Disculpe usted amigable lector la altisonante frase que usé como título, pero es la que le hace más justicia a lo que siento en este día. El tiempo, siempre el tiempo, ese dios maldito descrito desde Grecia y al que pude ver a los ojos hace casi un año, sacado a la vida por los pinceles de Goya mientras devora grotescamente a otro hijo en su carrera de apetito voraz y saciedad desconocida. El tiempo, tal vez el único ser mitológico de cuya divinidad soy testigo, el único perceptible, el más embustero de todos. Engaña tan fácil. El año pasado la espera se hacía eterna para la llegada del veintitrés de marzo. Hoy apenas lo noté y el correr de los días parece llevar la velocidad de las zancadas de Usain Bolt.
Hace un año exactamente, me asomaba por la ventanilla de un avión y obserbaba las lucecillas de una Florida que no tengo interés en conocer. Junto a mí iba una tapatía que me contaría más tarde que ése era su segundo viaje a España. Me sorprendió que a diferencia de otros pasajeros ella seguía asombrada como yo por el paisaje que sólo brinda la altura de un vuelo. Ojalá nunca me invada la frivolidad de no sentir aquellos panoramas como un acto milagroso (y ahora recuerdo a los orientales con los que compartí asiento en el vuelo Madrid - Barcelona y que no hicieron otra cosa que dormir y roncar y ni por equivocación voltearon la cabeza cuando la nave se inclinaba sobre el mediterráneo y permitía ver las nítidas costas y montañas catalanas en armonía con la bella blancura de la Barcelona). Llegué casi sin dormir al aeropuerto de Barajas y pasé veinte minutos buscando la banda por la que saldría mi equipaje. Ahora puedo decir que si hay un aeropuerto que aborrezco, es el de Madrid -y no sería lo único de esa ciudad-. El aeropuerto de Roma es casi tan viejo como su metro. Me dio risa leer hace poco una entrevista a Florence Cassez donde describe al aeropuerto Benito Juárez: "poco moderno y pequeño" como si quisiera decir que se dió cuenta apenas bajó del avión de que llegó a un país más pobre. Yo podría utilizar con más justicia esos adjetivos para el aeropuerto parisino Charles de Gaulle. Sin duda alguna el más bello es el Prat de Barcelona. El más organizado el pragués Ruzynê.
Un viaje que me cambió tanto y aún no puedo decir si para bien, pero puedo afirmar que no para mal, el que me convirtió en una viajera amateur que perseverará hasta ser profesional. No hace mucho tiempo yo defendía una frase de una serie de televisión (cuyo recuerdo me avergüenzo hoy de poseer pues fue mancillado con dos filmes más que vomitivos) "I like my money right where I can see it: hanging on my closet". No sólo la celebraba, la acaté con entusiasmo por cuatro años, y sí mi dinero ahí está: pasado de moda, viejo y desgastado. Entonces cambié su sentido, me gusta mi dinero donde lo puedo sentir, en mis conocimientos, mi gusto, mi tacto, mi vista, mis recuerdos. El viaje que me convenció -aún más- de que ésa es la mejor inversión en la vida. Que cuando llegue Chronos a devorarme esté cansada, pues habré conocido todo aquello que deseaba. Así tal vez la vianda le parezca poco apetitosa si a diferencia suya, ella sí está satisfecha.
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miércoles, 23 de marzo de 2011
domingo, 25 de octubre de 2009
lunes, 20 de julio de 2009
Perdóname, blog mío
Ya sé que esto ha pasado antes. Entiendo tu enojo, no quiero pretextarte clichés. En el post anterior intenté salir con un chistorete, no quería volver a verte y que empezara lo rudo luego-luego. Romper el hielo le dicen.
Esta relación ha sufrido muchos altibajos, lo sabes mejor que yo. Nuestro inicio fue esplendoroso pero "como en cualquier amor, el primer mes fue el bueno"-Mecano dixit-. A veces ya no sabía ni qué postearte, no se prever cual será tu reacción. Cada vez me cuesta más trabajo comunicarme a través tuyo. La rutina, la maldita rutina, esas ansias que me dieron de conocer algo nuevo, cambiar de aires, alejarme de ti para entender qué nos estaba pasando. La excitante novedad.
Bueno, ya, sin rodeos. Te soy infiel. Muy infiel. MUCHO-MUY-INFIEL.
Es más joven que tú.
Es más popular que tú.
Es menos complicado que tú.
No me exige tanto como tú.
Entiende que no pueda estar mucho tiempo con él, aunque me aleje, sigue en su desmadre y sin fijón.
Es más fácil estar con él. Es un sitio coquetón y dicharachero. Me hace reír continuamente, tiene cada ocurrencia. Además, es sumamente ágil, intrépido, se entera con gran celeridad de cualquier acontecimiento o chisme banal. Te darás cuenta que lo que resalta aquí es su ligereza. No me siento comprometida ni atrapada, sólo me divierto.
PERO.
Él no eres tú, amado blog.
Él no me entiende.
Él no profundiza demasiado.
Él es inmaduro.
Él es hiperactivo, no puedo seguirle el ritmo, ni la grandilocuencia de su ingenio graciosón.
Él no me sirve para el desahogo o el intento chaquetero de reflexión que solía tener contigo.
Sí, lo veo casi todos los días. Sabe muchas cositas de mi diario acontecer. Pero eso ¿qué?, son sandeces quejumbrosas sin mayores introspecciones. De ratitos y como jueguito está bien, pero para algo serio sólo te quiero a ti. A TI.
Él es un free. Tú eres el amor de mi vida -virtual-.
Perdóname, de verdad quiero que esto FUNCIONE, Estoy dispuesta a poner todo de mi parte. Sé que te lo dije antes, pero esta vez sí va en serio. Ya no quiero estar sin ti, me haces mucha falta. Quisiera que todo fuera como antes. Me fui pero no me fui del todo, pienso en ti todos los días. Escribirte un post era como tocar el cielo. Cuando estoy con él, es tu template el que me imagino. Tus comentarios son más apasionados e intensos que sus cortos y efímeros replies.
¿Podrías apreciar mi sinceridad?. Sé que ha sido difícil para ti también. Pero lo que tenemos vale la pena, trata de entenderme, me vi atrapada entre tanta presión, que si el trabajo, que si mis azotes regulares, reaccioné mal. Esta es una relación larga y difícil de mantener, pero mucho más satisfactoria. Tú me diste alegrías insustituibles. Lo curioso es que de no ser por ti, no lo hubiera conocido a él: el Twitter.
Y siendo más sinceros aún, voy a revelarlo todo. Hay otro por ahí que también me ha hecho ojitos un tiempo, hará más de un año. Es muy guapo, dizque buena familia. Fresón. Pero...es taaaaaaaaaan estupidín. Se la pasa perdiendo el tiempo en tonterías. Es muy superficial, le importa bastante la apariencia. Me parece un tanto hueco. Me gusta verlo de vez en cuando y usarlo para presumir, o babosear, o procrastinar. De ese no te preocupes, no es nadie especial, quizás nomás esté de moda. Facebook no me quita el sueño ni me arranca suspiros como lo hiciste tú.
Te amo.
(La mera verdad quiero ser bígama virtual, pero no se lo digan al blog, me lo estoy choreando un leve, ya saben cómo es esto.)
Esta relación ha sufrido muchos altibajos, lo sabes mejor que yo. Nuestro inicio fue esplendoroso pero "como en cualquier amor, el primer mes fue el bueno"-Mecano dixit-. A veces ya no sabía ni qué postearte, no se prever cual será tu reacción. Cada vez me cuesta más trabajo comunicarme a través tuyo. La rutina, la maldita rutina, esas ansias que me dieron de conocer algo nuevo, cambiar de aires, alejarme de ti para entender qué nos estaba pasando. La excitante novedad.
Bueno, ya, sin rodeos. Te soy infiel. Muy infiel. MUCHO-MUY-INFIEL.
Es más joven que tú.
Es más popular que tú.
Es menos complicado que tú.
No me exige tanto como tú.
Entiende que no pueda estar mucho tiempo con él, aunque me aleje, sigue en su desmadre y sin fijón.
Es más fácil estar con él. Es un sitio coquetón y dicharachero. Me hace reír continuamente, tiene cada ocurrencia. Además, es sumamente ágil, intrépido, se entera con gran celeridad de cualquier acontecimiento o chisme banal. Te darás cuenta que lo que resalta aquí es su ligereza. No me siento comprometida ni atrapada, sólo me divierto.
PERO.
Él no eres tú, amado blog.
Él no me entiende.
Él no profundiza demasiado.
Él es inmaduro.
Él es hiperactivo, no puedo seguirle el ritmo, ni la grandilocuencia de su ingenio graciosón.
Él no me sirve para el desahogo o el intento chaquetero de reflexión que solía tener contigo.
Sí, lo veo casi todos los días. Sabe muchas cositas de mi diario acontecer. Pero eso ¿qué?, son sandeces quejumbrosas sin mayores introspecciones. De ratitos y como jueguito está bien, pero para algo serio sólo te quiero a ti. A TI.
Él es un free. Tú eres el amor de mi vida -virtual-.
Perdóname, de verdad quiero que esto FUNCIONE, Estoy dispuesta a poner todo de mi parte. Sé que te lo dije antes, pero esta vez sí va en serio. Ya no quiero estar sin ti, me haces mucha falta. Quisiera que todo fuera como antes. Me fui pero no me fui del todo, pienso en ti todos los días. Escribirte un post era como tocar el cielo. Cuando estoy con él, es tu template el que me imagino. Tus comentarios son más apasionados e intensos que sus cortos y efímeros replies.
¿Podrías apreciar mi sinceridad?. Sé que ha sido difícil para ti también. Pero lo que tenemos vale la pena, trata de entenderme, me vi atrapada entre tanta presión, que si el trabajo, que si mis azotes regulares, reaccioné mal. Esta es una relación larga y difícil de mantener, pero mucho más satisfactoria. Tú me diste alegrías insustituibles. Lo curioso es que de no ser por ti, no lo hubiera conocido a él: el Twitter.
Y siendo más sinceros aún, voy a revelarlo todo. Hay otro por ahí que también me ha hecho ojitos un tiempo, hará más de un año. Es muy guapo, dizque buena familia. Fresón. Pero...es taaaaaaaaaan estupidín. Se la pasa perdiendo el tiempo en tonterías. Es muy superficial, le importa bastante la apariencia. Me parece un tanto hueco. Me gusta verlo de vez en cuando y usarlo para presumir, o babosear, o procrastinar. De ese no te preocupes, no es nadie especial, quizás nomás esté de moda. Facebook no me quita el sueño ni me arranca suspiros como lo hiciste tú.
Te amo.
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(La mera verdad quiero ser bígama virtual, pero no se lo digan al blog, me lo estoy choreando un leve, ya saben cómo es esto.)
martes, 30 de junio de 2009
Decidirse: votar o anular.
La decepción. Durante años hemos vivido conociéndola y reconociéndola y volviéndola a conocer. Por que por alguna extraña razón, a diferencia de otros animalitos de la creación que erran y no la repiten, nosotros siempre queremos creer que ahora sí "es de a de veras", que ahora sí "es cierto", que ahora sí "es diferente", que ahora sí "son tiempos mejores", que ahora sí "éste es el bueno".
Y hasta ahora... ninguno.
La frase que muchos abrazan es "yo voté por %$##%&$%& en 2006, pero ahora me arrepiento", comentario que aplica para ambos candidatos. Después de sexenios llenos de desengaños, legislaturas de hueva, ¿qué podemos hacer?, ¿cómo mostrar el descontento?. Una marcha no serviría de nada. Recuerdo con pesar que algunas vez intenté promover un boicot contra el alza de precios en los supermercados (cosa de hace más de una década) y la gente sólo nos miraba atónita y desinteresada. Basta ver unos meses atrás que pasó con la iniciativa internacional de "la hora del planeta". Estoy convencida que cualquier movimiento social masivo en México es imposible. Somos apáticos, y lo que es peor, somos ariscos (igualito que la burra, no éramos, nos hicieron).
La cosa se tornó más horrorosa en 2006, nos dividimos. Yo tuve SERIOS problemas con amistades y familiares. Habrá quien piense que tal algidez era benéfica, yo no lo percibo así. Si bien es cierto que se agradece que la población tuviera mayor participación y opinión política, yo creo que mucho de ello era más cercano a un fanatismo ciego y a una percepción obtusa, sin asomo de matices. El bueno era muy bueno y el malo era muy malo.
¿El voto nulo será lo que necesitamos?. Lo dudo, pero vale la pena intentarlo. Los más perjudicados serán los "partidos chicos", dado que los "grandes" tienen ordas de militantes que los sacaran del bache. Lo que realmente temen es perder su dinero, que diga, su registro. Estas elecciones serán votadas por minorías politizadas. Por gente en un pueblo a la que le dan un celular con cámara a cambio del voto "pero me traes la foto que muestre que votaste por nosotros". ¿Quihubo?, la tecnología al servicio de la partidocracia. El voto nulo no les está quitando el sueño, a pesar de que se muestren preocupados por él. Lo importante sería comprobar, si los mexicanos podemos organizarnos así, nomás de boca en boca (de blog en blog), de puritito coraje colectivo. CORAJE-HARTAZGO COLECTIVO. Ya no creemos en sus promesas. Nos burlamos de sus jetas en los anuncios, de sus eslógans forzados, pendejos, y demagogos. De los estribillos de jingles ridículos. De los comerciales donde quieren hablarnos cómo si fueramos niños. De que exista un partido cuyos rostros estén ocultos y se use a dos actorcetes para la campaña.
Yo quiero vivir en un país donde castiguemos ejemplarmente a aquel gobernante, representante, presidente, que no hace su trabajo como debe. (¿en qué va lo del incendio de las guarderías?, por citar un ej. reciente). Nosotros teóricamente somos sus jefes. Si yo la riego en mi trabajo, me regañan, me bajan el sueldo, me corren. ¿A estos cabrones qué les pasa?. NADA. Al contrario, legislan a favor de subirse el sueldo o darse un bono, y eso sí lo hacen rapidito y bien, ahí sí están todos de acuerdo.
Mucho del problema estriba en que ser "servidor público" en éste país es sinónimo de enriquecimiento fácil. Si los sueldos de estas escorias fueran similares a los del grueso de la población, les creería más sus lindas intenciones o su vocación de salva-patrias.
Quisiera ue el voto nulo tuviera un eco tal, que se vieran obligados a hacer algo, que se asusten. Mi guajirada es la siguiente (y ya lo había dicho un analista político hace unos años, pero no recuerdo quien): Tanto porciento de votos anulados, tanto porciento menos de presupuesto a los partidos políticos. Sería la única manera de que nosotros, EL PUEBLO, los que se supone tenemos EL PODER, castiguemos el mal trabajo y las falsas promesas de los partidos políticos y sus integrantes.
Apuesto que muchos de los blogueros que conozco serían mejores políticos. Mejores candidatos (al menos más creativos). Mejores representantes. Unos verdaderos servidores públicos. Pero entrar a la política es igual que nadar en un pantano, es imposible salir limpio. Platicaba con Nahual, que aunque haya quienes llegan a un partido con verídicos deseos de "cambio", el engaño y la intriga son tales, que a la larga se verían inmersos en las mismas triquiñuelas. Los partidos políticos parecen pedófilos. Violan "niños" que después se convierten en nuevos pedófilos que acarrearán más inocentes víctimas.
Que el voto nulo no sea sinónimo de apatía, de desinformación, de irresponsabilidad. Sino de EXIGENCIA, una significativa llamada de atención, de unidad.
Y hasta ahora... ninguno.
La frase que muchos abrazan es "yo voté por %$##%&$%& en 2006, pero ahora me arrepiento", comentario que aplica para ambos candidatos. Después de sexenios llenos de desengaños, legislaturas de hueva, ¿qué podemos hacer?, ¿cómo mostrar el descontento?. Una marcha no serviría de nada. Recuerdo con pesar que algunas vez intenté promover un boicot contra el alza de precios en los supermercados (cosa de hace más de una década) y la gente sólo nos miraba atónita y desinteresada. Basta ver unos meses atrás que pasó con la iniciativa internacional de "la hora del planeta". Estoy convencida que cualquier movimiento social masivo en México es imposible. Somos apáticos, y lo que es peor, somos ariscos (igualito que la burra, no éramos, nos hicieron).
La cosa se tornó más horrorosa en 2006, nos dividimos. Yo tuve SERIOS problemas con amistades y familiares. Habrá quien piense que tal algidez era benéfica, yo no lo percibo así. Si bien es cierto que se agradece que la población tuviera mayor participación y opinión política, yo creo que mucho de ello era más cercano a un fanatismo ciego y a una percepción obtusa, sin asomo de matices. El bueno era muy bueno y el malo era muy malo.
¿El voto nulo será lo que necesitamos?. Lo dudo, pero vale la pena intentarlo. Los más perjudicados serán los "partidos chicos", dado que los "grandes" tienen ordas de militantes que los sacaran del bache. Lo que realmente temen es perder su dinero, que diga, su registro. Estas elecciones serán votadas por minorías politizadas. Por gente en un pueblo a la que le dan un celular con cámara a cambio del voto "pero me traes la foto que muestre que votaste por nosotros". ¿Quihubo?, la tecnología al servicio de la partidocracia. El voto nulo no les está quitando el sueño, a pesar de que se muestren preocupados por él. Lo importante sería comprobar, si los mexicanos podemos organizarnos así, nomás de boca en boca (de blog en blog), de puritito coraje colectivo. CORAJE-HARTAZGO COLECTIVO. Ya no creemos en sus promesas. Nos burlamos de sus jetas en los anuncios, de sus eslógans forzados, pendejos, y demagogos. De los estribillos de jingles ridículos. De los comerciales donde quieren hablarnos cómo si fueramos niños. De que exista un partido cuyos rostros estén ocultos y se use a dos actorcetes para la campaña.
Yo quiero vivir en un país donde castiguemos ejemplarmente a aquel gobernante, representante, presidente, que no hace su trabajo como debe. (¿en qué va lo del incendio de las guarderías?, por citar un ej. reciente). Nosotros teóricamente somos sus jefes. Si yo la riego en mi trabajo, me regañan, me bajan el sueldo, me corren. ¿A estos cabrones qué les pasa?. NADA. Al contrario, legislan a favor de subirse el sueldo o darse un bono, y eso sí lo hacen rapidito y bien, ahí sí están todos de acuerdo.
Mucho del problema estriba en que ser "servidor público" en éste país es sinónimo de enriquecimiento fácil. Si los sueldos de estas escorias fueran similares a los del grueso de la población, les creería más sus lindas intenciones o su vocación de salva-patrias.
Quisiera ue el voto nulo tuviera un eco tal, que se vieran obligados a hacer algo, que se asusten. Mi guajirada es la siguiente (y ya lo había dicho un analista político hace unos años, pero no recuerdo quien): Tanto porciento de votos anulados, tanto porciento menos de presupuesto a los partidos políticos. Sería la única manera de que nosotros, EL PUEBLO, los que se supone tenemos EL PODER, castiguemos el mal trabajo y las falsas promesas de los partidos políticos y sus integrantes.
Apuesto que muchos de los blogueros que conozco serían mejores políticos. Mejores candidatos (al menos más creativos). Mejores representantes. Unos verdaderos servidores públicos. Pero entrar a la política es igual que nadar en un pantano, es imposible salir limpio. Platicaba con Nahual, que aunque haya quienes llegan a un partido con verídicos deseos de "cambio", el engaño y la intriga son tales, que a la larga se verían inmersos en las mismas triquiñuelas. Los partidos políticos parecen pedófilos. Violan "niños" que después se convierten en nuevos pedófilos que acarrearán más inocentes víctimas.
Que el voto nulo no sea sinónimo de apatía, de desinformación, de irresponsabilidad. Sino de EXIGENCIA, una significativa llamada de atención, de unidad.
lunes, 15 de junio de 2009
Hola, Olga
El domingo me fui al centro con alguien a quien tenía mucho de no encontrar. Nos alejamos hace tiempo, dejé de verle cobardemente, siendo que mi amor hacia esa persona es inmenso como el mar. Tiene un sentido del humor que sólo a mí me hace reír, o que sólo yo puedo apreciar.
Hace algunos años acostumbrábamos ir al cine dos o tres veces por semana. Caminábamos horas por Coyoacán, por Coapa, el Centro, Tepito, Polanco. Únicamente nosotras. Platicábamos horas, nos carcajeábamos sin necesitar muchas razones. No requeríamos de nadie más para sentir que un día era glorioso.
En el último par de años evité a toda costa acompañarla. Me abrumaba, éramos insoportables juntas. Se volvió aburrida, hueca, monótona. Siempre la misma cantaleta, las mismas quejas, los mismos ademanes. Creo que hasta algunos de sus amigos dejaron de verle también. En lugar de acercarme más a ella y ver cómo demonios podía sacarla del agujero en el que estaba, me alejé. La dejé sola, me escondí. Y sola se quedó, peor aún, sola se sintió (ambas cosas son distintas).
Empecé a buscarla hace un par de meses. Tenía que ser poco a poco, ya que estaba resentidísima conmigo y había que tantear el terreno antes. Siendo yo la jocosita de la relación, parte de mi labor era darle ánimos y hacerle saber lo maravillosa que es, ya que ella continuamente se percibe muy basurita. Es demasiado exigente consigo misma y con los demás. Es una lástima que yo no pudiera tratar con las personas que conoció en mi ausencia. Tal vez hubiera logrado que se llevaran una mejor impresión.
Prometo no volver a dejarle.
Hace algunos años acostumbrábamos ir al cine dos o tres veces por semana. Caminábamos horas por Coyoacán, por Coapa, el Centro, Tepito, Polanco. Únicamente nosotras. Platicábamos horas, nos carcajeábamos sin necesitar muchas razones. No requeríamos de nadie más para sentir que un día era glorioso.
En el último par de años evité a toda costa acompañarla. Me abrumaba, éramos insoportables juntas. Se volvió aburrida, hueca, monótona. Siempre la misma cantaleta, las mismas quejas, los mismos ademanes. Creo que hasta algunos de sus amigos dejaron de verle también. En lugar de acercarme más a ella y ver cómo demonios podía sacarla del agujero en el que estaba, me alejé. La dejé sola, me escondí. Y sola se quedó, peor aún, sola se sintió (ambas cosas son distintas).
Empecé a buscarla hace un par de meses. Tenía que ser poco a poco, ya que estaba resentidísima conmigo y había que tantear el terreno antes. Siendo yo la jocosita de la relación, parte de mi labor era darle ánimos y hacerle saber lo maravillosa que es, ya que ella continuamente se percibe muy basurita. Es demasiado exigente consigo misma y con los demás. Es una lástima que yo no pudiera tratar con las personas que conoció en mi ausencia. Tal vez hubiera logrado que se llevaran una mejor impresión.
Prometo no volver a dejarle.
domingo, 29 de marzo de 2009
Jugando con la cámara de Regina
Mi computadora se llama Regina Phalange. Sí, he estado viendo mis dvd de friends el poco tiempo libre que tengo, en lugar de hacer algo productivo como dormir, comer, o beber. Entiendase también que he pasado mucho tiempo junto a ésta lindura de máquina (pero...hasta la belleza cansa). Tonces, he aquí un post de puras fotitos, pura pinche presunción: Mis grandes amores y yo.
Las hijas de mi hermana mayor. Mi niña grande y mi nena casi bebé (porque anda muy celosita con la rima nueva): Ana (que me es casi como una hija) y Sofía.

Estaba aburrida y...

El más hermoso ser viviente del mundo: Mi Cathy
Soy Gatofila. Muy-muy Gatofila, creo que nunca lo había mencionado.


Estaba aburrida y...


Soy Gatofila. Muy-muy Gatofila, creo que nunca lo había mencionado.
En ésta foto tengo la nariz roja. Me atacó la gripe. Después de casi un año sin enfermarme y de que mi cuerpo aguantara estoicamente los embates del invierno y de varios muchos virus circulantes de gripientos alrededor, me he enfermado. Pinche fin de semana feo.
Mi prima me choreó una vez diciéndome que la gripa es un llanto no llorado, yo no le creí. Hasta hoy. Tal vez tendría que haber chillado algo, pero no sé, no pude. Lo que una vez fue extrasístole, hoy es bradicardia: Estertor.
Mi prima me choreó una vez diciéndome que la gripa es un llanto no llorado, yo no le creí. Hasta hoy. Tal vez tendría que haber chillado algo, pero no sé, no pude. Lo que una vez fue extrasístole, hoy es bradicardia: Estertor.
martes, 17 de marzo de 2009
Qué hermoso sería tu mar, si supiera yo nadar
(Este post debió publicarse hace más de un mes. No sé por que no lo saqué a la luz. Me acordé de él éste fin que también fue puente. Dichos acontecimientos tuvieron lugar el fin de semana largo que nos proporcionó el día de nuestra tachoneadísima constitución, días después del fallecimiento de mi abuelo)
Pues huyendo del funeral me fui a la playa (ingratitud no, cobardía diría yo). Estuve viviendo un duelo a mi manera, el que espero mis acompañantes no hayan notado del todo porque: ¿quién chingados quiere ir a pasar unos días de vacaciones con un manojo de melancolía y tristeza?, cabe señalar que era más una onda de descanso y relajación que de desmadre.
Y henos ahí, frente a frente, el mar y yo. Ya expliqué que no nos caíamos muy bien. Pero el año pasado que fui al caribe, nuestra relación floreció. Aquello fue hermoso, primero le temía, pero agarré confianza, él se resistía y me alejaba (me revolcaba en las playas de Tulum), luego todo fue apacible y los dos nos hicimos muy cercanos, pasamos muchas horas juntos. Él escuchó de mis penas y para consolarme me alegró la vista, me divirtió con sus impredecibles olas, me arrulló con su voz (ay, que metáfora más cursi).
Los primeros dos días se comportó igualito que la vez pasada. Estuve contenta jugueteando con él (soy una bruta a la que le divierte mucho estar en la olas gritando y dejándose llevar, y así una ola me pegue en todita la cara me ataco de la risa). La playa en la que estábamos no es muy turística. Entiéndase: no hay hoteles, ni salvavidas, ni lanchas, ni botes, NADA. Por lo tanto está limpia, gozas de cierta privacidad, dicen que se pueden ver ballenas (cosa que yo no logré), en temporada liberan tortuguitas, nosotros vimos mantarrayas ó como un lugareño nos instruyó: “no, esas no son... ¿manta-qué?, no, no, son murciélagos marinos, como un pingüino aplastado y con cola larga”.
Pues el tercer día estaban ahí las mantarrayas alias "pingüinos marinos" y yo preferí verles desde la orilla. Se suponía que esa tarde regresaríamos al DeFe, pero le sacamos a la agobiante fila que sabíamos habría en la caseta de regreso, decidimos partir a la mañana siguiente. Yo tenía un día más para juguetear en el mar. Poco después del medio día cuando ya no andaban las mantarrayas sorteando las olas, me metí. Empecé a brincar y chapucear. Estaba a unos 2o o 25 metros de donde toca el agua la arena. Junto a mí casi siempre estuvieron dos amigos, los tres sabíamos que yo no sabía nadar y a la vez ellos sabían nadar muy poco, por eso nos hacíamos "compañía".Uno de ellos se la pasó diciéndome todas y cada una de las veces que jugábamos que no me alejara, que no dejara que me llevara la corriente, "no te vayas para allá", así como muy papá cuidando niña. Mi otro amigo es más reservado y no me decía nada, digamos que andaba en su pedo.
Hubo un momento que duró menos de un minuto, una tontería. Se me ocurrió dar tres pasos más hacia adelante para que no tuviera que pasar las olas por abajo y así evitar que rompieran en mi cara. No me dí cuenta que venían una serie de oleadas marca "no mames", estaba de espaldas al mar. De pronto sentí cómo mis pies súbitamente dejaban de tocar la arena, la corriente me jaló hacia atrás algunos metros. No supe cómo pasó. Sólo empecé a sentir que no tenía de dónde agarrarme y me hundía. Por mi cabeza empezó a circular la idea "no hay botes, no hay salvavidas"... "no hay botes, no hay salvavidas"..."no hay botes, no hay salvavidas"...
Y empecé a gritar, el oxígeno que miserablemente era capaz de obtener estaba destinado para eso, para que mis amigos supieran que estaba ahogándome. De esos primeros segundos en los que comenzaba a caer en la desesperación absoluta, recuerdo la cara de uno de ellos: era el vivo retrato de la angustia.
El otro optó por intentar llegar a donde estaba yo, se confió de su estatura (es un chico alto). Supongo que encontrarse del lado de los que presencian la desgracia ajena tampoco es grato. De estar en su lugar, tal vez yo hubiera actuado igual, lanzarme sin pensar. Como advertencia: lo último que debe hacerse es intentar salvar a alguien cuando no sabes técnicas de socorro en el mar y peor aún, si no nadas bien. En lugar de un ahogado pueden ser dos. Justamente eso empezó a suceder, YO comencé a hundir a mi amigo (sin querer, claro está). Él intentó zafarse de mí, pero se lo impedí (así de histérica estaba). Cada vez nos alejábamos más, apenas distinguía a las personas. Dicen los que estaban en la orilla que momentos después él y yo nos separamos, yo no recuerdo eso.
Me ha sido difícil explicar qué pasaba por mi mente en esos momentos. Miles de pensamientos. Lo que he hecho, lo que no, pero primordialmente pensé en mi familia. Mis padres en un velorio...y ahora en otro, el mío. Me dio mucho coraje, muchísimo. Cómo por una estupidez, un descuido casi pueril, iba a quedar ahí nada más, en una playa del Pacífico. La llegada del final de todo. Tal vez no ví mi vida en flashback, ni la choteadísima luz en medio de un tunel. Sólo atino a describir un extraño fluir de las más diversas y contradictorias sensaciones, desde el pánico más aturdidor hasta la nostalgia más profunda. "Y-a v-a-l-i-ó". Tan simple y llano. Me da curiosidad el hecho de que en un momento tan desesperado no pensé en Dios. Todo era mi familia, la gente que ya no vería, lo que no haría. Yo.
Mientras daba por hecho que estaba viviendo mis últimos instantes de vida, una persona llegó por mí. Era un sujeto que habíamos visto nadar los dos días anteriores, el único de los turistas, aparte de nosotros, que se metía al mar. La diferencia estribaba en que él sí nadaba bien. Me tranquilizó. "No te muevas, ponte de muertito y sólo flota, relájate por favor, ahí viene alguien con un kayak". Ahora Kayak es mi palabra favorita, sólo por el efecto que provocó en ése justo instante: el final de la angustia, que no del miedo.
El problema fue que, a pesar de que él era buen nadador la corriente nos seguía alejando. Según cálculos posteriores, habían pasado cerca de 5 minutos desde que empecé a ahogarme. Ya no podía distinguir a nadie en la orilla, y el hombre que estaba rescatándome comenzaba a cansarse. Mi amigo que cayó en el mismo problema por querer ayudarme estaba cada vez más lejos, a 4 o 5 metros de nosotros y decía que podía aguantar pero no sabía por cuanto tiempo. No salíamos, sólo nos alejábamos y yo no veía ningún maldito kayak.
Esto ya está muy largo. Mañana la conclusión y las fotos.
Pues huyendo del funeral me fui a la playa (ingratitud no, cobardía diría yo). Estuve viviendo un duelo a mi manera, el que espero mis acompañantes no hayan notado del todo porque: ¿quién chingados quiere ir a pasar unos días de vacaciones con un manojo de melancolía y tristeza?, cabe señalar que era más una onda de descanso y relajación que de desmadre.
Y henos ahí, frente a frente, el mar y yo. Ya expliqué que no nos caíamos muy bien. Pero el año pasado que fui al caribe, nuestra relación floreció. Aquello fue hermoso, primero le temía, pero agarré confianza, él se resistía y me alejaba (me revolcaba en las playas de Tulum), luego todo fue apacible y los dos nos hicimos muy cercanos, pasamos muchas horas juntos. Él escuchó de mis penas y para consolarme me alegró la vista, me divirtió con sus impredecibles olas, me arrulló con su voz (ay, que metáfora más cursi).
Los primeros dos días se comportó igualito que la vez pasada. Estuve contenta jugueteando con él (soy una bruta a la que le divierte mucho estar en la olas gritando y dejándose llevar, y así una ola me pegue en todita la cara me ataco de la risa). La playa en la que estábamos no es muy turística. Entiéndase: no hay hoteles, ni salvavidas, ni lanchas, ni botes, NADA. Por lo tanto está limpia, gozas de cierta privacidad, dicen que se pueden ver ballenas (cosa que yo no logré), en temporada liberan tortuguitas, nosotros vimos mantarrayas ó como un lugareño nos instruyó: “no, esas no son... ¿manta-qué?, no, no, son murciélagos marinos, como un pingüino aplastado y con cola larga”.
Pues el tercer día estaban ahí las mantarrayas alias "pingüinos marinos" y yo preferí verles desde la orilla. Se suponía que esa tarde regresaríamos al DeFe, pero le sacamos a la agobiante fila que sabíamos habría en la caseta de regreso, decidimos partir a la mañana siguiente. Yo tenía un día más para juguetear en el mar. Poco después del medio día cuando ya no andaban las mantarrayas sorteando las olas, me metí. Empecé a brincar y chapucear. Estaba a unos 2o o 25 metros de donde toca el agua la arena. Junto a mí casi siempre estuvieron dos amigos, los tres sabíamos que yo no sabía nadar y a la vez ellos sabían nadar muy poco, por eso nos hacíamos "compañía".Uno de ellos se la pasó diciéndome todas y cada una de las veces que jugábamos que no me alejara, que no dejara que me llevara la corriente, "no te vayas para allá", así como muy papá cuidando niña. Mi otro amigo es más reservado y no me decía nada, digamos que andaba en su pedo.
Hubo un momento que duró menos de un minuto, una tontería. Se me ocurrió dar tres pasos más hacia adelante para que no tuviera que pasar las olas por abajo y así evitar que rompieran en mi cara. No me dí cuenta que venían una serie de oleadas marca "no mames", estaba de espaldas al mar. De pronto sentí cómo mis pies súbitamente dejaban de tocar la arena, la corriente me jaló hacia atrás algunos metros. No supe cómo pasó. Sólo empecé a sentir que no tenía de dónde agarrarme y me hundía. Por mi cabeza empezó a circular la idea "no hay botes, no hay salvavidas"... "no hay botes, no hay salvavidas"..."no hay botes, no hay salvavidas"...
Y empecé a gritar, el oxígeno que miserablemente era capaz de obtener estaba destinado para eso, para que mis amigos supieran que estaba ahogándome. De esos primeros segundos en los que comenzaba a caer en la desesperación absoluta, recuerdo la cara de uno de ellos: era el vivo retrato de la angustia.
El otro optó por intentar llegar a donde estaba yo, se confió de su estatura (es un chico alto). Supongo que encontrarse del lado de los que presencian la desgracia ajena tampoco es grato. De estar en su lugar, tal vez yo hubiera actuado igual, lanzarme sin pensar. Como advertencia: lo último que debe hacerse es intentar salvar a alguien cuando no sabes técnicas de socorro en el mar y peor aún, si no nadas bien. En lugar de un ahogado pueden ser dos. Justamente eso empezó a suceder, YO comencé a hundir a mi amigo (sin querer, claro está). Él intentó zafarse de mí, pero se lo impedí (así de histérica estaba). Cada vez nos alejábamos más, apenas distinguía a las personas. Dicen los que estaban en la orilla que momentos después él y yo nos separamos, yo no recuerdo eso.
Me ha sido difícil explicar qué pasaba por mi mente en esos momentos. Miles de pensamientos. Lo que he hecho, lo que no, pero primordialmente pensé en mi familia. Mis padres en un velorio...y ahora en otro, el mío. Me dio mucho coraje, muchísimo. Cómo por una estupidez, un descuido casi pueril, iba a quedar ahí nada más, en una playa del Pacífico. La llegada del final de todo. Tal vez no ví mi vida en flashback, ni la choteadísima luz en medio de un tunel. Sólo atino a describir un extraño fluir de las más diversas y contradictorias sensaciones, desde el pánico más aturdidor hasta la nostalgia más profunda. "Y-a v-a-l-i-ó". Tan simple y llano. Me da curiosidad el hecho de que en un momento tan desesperado no pensé en Dios. Todo era mi familia, la gente que ya no vería, lo que no haría. Yo.
Mientras daba por hecho que estaba viviendo mis últimos instantes de vida, una persona llegó por mí. Era un sujeto que habíamos visto nadar los dos días anteriores, el único de los turistas, aparte de nosotros, que se metía al mar. La diferencia estribaba en que él sí nadaba bien. Me tranquilizó. "No te muevas, ponte de muertito y sólo flota, relájate por favor, ahí viene alguien con un kayak". Ahora Kayak es mi palabra favorita, sólo por el efecto que provocó en ése justo instante: el final de la angustia, que no del miedo.
El problema fue que, a pesar de que él era buen nadador la corriente nos seguía alejando. Según cálculos posteriores, habían pasado cerca de 5 minutos desde que empecé a ahogarme. Ya no podía distinguir a nadie en la orilla, y el hombre que estaba rescatándome comenzaba a cansarse. Mi amigo que cayó en el mismo problema por querer ayudarme estaba cada vez más lejos, a 4 o 5 metros de nosotros y decía que podía aguantar pero no sabía por cuanto tiempo. No salíamos, sólo nos alejábamos y yo no veía ningún maldito kayak.
Esto ya está muy largo. Mañana la conclusión y las fotos.
miércoles, 14 de enero de 2009
Todo se me descompone (o la tecnología no es para gente como yo)
Además de la vida. El martes 13 eché a perder de la manera más estúpida (¿en mi caso hay otra?) un disco duro de 350 gigas. Eso no fue lo peor, en él estaban alamacenadas fotografías de los últimos dos años de mi vida, mi carpeta de trabajo organizadísima al fin, el respaldo completo de mi último trabajo, videos, etc, etc, etc. Me sorprende lo frágiles que son los armatostes hoy en día.
En diciembre, pensé que mi ipod había valido madres. Hermoso aparatejo que hace tres años me parecía increíble poseer. Todos los videos que vería en él, la música, adiós pilas AA, adiós porta cd's, adiós horas de asqueroso aburrimiento en filas bancarias, carreteras, microbuses, adiós, adiós para siempre. Y a la mera hora no. No sé a qué pudo deberse, pero nunca ví los videos ni las películas que le bajé al ipod. En el banco o en el metro prefería ir viendo a la gente, no perderme la anécdota del día, la crítica mala onda, andar de metiche en pláticas ajenas...cómo perderme eso. Me gusta el ipod, pero no cambió mi vida ni mi relación con la música al grado que imaginaba, sólo la facilitó. En enero el werapod se "compuso solito" creo que era un desperfecto de la batería que se arregló al momento que se descargó completamente y pasaron algunos días. Sin embargo ya tiene la edad de tres años, y lo siento viejo, cansado, agotado, obsoleto. Se intimida al verse cerca de un ipod touch, no mencionemos un iphone. Y tan pequeñito, la hoy ridícula capacidad de 30 gigas. Yo pensé que estaríamos juntos más tiempo que mi encanto por él sería interminable.
Mi celular. Esa gran decepción. Sí, el diseño muy bonito, pero la batería se jodió al mes, tengo que cargarlo cada día y medio y siempre estoy olvidando el cargador. La cámara de 1.5 pixeles ya la veo paupérrima. Todo en él está oxidado y tiene poco más de un año. Mi hermana tiene un celular nokia del lejanísimo 2001, me he burlado de ella hasta el cansancio. Estoy a punto de darle la razón: "este celular tendría recepción hasta en el cráter del popocatépetl, se me ha caído 2356 veces, la batería dura lo mismo que cuando era nuevo, la pantalla es clara y no como la de otros celulares que a pleno medio día con luz del sol no ves ni madres, no he perdido ni un sólo número telefónico, escucho a mi interlocutor fuerte y claro, etc, etc".
Mi cámara. Esa gran rareza. Diez megapixeles parecían no tener paralelo "de aquí a que salgan otras más chingonas, de menos dos años", sí, los dos años ya llegaron. Además, andar cargando una puta cámara en todo lugar "porque puede presentarse la oportunidad de tomar 'la foto'" se traduce en un desperdicio de espacio en la bolsa y la paranoia constante de que sea robada. Además los de Sony son unos calculadores-explotadores que salieron del averno. En una de las únicas fiestas del 2007 en las que no tomé, andaba más distraída. ¿Porqué?, me parece que porque al saberte medio peda pones mucha más atención en todo, estás consiente de tu estado y tratas de que los demás lo noten. Al ir sobria...¿qué podría pasar?. Grave error, olvidé en el taxi de regreso a casa una bolsa con un suéter y el cargador de la batería de la estúpida cámara. ¿Resultado?: mil doscientos pesos menos en mi cuenta, eso costó la chingadera esa. Extrañé las pilas doble AA recargables. ¿Porqué Sony con toda su omnipotencia tecnológica no permite que la cámara cargue la batería al ser conectada a la computadora?. Porque son unas salguijuelas.
Siento que no puedo seguirle el paso a tanta velocidad tecnológica. Ni mi bolsillo, ni mi nostalgia. Y es una desgracia que tal fugacidad no sólo se apodere de los gadgets. Cada día las relaciones humanas se parecen más a la compra/deseo de un aparatejo. ¿Por qué conformarnos con el celular L5657X, si en dos meses saldrá el L6745XZ?, y estamos consientes de que al adquirir uno su paso en nuestra vida es transitorio. No se ajustará a las expectativas del año 2010.
Estúpida tecnología encarecida, delicada, fútil. Un walkman me duró 7 años, un discman más de 6. Mi cámara profesional tiene como 10. Y funciona. Los álbums fotográficos de mi familia tienen mi edad y ahí siguen...
Esta historia...¿continuará?.
En diciembre, pensé que mi ipod había valido madres. Hermoso aparatejo que hace tres años me parecía increíble poseer. Todos los videos que vería en él, la música, adiós pilas AA, adiós porta cd's, adiós horas de asqueroso aburrimiento en filas bancarias, carreteras, microbuses, adiós, adiós para siempre. Y a la mera hora no. No sé a qué pudo deberse, pero nunca ví los videos ni las películas que le bajé al ipod. En el banco o en el metro prefería ir viendo a la gente, no perderme la anécdota del día, la crítica mala onda, andar de metiche en pláticas ajenas...cómo perderme eso. Me gusta el ipod, pero no cambió mi vida ni mi relación con la música al grado que imaginaba, sólo la facilitó. En enero el werapod se "compuso solito" creo que era un desperfecto de la batería que se arregló al momento que se descargó completamente y pasaron algunos días. Sin embargo ya tiene la edad de tres años, y lo siento viejo, cansado, agotado, obsoleto. Se intimida al verse cerca de un ipod touch, no mencionemos un iphone. Y tan pequeñito, la hoy ridícula capacidad de 30 gigas. Yo pensé que estaríamos juntos más tiempo que mi encanto por él sería interminable.
Mi celular. Esa gran decepción. Sí, el diseño muy bonito, pero la batería se jodió al mes, tengo que cargarlo cada día y medio y siempre estoy olvidando el cargador. La cámara de 1.5 pixeles ya la veo paupérrima. Todo en él está oxidado y tiene poco más de un año. Mi hermana tiene un celular nokia del lejanísimo 2001, me he burlado de ella hasta el cansancio. Estoy a punto de darle la razón: "este celular tendría recepción hasta en el cráter del popocatépetl, se me ha caído 2356 veces, la batería dura lo mismo que cuando era nuevo, la pantalla es clara y no como la de otros celulares que a pleno medio día con luz del sol no ves ni madres, no he perdido ni un sólo número telefónico, escucho a mi interlocutor fuerte y claro, etc, etc".
Mi cámara. Esa gran rareza. Diez megapixeles parecían no tener paralelo "de aquí a que salgan otras más chingonas, de menos dos años", sí, los dos años ya llegaron. Además, andar cargando una puta cámara en todo lugar "porque puede presentarse la oportunidad de tomar 'la foto'" se traduce en un desperdicio de espacio en la bolsa y la paranoia constante de que sea robada. Además los de Sony son unos calculadores-explotadores que salieron del averno. En una de las únicas fiestas del 2007 en las que no tomé, andaba más distraída. ¿Porqué?, me parece que porque al saberte medio peda pones mucha más atención en todo, estás consiente de tu estado y tratas de que los demás lo noten. Al ir sobria...¿qué podría pasar?. Grave error, olvidé en el taxi de regreso a casa una bolsa con un suéter y el cargador de la batería de la estúpida cámara. ¿Resultado?: mil doscientos pesos menos en mi cuenta, eso costó la chingadera esa. Extrañé las pilas doble AA recargables. ¿Porqué Sony con toda su omnipotencia tecnológica no permite que la cámara cargue la batería al ser conectada a la computadora?. Porque son unas salguijuelas.
Siento que no puedo seguirle el paso a tanta velocidad tecnológica. Ni mi bolsillo, ni mi nostalgia. Y es una desgracia que tal fugacidad no sólo se apodere de los gadgets. Cada día las relaciones humanas se parecen más a la compra/deseo de un aparatejo. ¿Por qué conformarnos con el celular L5657X, si en dos meses saldrá el L6745XZ?, y estamos consientes de que al adquirir uno su paso en nuestra vida es transitorio. No se ajustará a las expectativas del año 2010.
Estúpida tecnología encarecida, delicada, fútil. Un walkman me duró 7 años, un discman más de 6. Mi cámara profesional tiene como 10. Y funciona. Los álbums fotográficos de mi familia tienen mi edad y ahí siguen...
Esta historia...¿continuará?.
martes, 16 de diciembre de 2008
Envidia
Hace poco mi mejor amiga, su hermana, y otra amiga, me pidieron suplicantes que corriera a su auxilio. Estaban montando una pastorela, y algunos de los actores que representaban a los pecados capitales desertaron a medio camino.
"Ándale, por favor, sé la envidia"
Este no es el momento para que explique porqué mis amigas montan una pastorela, ni porqué yo había participado en mi adolescencia en algunas, la última vez que "actué" en una fue en el lejano 2001.
No me sentía identificada con la envidia, otra historia sería personificar a la "ira", la "pereza", la "soberbia", o la "gula", me son pecados más representativos y confieso haberlos cometido...pero ¿la envidia?, no pensé que fuera un "pecado" en el que hubiera incurrido. Grave error.
Ahora lo sé, soy envidiosa. Si una de las facetas de la envidia es desear lo que otros tienen (otra es entristecerse por el bien, o alegrarse por el mal ajeno), tal vez de allí venga mi frustración, mi bajo umbral ante la frustración.
Yo envidio a la gente con fé inquebrantable, admiro que puedan creer, caer, y volver a creer, y depositen todas sus esperanzas en una frase, en una imagen. Cuando ví a los ciclistas peregrinos que recorren cientos de kilómetros por la fé en la vírgen de Guadalupe, con la ilusión de que los escuche, que una deidad los conforte, porque creen en algo que los une y los entiende, alguien a quien pueden exigirle, suplicarle, llorarle, entregársele, lo envidié. Envidio a los que creen en Dios (o cualquiera de sus formas) sin vacilar un instante.
Yo envidio la levedad, la de las personas que pueden ser desapegadas, las que no se sienten responsables de sus actos, las que se toman todo a la ligera, las que olvidan, las que superan, las que gritan fácilmente a los cuatro vientos un amor, y tres meses después gritan entusiastas otro nuevo y más excitante que el anterior, las que pueden separar el sexo del amor y la amistad.
Yo envidio a la gente que sabe lo que quiere y lucha por ello, a aquellos que al igual que un peregrino, recorren largas distancias sólo por estar con la persona que quieren, por la promesa de un amor lejano y sólo posible ante el sacrificio.
Yo envidio a la Olga del ayer (no la breeskin, no, esa no), idealista, optimista, y alegre. Últimamente he tenido que dejarla salir un poco , me revienta que me perciban deprimida y "ay pobrecita", "ya verás que pronto pasará", "pero si tienes taaaantas cualidades", "mira a %%%% él está peor " (¿porqué la raza humana parece vanagloriarse y sentirse feliz al percibir que hay alguien que está más amolado?, a mí eso me entristece aún más), entonces, esas personas que están lejos de mí no perciben tal depresión: "¡ella siempre tan bromista y parrandera!".
Envidio a la gente que a pesar de la depresión puede seguir con los planes que tenía programados y eran importantes. El no poder organizar el viaje que era urgentísimo...entre freelances chafas-encargados por zoquetes ineptos y encajosos- por los que no obtuve ni 5 centavos, trabajo de la oficina que era impostergable pero que al final no lo fue tanto y...y...y eso, de lo que no hablo claramente y sólo encripto. Me siento la basura más vil por no hacerlo, me siento egoísta, pero no de ése egoísmo que he dicho desear.
"Ándale, por favor, sé la envidia"
Este no es el momento para que explique porqué mis amigas montan una pastorela, ni porqué yo había participado en mi adolescencia en algunas, la última vez que "actué" en una fue en el lejano 2001.
No me sentía identificada con la envidia, otra historia sería personificar a la "ira", la "pereza", la "soberbia", o la "gula", me son pecados más representativos y confieso haberlos cometido...pero ¿la envidia?, no pensé que fuera un "pecado" en el que hubiera incurrido. Grave error.
Ahora lo sé, soy envidiosa. Si una de las facetas de la envidia es desear lo que otros tienen (otra es entristecerse por el bien, o alegrarse por el mal ajeno), tal vez de allí venga mi frustración, mi bajo umbral ante la frustración.
Yo envidio a la gente con fé inquebrantable, admiro que puedan creer, caer, y volver a creer, y depositen todas sus esperanzas en una frase, en una imagen. Cuando ví a los ciclistas peregrinos que recorren cientos de kilómetros por la fé en la vírgen de Guadalupe, con la ilusión de que los escuche, que una deidad los conforte, porque creen en algo que los une y los entiende, alguien a quien pueden exigirle, suplicarle, llorarle, entregársele, lo envidié. Envidio a los que creen en Dios (o cualquiera de sus formas) sin vacilar un instante.
Yo envidio la levedad, la de las personas que pueden ser desapegadas, las que no se sienten responsables de sus actos, las que se toman todo a la ligera, las que olvidan, las que superan, las que gritan fácilmente a los cuatro vientos un amor, y tres meses después gritan entusiastas otro nuevo y más excitante que el anterior, las que pueden separar el sexo del amor y la amistad.
Yo envidio a la gente que sabe lo que quiere y lucha por ello, a aquellos que al igual que un peregrino, recorren largas distancias sólo por estar con la persona que quieren, por la promesa de un amor lejano y sólo posible ante el sacrificio.
Yo envidio a la Olga del ayer (no la breeskin, no, esa no), idealista, optimista, y alegre. Últimamente he tenido que dejarla salir un poco , me revienta que me perciban deprimida y "ay pobrecita", "ya verás que pronto pasará", "pero si tienes taaaantas cualidades", "mira a %%%% él está peor " (¿porqué la raza humana parece vanagloriarse y sentirse feliz al percibir que hay alguien que está más amolado?, a mí eso me entristece aún más), entonces, esas personas que están lejos de mí no perciben tal depresión: "¡ella siempre tan bromista y parrandera!".
Envidio a la gente que a pesar de la depresión puede seguir con los planes que tenía programados y eran importantes. El no poder organizar el viaje que era urgentísimo...entre freelances chafas-encargados por zoquetes ineptos y encajosos- por los que no obtuve ni 5 centavos, trabajo de la oficina que era impostergable pero que al final no lo fue tanto y...y...y eso, de lo que no hablo claramente y sólo encripto. Me siento la basura más vil por no hacerlo, me siento egoísta, pero no de ése egoísmo que he dicho desear.
martes, 30 de septiembre de 2008
Gélido regreso
La ciudad es maravillosa, pero yo quedé enamorada de la playa. Yo, que siempre había jurado que no era lo mío, que "qué horror cuánta arena", que es imposible nadar, que el calor era apabullante.
Podría definir mi viaje como "Cuenta conmigo" -en la playa- región 4, con los/las protagonistas más creciditas nomás en edad, pero cuasi igual de babotas que Gordy Lachance, Teddy Duchap, Vern Tessio, y Chris Chambers (que era el papel de River Phoenix, yo optimista y gandallamente digo que por equivalencia es el perfil que me correspondería ¡ja!). Es que nos pasó de todo, reímos, lloramos, nos peleamos, desafiamos mil peligros.
¡Quiero regresaaaaaaaaaaaaaaaaar!
Me dí cuenta que en la playa la vida es más sabrosa. Y que no soy alguien sólo de pueblitos y paisajes montañezcos.
En el Defe estoy helada, medio triste, medio alegre, a medias.
Los post-reseñas son harto largos y descriptivos. No sé si subir fotos de su servidora. De regreso, me topé en el werapod (mi ipod, pues) una rola de Dido, que pensé expresaba perfectamente mi sentir: Sand in my Shoes. Ya me dí cuenta que nomás me debería quedar a la mitad. A medias.
Podría definir mi viaje como "Cuenta conmigo" -en la playa- región 4, con los/las protagonistas más creciditas nomás en edad, pero cuasi igual de babotas que Gordy Lachance, Teddy Duchap, Vern Tessio, y Chris Chambers (que era el papel de River Phoenix, yo optimista y gandallamente digo que por equivalencia es el perfil que me correspondería ¡ja!). Es que nos pasó de todo, reímos, lloramos, nos peleamos, desafiamos mil peligros.
(sobretodo porque River Phoenix -tan bello que era- y yo lloramos igualiiito)
¡Quiero regresaaaaaaaaaaaaaaaaar!
Me dí cuenta que en la playa la vida es más sabrosa. Y que no soy alguien sólo de pueblitos y paisajes montañezcos.
En el Defe estoy helada, medio triste, medio alegre, a medias.
Los post-reseñas son harto largos y descriptivos. No sé si subir fotos de su servidora. De regreso, me topé en el werapod (mi ipod, pues) una rola de Dido, que pensé expresaba perfectamente mi sentir: Sand in my Shoes. Ya me dí cuenta que nomás me debería quedar a la mitad. A medias.
viernes, 15 de agosto de 2008
Irrelevante
No hay nada de lo que quiera escribir en éste instante. Nada importante, nada trascendente. Vamos, ni un partido de futbol cuyo resultado me haga sufrir (como he dicho antes, me apasiona), ni hago ejercicios extrasistólicos. Nada.
Tal vez, aún no lo sé, en un futuro me agradaría escribir algunas cuestiones de mi vida, como desahogo-escupitajo de corajes, sin recurrir a la criptación o al sarcasmo. Ser explícita, porque de alguna manera, aunque las palabras sean sólo palabras, el sacarlas a la vida y leerlas las hace más reales de lo que podrían significar únicamente retumbando o dando vueltas en mi mente. Ser específica.
Mientras tanto, dejo aquí unas palabras que capturé de una entrevista al ecléctico Alejandro Jodorowsky.
"La vida se va soltando poco a poco…
Eres como una escultura que se echa a rodar por una montaña, lo que se quiebra no valía, lo que queda es lo bueno. Vas soltando cosas, los deseos de apropiación, los deseos de triunfo, vas soltando que te amen, que giren alrededor tuyo, hasta llegar al alma impersonal es cuando puedes aceptar el vacío y desaparecer, siempre que hayas dado, lo que das te lo das, lo que no das te lo quitas, lo que haces al otro te lo haces a ti mismo.
Voy a vivir profundamente este instante, si no soy yo quien lo vive ¿Quién?, si no es aquí, ¿Dónde?, si no es ahora, ¿Cuándo?, si no es de ésta manera ¿Cómo?"
¿A poco no cuándo quiere le atina a las cosas bien bonito?. Maravilloso.
Tal vez, aún no lo sé, en un futuro me agradaría escribir algunas cuestiones de mi vida, como desahogo-escupitajo de corajes, sin recurrir a la criptación o al sarcasmo. Ser explícita, porque de alguna manera, aunque las palabras sean sólo palabras, el sacarlas a la vida y leerlas las hace más reales de lo que podrían significar únicamente retumbando o dando vueltas en mi mente. Ser específica.
Mientras tanto, dejo aquí unas palabras que capturé de una entrevista al ecléctico Alejandro Jodorowsky.
"La vida se va soltando poco a poco…
Eres como una escultura que se echa a rodar por una montaña, lo que se quiebra no valía, lo que queda es lo bueno. Vas soltando cosas, los deseos de apropiación, los deseos de triunfo, vas soltando que te amen, que giren alrededor tuyo, hasta llegar al alma impersonal es cuando puedes aceptar el vacío y desaparecer, siempre que hayas dado, lo que das te lo das, lo que no das te lo quitas, lo que haces al otro te lo haces a ti mismo.
Voy a vivir profundamente este instante, si no soy yo quien lo vive ¿Quién?, si no es aquí, ¿Dónde?, si no es ahora, ¿Cuándo?, si no es de ésta manera ¿Cómo?"
¿A poco no cuándo quiere le atina a las cosas bien bonito?. Maravilloso.
miércoles, 16 de julio de 2008
Erróneas creencias

Amigos cercanos, blogueros, gente a mi alrededor, me ha preguntado el porqué de mis ausencias, falta de actividad en el blog, o mi disminuída plática. La mayoría suponen que es consecuencia lógica de este post. Entonces yo pienso: "ellos creen que probablemente estoy 'enamorada' (¡puaj!, sí, que fea y sobrevalorada palabra) y ando del tingo al tango con mi pretendiente, pobres"...
Un momento, ¿pobres ellos?...
sábado, 28 de junio de 2008
El destierro de la espontaneidad
Debe ser poco común encontrar a alguien a quien no le agraden las buenas sorpresas de la vida. A la fecha, no he conocido a una persona que no relate un suceso inesperado que resultara agradable, sin una sonrisa dibujada en su expresión.
Me siento un poco atada. Impedida. En búsqueda de una relación sana y sincera, me fueron reveladas condiciones, circunstancias y actitudes, que le son de suma repulsión. Ahora que sé el desagrado que provocan, siento que no actuaré libremente. Aún sin saberlas, con mucha seguridad no habrían sucedido. Pienso que él no encontrará espontánea mi actitud, y tal vez llegue a suponer que actuó en base a lo que me contó.
Por ejemplo, me gusta la libertad. Me gusta salir con mis amigos sin pareja (he tenido tres novios en mi vida y por periodos muy cortos de tiempo), estoy completamente acostumbrada a ello. Para mí, no es extraño desenvolverme en ésa dinámica, por lo que me parece justo, que aún teniendo pareja siga saliendo con al gente que acostumbro (algunas veces con, y otras sin él). Y viceversa. Sin embargo noté que él no aprecia eso desde su perspectiva (o piensa que lo dije por complacerlo y seguir sus ideas), y cree extraño que yo no tenga plan para mañana, me exhorta a salir con mis amigos sin él ya que tiene mucho trabajo este fin de semana. No era necesario. Mañana a eso de las siete de la noche, dependiendo de mis ánimos y energías, yo decidiré qué quiero hacer según las opciones que se me presenten.
Me reveló aquello por las relaciones anteriores que ha tenido y sus consecuencias, entonces yo hice una metáfora al respecto de esa plática. El año pasado yo fuí a Sonofilia (el caoncierto de Björk), y sé que hay polvo, mucho polvo, muchísimo polvo en la barranca de Huentitán. Sé que hubo una demora horrenda en el programa, que la estrella principal cantó 40 minutos, que el caos de regreso es de la peores cosas en materia concierteril que he vivido, lo sé porque pasé por eso. De haber otro festival parecido, por las mismas fechas del año, en dicha barranca, de ir con alguien yo lo pondría en advertencia...¿y si no lo hiciera?, que tal si son otros los organizadores, si en esos días hay lluvias y en lugar de polvo es lodo, si no hay contingencias y todo sale como estaba programado. Lo único que logré al contar mi anécdota y todos los inconvenientes, es que mi acompañante se angustiara y dudara de ir conmigo a dicho lugar.
Es contradictorio, pedimos sinceridad en nuestros prospectos de pareja, pero de haberla...no sé...la mágica espontaneidad nos abandona. ¿Cómo sabrá cuáles son mis legítimos celos?, ¿Cómo sabrá si esas llamadas que pensaba hacerle le molestarían?, ¿Cómo le digo que muchas sus demandas tienen eco en mí, sin que pasen por su cabeza los fantasmas de la complacencia?, ¿Cómo atravieso este muro de contensión que me impide saber cómo hablarle o cómo actuar libremente junto a él?...
Me siento un poco atada. Impedida. En búsqueda de una relación sana y sincera, me fueron reveladas condiciones, circunstancias y actitudes, que le son de suma repulsión. Ahora que sé el desagrado que provocan, siento que no actuaré libremente. Aún sin saberlas, con mucha seguridad no habrían sucedido. Pienso que él no encontrará espontánea mi actitud, y tal vez llegue a suponer que actuó en base a lo que me contó.
Por ejemplo, me gusta la libertad. Me gusta salir con mis amigos sin pareja (he tenido tres novios en mi vida y por periodos muy cortos de tiempo), estoy completamente acostumbrada a ello. Para mí, no es extraño desenvolverme en ésa dinámica, por lo que me parece justo, que aún teniendo pareja siga saliendo con al gente que acostumbro (algunas veces con, y otras sin él). Y viceversa. Sin embargo noté que él no aprecia eso desde su perspectiva (o piensa que lo dije por complacerlo y seguir sus ideas), y cree extraño que yo no tenga plan para mañana, me exhorta a salir con mis amigos sin él ya que tiene mucho trabajo este fin de semana. No era necesario. Mañana a eso de las siete de la noche, dependiendo de mis ánimos y energías, yo decidiré qué quiero hacer según las opciones que se me presenten.
Me reveló aquello por las relaciones anteriores que ha tenido y sus consecuencias, entonces yo hice una metáfora al respecto de esa plática. El año pasado yo fuí a Sonofilia (el caoncierto de Björk), y sé que hay polvo, mucho polvo, muchísimo polvo en la barranca de Huentitán. Sé que hubo una demora horrenda en el programa, que la estrella principal cantó 40 minutos, que el caos de regreso es de la peores cosas en materia concierteril que he vivido, lo sé porque pasé por eso. De haber otro festival parecido, por las mismas fechas del año, en dicha barranca, de ir con alguien yo lo pondría en advertencia...¿y si no lo hiciera?, que tal si son otros los organizadores, si en esos días hay lluvias y en lugar de polvo es lodo, si no hay contingencias y todo sale como estaba programado. Lo único que logré al contar mi anécdota y todos los inconvenientes, es que mi acompañante se angustiara y dudara de ir conmigo a dicho lugar.
Es contradictorio, pedimos sinceridad en nuestros prospectos de pareja, pero de haberla...no sé...la mágica espontaneidad nos abandona. ¿Cómo sabrá cuáles son mis legítimos celos?, ¿Cómo sabrá si esas llamadas que pensaba hacerle le molestarían?, ¿Cómo le digo que muchas sus demandas tienen eco en mí, sin que pasen por su cabeza los fantasmas de la complacencia?, ¿Cómo atravieso este muro de contensión que me impide saber cómo hablarle o cómo actuar libremente junto a él?...
martes, 24 de junio de 2008
Cerrado por Confusión
Tengo un ligero bloqueo, durará un día o dos.
No decido sobre qué quiero escribir. Varias opciones, la ondita chusca sobre una trivialidad frívola, la introspección de algún asunto ególatra, las quejas que abundan en mi mente respecto a la reforma energética, el relato de un chido fin de semana, o bien, el concienzudo análisis del porqué de mi arisquez.
Sí, mucho gusto, soy la indesición encarnada.
(y leer a Javier Marías en estos momentos no me ayuda nadita-nadita)
No decido sobre qué quiero escribir. Varias opciones, la ondita chusca sobre una trivialidad frívola, la introspección de algún asunto ególatra, las quejas que abundan en mi mente respecto a la reforma energética, el relato de un chido fin de semana, o bien, el concienzudo análisis del porqué de mi arisquez.
Sí, mucho gusto, soy la indesición encarnada.
(y leer a Javier Marías en estos momentos no me ayuda nadita-nadita)
lunes, 2 de junio de 2008
Qué feliz soy
Ayer pasé un día increíblemente feliz. Fuí al zoológico con mis sobrinitas, las adoro. En medio de tantos besos, abrazos y risitas es díficil estar de mal humor.
Ya en la tarde que no estaba más con ellas, estuve llorando. Es que, perdió el cruz azul y soy superfanclavada del futbol, como he platicado antes. No hay tristeza más grande en el mundo que ver perder a tu equipo. Triste, triste noche la de anoche.
Mis pretextos son pésimos.
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Mis pretextos son pésimos.
lunes, 3 de marzo de 2008
Ejercicio
Sí, es bueno para la salud, libera endorfinas, es el método más eficaz para contrarrestar los estragos provocados por el paso del tiempo, nos sentimos saludables...
Maravilloso. El problema radica en dejarlo de practicar. El cuerpo se desacostumbra, y al retomar la dinámica, el aguante es menor y al día siguiente surge la sensación conocida como "estoy adolorida". Me duelen tanto algunas partes de mi cuerpo, que me hacen pensar en no dejar que pase tanto tiempo sin volverlo a hacer.
Maravilloso. El problema radica en dejarlo de practicar. El cuerpo se desacostumbra, y al retomar la dinámica, el aguante es menor y al día siguiente surge la sensación conocida como "estoy adolorida". Me duelen tanto algunas partes de mi cuerpo, que me hacen pensar en no dejar que pase tanto tiempo sin volverlo a hacer.
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