jueves, 11 de marzo de 2010

Moverse en el aire I

Era una noche de verano. Los planes de viajar ese año a la India se habían ido al carajo gracias a la contingencia de la influenza, el freelance imposible de dejar, y a la falta de entusiasmo de la amiga con quien había comenzado a planear tal viaje. Decidí que para mis vacaciones de verano (una raquítica semana) iría al norte, a Coahuila, a Cuatro Ciénegas. Le platiqué a mi amiga bióloga y le entusiasmó la idea, pero circunstancias personales le impidieron ir. No hubo nadie que conicidiera en tiempo o en destino. No quise ir sola. Adiós vacación.

Esa semana la pasé en casa haciendo muy poco. Llegó el jueves y organizaron una despedida para Lear que regresaba a Cambridge después de unas semanas en la ciudad, nos quedamos de ver en la Coyoacana. La plática fluyó a la par que la bebida, Nuria me habló de Barcelona, Emilio platicaba del futuro que se asomaba para él en Chicago, seguramente Jordy dijo algo de Alemania, Carlos no puede evitar hablar de Tango. Ya encarrerados nos fuimos a casa de Lilián a seguir platicando -y bebiendo-. Hablamos de historia, de América Latina, la truculenta Independencia de Mexico, la revolución confusa. Y nos dieron la una, las dos, y las tres... y las seis.

Me quedé a dormir allí, por lo que Lilián y yo pasamos el día juntas. Recuerdo que vimos "Sinécdoque New York" (tengo una enfermedad congénita que me impide pronunciar sinécdoque correctamente). Caminamos por la Roma, la Juárez y Reforma -"Mira ahí está la casa de Marcelo Ebrard"-, charlamos más y más. Si me preguntarán de qué, no sabría decirles. De todo y de nada, sólo recuerdo un tema: Moverse. ¿Qué pasa con alguien que no se mueve?, y por no moverse me refiero no a estancarse, sino a sentirse estancado, conformarse con lo conocido. ¿Cómo puedes entender el mundo si no lo conoces, si no experimentas, si no vives?. ¿Qué es conformarse? ¿Qué regla es la que establece "la hiciste"<-----> "la regaste"?. A mí me gusta la rutina, es segura, confiable. Hasta ahora no había tenido queja alguna de no cambiar muchos aspectos de mi vida dejando que el barco llamado tiempo me llevara tranquilamente. La rutina para Olga de veintiséis años estaba bien, tal vez hasta los treinta o treinta y dos. ¿Pero si a los treinta y cinco un día despierto queriendo matar a la de veintiséis por no haber hecho más que esperar que el destino la transportara a un lugar que no le place?

De regreso a casa de Lilián analizamos las opciones para la noche y decidimos ir a una fiesta a la que Jordy nos había invitado. Me sentía un poco-bastante incómoda, pues llevaba la misma ropa del día anterior. En algún momento de la reunión me quejé de ese hecho, dije en voz alta que estaba "toda puerca" (pero sí me había bañado, eh). Luis, me preguntó el porqué y le expliqué que me había quedado a dormir en casa de mi amiga. "¿Entonces eres freelance como Lilián?", "No, trabajo en (inserte nombre de mi extrabajo), y estoy de vacaciones, por eso no fui a la oficina". Luis con cara de sorpresa, me increpa: "¿Pero y por qué estás aquí y no en... una playa?".

-"Este, pues, es que... no quería ir sola y nadie pudo viajar"...

-"¿Y eso QUÉ?"

El joven Urquieta procede a contarnos de sus viajes, muchos en solitario. Lo hace de tal forma que deja a Lilián con ojos desorbitados e hipnotizada y a mí... muda. Tal vez no eran grandes aventuras o sucesos o los lugares con la mayor historia del mundo, pero eran diferentes, lejanos, desconocidos. Estaba muda porque no podía opinar. Es como cuando me siento a beber con Carlos y Lear y ellos hablan apasionadamente de un libro que no he leído y sólo sirvo de escucha semianalfabeta que saldrá con un chiste idiota para hacerse notar. Nos habló de América.

Muchos que leen estas líneas saben qué pasó después. Ese fin de semana y a raíz de pláticas como ésa, Lilián decidió viajar a Sudamérica -donde aún está, en Chile-.

Yo tardé un poco más. Tal vez a mí también me motivó escucharla hablando del cono Sur, comenzando a planear la travesía, soñando con Chile, el país que desde niña le atrae ("sin albur, cerdos"). Pensando en la Argentina, en escritores, en libros, en calles, en los Andes, en las llamas, en Colombia... Ojalá y esto funcionara como un gran efecto dominó y haya quienes se animen a viajar al leer los post de ella, tan intensos y hermosos todos. Ha sido lindo ir siguiendo la ruta en tiempo real, ver fotos que ha publicado, sus twits llegando o presumiendo un lugar.

Hubo más motivos para mí aún, pero no conciernen al tema de este post.

En Noviembre decidí viajar. Sufro de aviofobia, lo que hizo muy difícil determinarme a hacerlo. Viajo sola, no puedo esperar a nadie, no quiero hacerlo. Pasarían no sé cuántos años más para que algún amigo tenga el dinero-tiempo-ganas. Toda mi vida he estado como en una pequeña burbuja de cristal llena de cuidados familiares, rutinas, conformidad. Este viaje es mío, únicamente mío, yo lo planeé, yo lo pagué. Quiero ver qué tan capaz soy de hacer las cosas sola y sin depender de nadie, estar lejos con casi nada. Voy a vivir lo que debí experimentar hace al menos un lustro. La máxima satisfacción de hacerlo hasta ahora es que es por mis propios medios, oh, dulce autosuficencia. Concluí también que estaba dejando de moverme y por lo tanto de vivir, por atarme a personas, pertenencias, rutinas. Y no es que coloque en el pináculo de la existencia humana el viajar, pero yo recuerdo más una noche a la orilla del mar que la noche del martes dieciocho de agosto de 2009 en la que lo más emocionante que probablemente hice fue ir al cine.

Voy a Europa (o como yo les llamo "Las Europas quesque Unidas"), y para mí es más que un mochilazo o un tour "quince días-quince ciudades europeas, tómese la foto con el monumento y corra", es más que lo que los gringos le han hecho al turismo, estandarizarlo y convertirlo en producción en serie como una Big mac. Será mi primer viaje al extranjero, el primero de muchos, el de práctica para los meros-meros aventureros.

Quisiera escribir más cosas al respecto, pero estoy abrumada con TODO lo que debo terminar para partir con cierta calma. Motivaciones, expectativas y planes de viaje, los escribiré pronto (como el hecho de "¿Cómo demonios es que vas a Europa si es que jurabas que tu primer viaje no sería de ninguna forma el cliché del estatus?"). Cof, cof.

Quiero extrañar el De efe. Un mes no es nada pero siendo yo tan adicta a él no podría asegurar que no estaré jamaiconeando al tercer día.

16 comentarios:

Anónimo dijo...

Al De efe se le extraña incluso estando allí, o sobre todo estando allí. Por lo demás, todo lo que salga de pláticas entre amigos es un gran proyecto.

Unknown dijo...

No tienes idea de cómo te envidio. Yo quisiera hacer lo mismo.

Creo que puedo entender cómo te seduce la rutina, cómo es fácil enrolarse en algo que tranquila y apaciblemente te transporta a lugares relativamente seguros.

Soy un ñoño dedicado a trabajar y a estudiar. Tampoco quiero llegar a los 35 y preguntarme: ¿eso es todo lo que hiciste?

Un abrazo.

Cynthia Ramírez dijo...

Está muy bien! Viaja! Muevete. ¿Cómo dicen? "El que no se mueve no deja huellas" o algo así...

Saludos

pez dijo...

¿tu primer viaje al extranjero? vaya que te tardaste en tomar la decisión de viajar

por otro lado, tú deja que te llamen guapa. de por sí, tienes otros defectos. no puedes pronunciar bien 'sinquedocque' y sufres de agarofobia

Jair Trejo dijo...

Por los viajes de Lilián, Bere y el tuyo es que estoy ahorrando y me voy a ir a Japón el año que viene. Así que, ¡buen trabajo!.

Me gustó lo que dices de extrañar al DF. Sólo viajando se puede regresar.

ge zeta dijo...

¡Qué chido, Olga!
Las decisiones que tomamos así, tan de repente, suelen ser muy buenas.

Mucha suerte. Y como Lilián, no dejes de postear tus aventuras.

Chilangelina dijo...

Yo soy una convencida de que salir de casa es lo que te hace crecer (evidentemente estaría jodida si no lo creyera, ¿verdad?).
En los seis años que llevo de paseo, lo más importante que he aprendido es a romper con los estereotipos y los prejuicios. Creo que salir de tu red de seguridad y lanzarte al mundo -sea por seis años o por un mes- hace que empieces a buscar las coincidencias con los demás, no las diferencias idiotas que las mentes chauvinistas insisten en enfatizar. Pienso que cuando lo logras, has dado el primer paso para convertirte en ciudadano del mundo; y que si no sales con esa mentalidad, de nada sirve que vayas al país más remoto.
Felicidades por haber dado el primer paso. Y coincido con Lear: al Defe nunca se le deja de extrañar, pero paradójicamente, a donde va uno lo lleva consigo.

Lady Diabla dijo...

Que inspirador, fijate que nunca habia leido ningunos de tus posts y que bueno que este halla sido el primero.

quien fuera freelance para poder viajar por meses.

yo empece a trabajar joven, mucho antes de salir de la carrera, bueno aun no salgo pero mi trabajo es bueno y mi cuenta bancaria se llena y no me da tiempo de gastarla, quiero viajar pero mis amigas o todavia no terminan de estudiar o no tienen dinero o sus ideas de viaje son ir a texas de shopping... aburrido.

Espero leer proximamente de tus viajes y que llegue el momento que extrñes aquello que ahora te aburre.

saludos!

ger00000000 dijo...

Hola, el origen de mi comentario no deviene propiamente de comentar nada. Cosa que hubiera podido haber hecho en muchos otros de tus post que me han gustado o en los que he divergido; Viene como una invitación, primero a conocerte en persona: algo que había querido hacer desde hace algún tiempo; y otra, a ofrecerte un café o alguien que te muestre la ciudad cuando estés en París.

La verdad es que soy como una especie de fan tuyo, por tus posts y te he leído desde hace ya algún tiempo. Al leer sobre tu viaje pensé que tal vez te pudiera interesar conocer asiduos lectores tuyos; digo aprovechando que yo estoy por acá.

Si te interesa mandame un correo a mi cuenta de gmail, que es el nombre de usuario + @gmail.com

Un saludo

Unknown dijo...

Te la vas a pasar increíble.

No creo que un mes es suficiente para extrañar al De efe. Seguro seré apaleada por este comentario pero, ¿y qué? No lo vas a extrañar, en todo caso, extrañarás a tu De efe, amigos, familia, etc. Pero eso no ES el De efe, es tu polis personal, que podrías formar en otra ciudad.

Fire_tony dijo...

Yo sé que todo saldrá bien.

Emilio dijo...

¡Muy buen viaje! Qué envidia que verás a mi querida Nuria y a París. ¡Un abrazo grande!

Chilangelina dijo...

Yo he tratado de crear la polis personal de la que habla N. Pero lo que extraño es al DeFe :(

N. dijo...

Qué rico (y qué envidia)! Yo celebro sobre todo la decisión de viajar sola, verás que es una dinámica completamente diferente.
Yo he tenido la oportunidad de viajar muy bien acompañada, pero también de viajar sola en varias ocasiones. Y creo que obviamente todo depende del momento personal, pero en definitiva ir sola te permite muchos momentos de romance contigo misma. Muchos momentos de autoevaluación, y también creo que muchos momentos de perdón personal. A veces puede ser un poquito difícil (y además añade ciertas cosas prácticas, como que no puedes andar poniéndote borracha, o tienes que ser más precavida en general, jamás decirle a un extraño que vas sola - siempre inventarte que tus amigos se quedaron en el hotel - y cositas así de sentido común). Peeero, verás que es algo muy rico. Cuéntanos tus crónicas de viaje, y no dejes de hacer las crónicas del mapeo personal, aunque ésas cuesta más compartirlas. Un abrazo!

Botica Pop dijo...

yo jamaiconié la primera noche en parís. pero en la mañana, desayunando con resaca y jet lag, ya se me había pasado.
que bien que te vas sola. una debe saber si viajar sola es lo suyo o nomás no. pero uno debe saberlo, no suponerlo.
te vemos acá al regreso!

N. dijo...

Otra vez mucha suerte! Y te dejo la dirección de un blog que es de mis más favoritos, y es justamente sobre crónicas de viaje http://55sur.blogspot.com el autor es medio divo y jamás comenta, pero el blog es muy lindo.
Un abrazo y todas las buenas vibras del mundo. Vamos Olga, que regresando tendrás otra vez a esa mejor amiga con la que salías a caminar y te divertías mucho (siempre me acuerdo de ese post porque lo soñé). Un abrazo!