

El que filosofó con nosotros durante horas la letra de la canción *De do do do de da da da*

El que quería conocer el pueblo de donde es mi familia, sólo por que yo le relataba los increíbles paisajes estilo José María Velasco, y la enorme tranquilidad que sentía al verlos.

El que encontró el amor en una bailarina de ballet, igual de dulce que el.

El que se mudó a dos cuadras de mi casa, pero la pesada jornada universitaria no nos dejó frecuentarnos tanto.

El estudiante de filosofía y letras que hablaba maravillas de sus compañeros y maestros (algunos) y los consideraba verdaderos senseis... se sintió como un inútil. Nunca quizó creer lo maravilloso que era.

Nunca lo creyó.

Hace diez años ya, cuando festejámos sus dieciocho (era un par de años mayor que nosotros), durante una de nuestras reflexiones filosóficas de adolescentes, intentamos imaginarnos cómo sería una reunión diez años después. Exageraciones e ironías fueron el resultado de tal proyección futurista. Predijimos a Mario  casado con una modelo guapísima y estúpida, trabajando para alguna empresa bien acá, vestido a la giorgio *mamani* y con dos chilpayates. El sólo exclamó *Sí en diez años se reúnen no cuenten conmigo, yo ya habré dejado de robarles el oxígeno para entonces*. Detesto que tuviera razón. 

En septiembre de 2002 dejó esta *vida miserable*, dejó de *robarnos el oxígeno*. Una extraña enfermedad psicológica lo atormentaba desde niño. No estoy segura de cual. Se suicidó.

Sigue siendo maravilloso donde quiera que estés.

lunes, 18 de febrero de 2008

Fumar o no fumar

Siempre me reventó el maldito olor del cigarro. Veía a los preparatorianos de la freseis afuera de los salones fumando y no sentía más que lástima y desprecio, pues para mí significaba la más estúpida forma de envenenarse los pulmones en pos de aceptación social y obtención (¿?) de sex appeal. Me imaginaba trabajando en alguna campaña contra dicho vicio, tomando como idea que sí en un restaurante colocaran un cartel a la entrada en la que mencionara que comer ahí le puede producir amibiasis, tifoidea y cólera, la gente ni siquiera entraría, luego entonces ¿porqué fumar si sabes que es dañino?.

Ni la curiosidad por saber "qué se sentía" se despertó en mi. Hasta el fatídico día.

En junio del 2004 cumplían (siguen cumpleindo, a su pesar) años dos de mis mejores amigas, Ariadna y Paola, decidimos salir a festejar. Terminamos en plaza Cuicuilco en un lugar llamado Cocopeli, pues las festejadas tenían ganas de bailar y éramos rebrutas para buscar un buen lugar (ñoñas). Paola es abstemia, así que para Tania (la parte faltante de este carismático cuarteto) y para mí, parecía divertidísimo ponerla peda en sus dulces 22. Pero la canija no se dejaba. Entonces salieron de su boca las palabras "sí Olga se fuma un cigarro, yo me tomo un tarro de cerveza". Era bien sabido por ella mi asco y poco interés en el pitillo. Ni hablar, aceptamos su justa condición. ¿Resultado?, yo terminé vomitando en el baño, y ella tan fresca después de tres tarros de cerveza. Le entendí muy bien a eso de "darle el golpe" y sin saber cómo en minutos estaba más mareada que después de tres montañas rusas.

El lunes siguiente en mi trabajo (trabajaba yo en mi Universidad), nadie me creía que había fumado, y mucho menos que le hubiera dado BIEN el golpe, "hiciste trampa". No me quedó de otra que demostrárselos. Y desmostrárselos. Aunado a tanta desmostración, teníamos mucho trabajo, muchos noches de desvelo, y así fué como descubrí que el cigarro es buena compañía nocturna. "¿Tú fumando?, lo veo y no lo creo" me dijeron varios amigos fumadores a los que durante años cuestioné el extraño gusto.

¿Porqué cambié de parecer?

Después de los mareos iniciales, me producía placer fumar, tomar cindo minutos para platicar con otros fumadores en los jardines de la UAM, mantenerme más activa a las tres de la madrugada por más sueño que tuviera. Alguien que me gustaba era fumador. Hacer amigos en una fiesta después de pedirles encendedor. Las pláticas taciturnas. Sentirme chica mala (insertar risas altisonantes, azotadas y ridículas aquí). No sé, fueron muchas cosas. Tal vez me volví como esos adolescentes después de mis veinte.

Con respecto al asunto de las enfermedades, encontré (de forma muuy original) los argumentos casi perfectos "soy muy joven y tengo fumando dos meses", "de algo me tengo que morir", "hay gente que fuma toda su vida y nunca padece cáncer", etc.

Le he dejado por temporadas, hay veces que me aburre. Generalmente es después de alguna enfermedad respiratoria. Entre semana ya casi no fumo, un cigarro o dos al día, mi gran problema son los viernes y sábado, ir a un bar o a un café me es inconcebible sin fumar.

Todo esto es por que la semana pasada estaba con gripa, y recuerdo haberlo estado a principios de diciembre. Hay algo que siempre me reventó más que el humo del cigarro: tener gripa y sonarme la nariz en público. Parece que tendré que bajarle al cigarrito.

También es por qué no sé cómo le vamos a hacer para ir a un bar y poder fumar...¿imaginarme un bar sin humo de cigarro?

No