martes, 18 de agosto de 2009

Los días veraniegos

Yo no he detestado al verano siempre. Hubo años en los que me pasó inadvertido. Desde el nacimiento padecí continuamente enfermedades respiratorias, así que mis tardes veraniegas se reducían a mi recámara: veía a los otros niños brincar en los charcos que dejaba la lluvia torrencial de julio. No es gratuito que uno de los recuerdos olfativos más marcados que tengo sea el de mi aliento rebotando en el vidrio de una ventana. Por que para mi salud los extremos eran letales: calor+lluvia=verano=hospital.

Después de los catorce años comencé a notar ciertas conincidencias entre las malas noticias y el pinche verano. Entre los buenos recuerdos y el maravilloso verano. Las tardes de cielos profundamente azules, con nubes formando cirrocúmulos y altocúmulos que esconden formas incongruentes, son las mismas tardes de cielos que unas horas después se transforman en nimboestratos con tormentas temibles que nos impiden salir. Es la temporada de la contradicción. Se supone que la gente se deprime en invierno por que hay poca luz, hace frio y todo aparentemente es gris. A mí me altera más la indefinición del verano. O hace frío o hace calor, decídete de una buena y puñetera vez.

El caso es que éste verano no ha estado tan mal (ya usé demasiado la palabra verano, lo sé). A pesar de que ir en contra de mi salud me he dejado empapar gustosa por la lluvia pendenciera. Qué más da correr o refugiarme pegadita a la pared o bajo un balcón. Ya para qué me pongo de mal humor, haré lo que en mi infancia estaba prohibido: caminar bajo la lluvia. El calor no me abruma. Estoy dejando de lado los estúpidos complejos físicos que tengo. Me pongo falda, tengo las piernas flacas, enfermizamente blancas y qué. Y si se me da la gana me visto con blusitas escotadas, aunque haya poco que "escotar". Lo que yo tengo es calor, no ganas de llamar la atención o ser blanco de críticas perversas. Como que mis veranos son radicales, días excelentes VS días depresivísimos. De hecho estoy enferma, le achaco mi mal al caprichoso clima de estos días (ajá sí ajá).

¿Por qué no son cómo mis otoños?. Tranquilos, certeros, enfiestados. O mis inviernos meditabundos, nostálgicos, quejumbrosos. O mis primaveras felices, optimistas, entusiastas.

He calificado la bonanza de un año por estos meses, justo los de en medio junio, julio, y agosto. Atravesando las primeras semanas ya más o menos sé que esperar de las que faltan. Este año no puedo opinar, el verano se puso muy tibiesón. ¿O será que los sucesos simplemente son medianamente buenos y medianamente malos?.

lunes, 10 de agosto de 2009

Vivir de nuevo/ REPRISE

La parte medular de una película es su guión. Ninguna logra ser excelsa sin el magnificente hilo que teje reflexiones, vueltas de tuerca, e interesantes personalidades. Las palabras y las ideas son la más grande creación del cerebro humano (asegún, porque en algunos casos tengo mis dudas). Ya muchos han descrito esa cada vez más plural sensación de vivir su vida como si fuese un libro o una novela: siendo manejados por las invisibles órdenes y caprichosos designios de un mequetrefe guionista-escritor.

Si van a ver ésta joyita al cine (que aún se puede, yo la vi desde noviembre en la cineteca, pero necesitaba verla de nuevo para ordenar mi atareada mentecita), encontrarán la historia de Phillip y Erik, un par de jovezuelos buenaondita que viven por y para escribir. La narrativa de la película me remitió inconfundiblemente a "Trainspotting" pero sin perdedores en la densidad de la heroína y la autodestrucción. O no. Reprise no lo aparenta mucho, pero también habla de un no-saber-qué-pedo y una autodestrucción inminente en algunos personajes. La finalidad de la película me recordó inconfundiblemente a 'Reconstrucción', la maravilla del cine danés de Christopher Böe. Pero sin decir explícitamente que todo era producto de una ficción o una historia de posibilidades. O no. Reprise lo deja claro en los primeros dos minutos, cuando nos presenta una histora contada a pisatalones y de pronto de detiene en el key frame inicial, rebobina, y nos cuenta todo con más calmita y detalle. Es cuando el director se pone más detallista. Nos platica con ayuda de la voz del "escritor" de Reprise, aquellas cosas que sólo escenas largas e interminables diálogos podrían lograr.
Erik y Phillip son amigos, los mejores amigos, de esos que te definen el término "Amistad". De esos que han estado en el peor momento de tu vida. De esos que son tus compañeros de juerga, pasiones, labores. De esos con los que dices todo en medio de silencios. Junto a ellos, conviven zoquetes menos complejos. Son noruegos. Increíble, los noruegos también quieren salir de su país, también quieren ir a Francia, escapar de su pequeño-terruño: ¿Qué carajos se respira en el aire de París que todos están tan urgidos de olerle? De momentos me imagino exclusivamente a los latinos con el ansia de salir huyendo y pisar otras tierras del otro lado del Atlántico. Y no, resulta que también los noruegos están deslumbrados con los clichés. Me halaga la postura del humor fino, inteligente, y medio mamón, me siento menos bruta que de costumbre. La cosa es que estamos en manos de un escritor, un narrador que nos habla de las idas y venidas de los noveles escritores. Un narrador que se revela y nos muestra cómo es que se teje una historia.

Y entonces YO tengo LA proyección:

¿Quién no quisiera planear y justificar sus acciones?, o mejor aún, las de otros, ¿Quién no quisiera imaginar distintos descenlaces, clímax más atropellados, encuentros inexistentes e imposibles? ¿Quién no qusiera escuchar al escritor del guión de nuestra vida?

Me imagino rastreando el punto clave (me gusta decirles "key frame": en animación un key frame es un punto en la línea de tiempo donde sucede un cambio importante en la trayectoria de un objeto) de mi existir. Donde si sucediera una cosa u otra cambiara por completo su sentido.

Ejemplo:

Yo decidí estudiar en la UAM. Aún teniendo en mano los papeles de la ENAP, inscripción, pagos, salón, horarios. No me imagino qué tan distinta sería mi vida de haber esperado unos meses para el término de la huelga: "Entra a la ENAP y sigue conviviendo alegremente con sus amigos del 603. Se da cuenta que está enamorada de Ignacio por que dibuja muy bonito y es el único que aprecia sus fotografías fuera de foco; entonces decide terminar con el novio de la prepa. Estudian al parejo todos los semestres. Se van a vivir juntos un año después de graduarse y son los primeros de sus amigos en hacerlo, la familia se opone. Se sienten Romeo y Julieta, pero no lo admiten dado que tal comparativo es ridículo, gastado, y pendejo. Pusieron un despacho de diseño. Su loft está en la colonia Roma. Ella sigue sin saber a qué sabe la cerveza, no bebe ni fuma. Practica yoga todos los días. Tienen dos perros. Ella se despierta un día y descubre a Ignacio muerto en la sala. Se suicidó porque no podía soportar tanta felicidad. Ella siente asco hacia sí misma dado que la muerte del marido le ha despertado una vena creativa muy profunda. Después de una depresión laconica se vuelve pintora...pésima pintora, pero la historia del amor quesque perfecto y el esposito suicida le dan fama en los andares culturosos de la ciudad."

Rebobinaré más este viejo casette, qué habría sucedido de haberle tomado la palabra a mi admiradísima profesora de historia en la prepa: "'Lo tuyo es el derecho, el área de sociales, es más, Mario y tú deberían estudiar filosofía'. Encontramos en el correspondiente tiempo alterno a una frustrada estudiante que intimidada ante tanta sapiencia, se ha cambiado tres veces de carrera y no siente que da el ancho en ninguna. Pero... ¡Qué buenas pedas con los del Colmex! -es que mi maestra me hablaba maravillas de las reuniones del Colmex-. Mario, en cambio, ha terminado filosofía y ha escrito su primera novela "Aurelia". Vive una temporada en Japón. Ella, urgida de plata para subsistir, entra a trabajar en un pequeño despacho donde se desempeña como capturista. Vive al día, se ha salido hace un par de años de la casa paterna, sus progenitores no estaban dispuestos a seguir cargando con el parásito indeciso. A los veintiséis, aún cursa trabajosamente la licenciatura de Historia, el quinto semestre apenas. En el trabajo uno de los jefes se le ha insinuado hasta llegar a un acoso extremo y ella planea demandarle "maldito cerdo chovinista, muéeeereeete", toda vez que logre grabarlo en fraglacia. Y lo logra. Estando a punto de levantar la denuncia, su roomate le presenta al cerdo chovinista como su nuevo novio. Al contarle a ella todo lo sucedido, lejos de encontrar comprensón y apoyo se queda sin trabajo y sin hogar. "Pinche Alejandra culera". Uno de sus compañeros de la universidad le da asilo. Encuentra trabajo como mesera en Coyoacán. Un día aparentemente gris y sinsaboro, Mario llega ese café para recordar los tiempos preparatorianos. Es un hombre feliz y pleno. Le ofrece trabajo de asistente. Ella lo acepta encantada."

Rebobinando más, qué hubiera pasado si en lugar de la freseis hubiese estudiado en una vocacional, en el poli: "Ha sido maravillosa la forma en la que ella ha podido desarrollar su aptitud numérica y raciocino abstracto. Y en la que ha logrado sustraer todo indicio de sentimentalismos o piedad en su corazón. Tiene veintiséis años y está haciendo un doctorado en Robótica en el MIT, dado que el resultado de las investigaciones que llevó a cabo durante sus años estudiantiles fueron destacadas. Un prototipo que desarrolló con otros (un tanto menos capacitados) estudiantes ganó un concurso internacional. Existió un novio durante la carrera con quien sostuvo la relación más ñoña y aburrida, pero terminaron porque el no pudo resistir su éxito. Sin embargo, a veces hablan por skype. Ella está casada con un gringo sonriente que no habla ni pizca de español, pero irónicamente el francés y el alemán le salen bastante fluídos. Lo conoció porque era su dentista. Ella usa frenos desde los veintiuno. Tienen sexo una vez cada bimestre, por mutuo acuerdo, ambos parecen sólo excitarse con el sonido de una máquina funcionando. Le gusta la vida monótona de los suburbios en el frío estado de Massachusetts. No extraña a nada ni a nadie de México."

¿Más?

"Sus papás se divorcian al cumplir los nueve años y se va con su madre a Sinaloa, a vivir con el tío soltero y militar. A los catorce en medio de una rabieta espectacular, huye de la casa donde se ha sentido encerrada, restringida, y rencorosa. Se enamora de un narcotraficante que le proveé lujos asquerosos. Tiene dos hijos antes de los veinte. Decide dejar al narco cuando la golpea, huye de nuevo, pero sólo con uno de sus hijos. Se va con el tío, a Mérida. Ahí abandona al otro tumor, al fin que él tío siempre quiso un hijo varón. Se translada al Distrito Federal y comienza a vivir en el arrabal. Después de algunos hábiles movimientos estratégicos (tranzas, pues), tiene el suficiente dinero para poner un negocio. Ahora es dueña de un bar y controla el tráfico de estupefacientes de la zona Rosa."

Pero esos son sólo ejemplos con argumentos baratones.

Lo que hizo que esta película se conviertiera en algo entrañable es que me sentí parte de ella, como uno de los protagonistas. He pasado por los mismo lugares que casi todos los personajes:

La terquedad nauseabunda y sin argumentos, la amistad inquebrantable, la incomodidad de los silencios, el no poder entender qué sucede con mi vida, el ser fanático -hasta llegar a límites estúpidos- de una banda, el despreciar a los amigos que tiran a la basura su forma primigenia de vida para cambiarla por aquel estatus que les causa más repulsión...

(esta es una de las mejores escenas cagadas del filme. Uno de ellos, Lars, transcurre la cinta entera diciendo las más grandes -pero graciosas, qué desgracia- frases misóginas que he tenido el infortunio de escuchar "no necesitas una novia, eso te distrae, si escuchas a una mujer decir algo inteligente o tener una opinión respetable de música, literatura, o cine, es porque lo aprendió de su padre o novio, con ellas debes ser cruel, como Zaratustra". Desmadroso, soberbio, y amante del porno (¿algunos aludidos?). Un día invita a Erik a una fiesta en su casa ya que han pasado algunas semanas sin verse. Él les dice a los demás. Al llegar se percatan de que la fiesta no es sino la típica cena yupie de cuatro parejas exitosas y bellas tomando vino a la luz de las velas, Lars POR FIN ha encotrado novia, una muy pudiente, y es por eso que ha botado a sus compañeros de juerga. Phillip mismo escupe un "es lo más deprimente que he visto en mi vida", y tenía toda la razón. Me enfuerece de sobremanera que haya quienes pueden esar, dos, tres, quince, veinte años de su vida atacando una postura y luego, así tan facilito, abracen la opositora.)

El temor al futuro; la admiración, ciega, devota y adolescente por un escritor (si tan solo yo hubiera vivido en Praga en los sesentas, o en Argentina en los setentas). El enamoramiento mágico-idílico-musical:

-Dos, tres, cuatro, cinco. Después de que termine de contar hasta diez mis ojos encontrarán tus ojos en medio de esta fiesta. Después de que termine de contar hasta diez te enamorarás de mí. Siete, ocho, nueve, Diez- La fé en amores predestinados, únicos e irrepetibles.
Tal vez la similitud más significativa la sientí en el personaje de Phillip. Quien haya visto esta película se enterará de un secreto de mi vida si lee las siguientes palabras: Es con el personaje que más me identifiqué. Una tarde hice exactamente lo mismo que él después de la presentación de su libro y por el mismo motivo. Un completo exceso inexplicable.