viernes, 5 de marzo de 2010

Sin halagos es mejor.

"¡Pero qué bonita niña!". Responder a eso es fácil a los cuatro años, dices 'gracias', bajas la cabeza tímidamente y te echas a correr con tus primos. O no dices nada y sólo sonríes mostrando una mueca infantil bastante tétrica pero que las tías y fotógrafos de estudio adoran. Si haces esto último, con certeza volverán a decir que eres bella, o avispada, o armónica o que los bonitos ojos que tienes debajo de esas dos cejas son iguales a los de papá.

Siento que nunca he podido reaccionar satisfactoriamente cuando me chulean. Si contesto con un gracias, me sonrojo y colorada ya no sé qué hacer. Se me ocurre responder con un cumplido. Es lo peor. Pocas cosas pueden parecer más forzadas (aunque no lo son del todo, vamos, si contesto un 'tu corte de cabello también está chingón, es muy probable que sea cierto) que responder a un halago con otro. Pero si no digo nada me siento como si cometiera una grosería fatal. Debería existir un manual "Qué hacer o qué no hacer cuando la halagan".

También se cree que el aplauso es condicionado. Alguien que quiere quedar bien, ganar confianza, se busca la amistad inmediata. Yo prefiero evitar a la gente que me adula demasiado de buenas a primeras, sobre todo en un sentido estético. Y si es hombre aún más.

Está tan devaluado el correcto sentir de las cosas. Si escribo un "me siento fea", parece que la reacción elocuente o lo que estoy buscando es "pero si eres muy bonita" y pues no. No y no y no. Déjame revolcarme en mi frustración, carajo, maldita época del porrismo superacional. Nada como aceptar las carencias sin lamentos ni congojas. No debería ser triste ser feo. Es fortuito. La belleza, además, depende mucho de donde estés parado: en un lugar soy la más fea del grupo, en otro soy la más llamativa, en otro la más delgada, en otro la más fofa, en otro... depende del espectador.

Prefiero mantenerme prudente ante los aplausos porque aceptar tan fácilmente una loa deriva en terribles actos de estupidez ególatra. Sin embargo existen los ingenuos o soberbios -peligrosa pareja para la calidad- que no optan por tal opción. Se toman demasiado en serio sus cualidades y las subliman hasta la ridiculez. Está sobrevalorada la sobrevaloración de las capacidades: basta darse una vuelta por librerías, salas de arte, cines, están pletóricas de prosa barata, guiones mediocres, actuaciones paupérrimas, música vulgar. Más triste es el ridículo endiosado del petulante que el fracaso genuino del humilde.

No todos los pasatiempos son explotables. Por ejemplo, a veces escribo cuentos, o hago ilustraciones. Me divierto, pongo a trabajar la creatividad que por lo general está al servicio de los deseos de un cliente atolondrado, descubro cosas nuevas de mí, saco corajes que traigo atorados en la psique. Pero eso no me obliga a enseñárselos a nadie ni a jactarme de ser buena en eso. No lo soy y no tiene absolutamente nada de pernicioso. Lo hago para mí, no necesito aplausos o repudios. No me emociona la idea de ser reconocida o resultar un diamante en bruto que al ser pulido iluminará el arte mexicano -qué absurda presunción-. Siento que el artista o creador que busca tales fines no es más que una diva, aspiración idéntica a la de una estrella pop. Y ya hay suficiente plástico en el mundo.

¿Es entonces la trascendencia tan importante? ¿La buscamos para estar en el centro de un escenario y ser admirados, envidiados, aplaudidos? ¿En eso se ha transformado el arte, la estética, en una puta de la popularidad?.

En otro lugar están los genios desconocidos, quienes ante esta hoguera de las vanidades prefieren esconderse. Y entre más se les conmine a "salir del clóset de la ignominia", más se les festejen las capacidades, ellos menos convencidos estarán de exhibirse. No lo hacen porque saben lo anterior, no quieren mezclarse con el vulgo drogado con lisonjas. Cada adulación los abruma. No es lo que buscan.

24 comentarios:

Anónimo dijo...

: D

El Rufián Melancólico dijo...

¿Tons no puedo decir que está genial el post? ¿No? ¿Ni por el segundo párrafo que me hizo reir ni por el final que creció y ah qué chingón? Bueno, no. Post feo. También te debe estar saliendo un grano en la frente. Chaus.

Lilián dijo...

No sé si exista un un manual de "Qué hacer o qué no hacer cuando la halagan" pero si sé que cuando hago entrenamiento en habilidades sociales a mis pacientes, el "saber hacer y recibir cumplidos" es el punto #17 del proceso. Y en los manuales de habilidades sociales por lo tanto, hablan de ello. Si quieres luego te presto uno. Yo así aprendi a no morder el rebozo jajaja

Miréia Anieva dijo...

"Ay, qué bonito post" estaría muy fuera de lugar y además, accesorio.

Me gustó mucho; es muy humilde y parece bien sincero.

Uno tiene derecho a sentirse a veces feo, estúpido o mediocre con toda la entereza del mundo y con toda la responsabilidad que implica. Y otras veces no, y qué.

Cuando te halaguen piensa que el interlocutor está desnudo y ríe.

Tumeromole dijo...

Lo correcto siempre será morderse el rebozo.

Diría más, pero mejor no. Así es mejor.

Saludos.

Unknown dijo...

Touche.

Bravo.

Abrazos.

Unknown dijo...

¿Y no te ocurre que a veces sí quieras que desde el exterior alguien te refleje algo lindo o grato de ti misma pero que en ese momento no puedes discernir aunque sabes -porque lo sabes- que está ahí?

Anónimo dijo...

Me ganó el comentario el insigne Doctor Freud(Chicken), pero nada mas agrego que hay que responsabilizarse de las virtudes tanto como de los defectos. Digo, ambos están ahi y, como estás demostrando con gran agudeza, cuesta tanto trabajo aceptar unos como otros. El chiste por supuesto es no clavarse en ninguno. A final de cuentas somos un coctel servido en vaso jaibolero y con paragüitas de ambos.

El hombre del traje gris dijo...

No sé, creo que muchas veces los alagos dependen del estado que traiga uno mismo.
Cuando eres niño (y de grande igual) y traes alguna vestimenta que no te agrada, cualquier alago te parecerá una mentada de madre...
Igualmente, sino estas conforme con tu aspecto fisico, porque si los kilos de navidad o las chelas cada fin de semana... el que te digan que te ves bien o delgado igual te sonara a mentada de madre...
Lo mismo pasa si estas volviendote chango en el trabajo por algo que no quieres sacar, si alguien te dice que eres inteligente, te vas a sentir doblemente estúpido por qué no te sientes tan listo como desearías...

¿si me etsplico?

pez dijo...

siempre he dicho que todas, sí TODAS, las viejas están bien lorenzas

si uno las adula, malo

si no las adula uno, peor

a mí me vale, yo estoy bien cuero ¿cuál es el pex, a ver?

alguien que le diga al hombre del traje gris que "alago", no se escribe así. se escribe "jalago"

ge zeta dijo...

Opino lo mismo que Rufían. Peor la neta sé me encantó el post. Y sí, hace falta un manual. Igual para halagar deber{ia haber un manual. Que no suene tan forzado el halago pero que no apene a la otra persona.

Mujer Maravilla a la Mexicana dijo...

Hola semi extraña:

Sólo para informarte que tu post a cumplido dos fines didácticos:

1) Ponerme los pies en la tierra. Tienes razón en un lado puedes ser el objeto del deseo y en otro ni en cuenta de tu existencia y si te quedas con esa sensación de superioridad por lo halagos al final no queda mucho. DEBO RECORDARLO. No perder el centro y siempre ser persona.

2) Tengo un amigo pintor que anda deprimido porque parece que ya le está yendo bien en eso de la pintada y la gente lo saluda, le propina halagos al por mayor. No entendía cual era el problema hasta que un amigo escritor me trato de explicarlo con ejemplo de senos falsos y hombres y ahora tú con tu post. Se lo voy a enviar espero lo anime.

BONUS: Se deben hacer las cosas para uno mismo. DEBO REPETIR PLANAS DE ESO.

Un abrazo

Anónimo dijo...

Estoy de acuerdo en casi todo con repecto a los halagos interesados.

Pero me parece triste que uno no pueda (o bueno, sí puede, pero lo triste es que se malinterprete) decirle a alguien que se ve guapa por el simple y jodido deseo de decírselo. A veces uno simplemente quiere comunicarle a la otra persona que su inteligencia, o su belleza, o su alegría, o su tristeza, o cualquier cosa no nos es indiferente. ¿Qué mierda tiene eso de malo?

En otros temas. Saludos

Fire_tony dijo...

Ay pinche Defe...

Sabandija dijo...

También touche. Me siento aludida, en el origen del post. Espero que no (ni que fuera tan importante). Pues quiero decir que a mi me emociona, me fascina incluso la belleza, así tal cual, sobre todo en las mujeres, y no soy lesbiana ni tengo algún interés oculto. Y me gusta decirlo, "ay qué guapa". Y resulta que la belleza sí refleja lo de dentro: una bruja, por muy atractiva que sea, se ve fea, repele, lastima (si el espectador lo sabe apreciar y no se va con la finta). Claro que como es algo tan evidente, de pronto puede resultar una carga y ni modo que te pongas una bolsa de papel en la cabeza.
Saludos

Cool Acid dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Cool Acid dijo...

Creo que yo nunca te he halagado, ¿o si? Ha! Que bueno que no lo he hecho. (:

kthxbye

Jair Trejo dijo...

Igual y soy un mamón, pero yo siento que los genios tienen la responsabilidad con la humanidad de mostrar su genialidad.

Kix dijo...

Al respecto de tu post, recuerdo que una psicóloga le decía a una amiga mía hace tiempo, que su incomodidad ante los halagos era algo que debía trabajarse, es decir, aceptar el halago con un gracias. Parece simple, pero le costó.

N. dijo...

Buen post, me gustó. Creo que hay en él como dos niveles de análisis, pero al final todo versa sobre la sinceridad, no? Creo que es difícil que a alguien le moleste recibir un halago sincero y sin dobles intenciones. Me parece que hay una palabra que define en específico el halago tramposo: lisonja. Hay un montón de proverbios advirtiéndole a los príncipes y reyes que no se dejen llevar por ella, es peligrosa.
Y es peligrosa justo por lo segundo que mencionas, que la tentación de sucumbir a tales cantos de sirena es muy fuerte, y al final dejamos de ser sinceros con nosotros mismos al creernos todo lo que no dicen (por cierto que me acordé de Juanito Rockstar creyéndose lo que le decía Televisa de que era un "gran líder político" y haciendo el ridículo al por mayor, qué triste).
Qué miedo terminar siendo un Juanito, pero qué fácil en una sociedad posmoderna en la que se crea la necesidad de reconocimiento, proyectores y "fama" como parte de la propia identidad. La humildad es un valor arcaico.
Me quedó muy largo, perdón. Saludos y un abrazo!

Defeña Salerosa dijo...

Gracias, Srita. Melancolía. Era justo de lo que hablaba en este post. ¿Siempre tienes esa clase de análisis al leer?. Me siento halagada por merecer tal atención de tu parte.

Muchas gracias, ¡un abrazo!.

Defeña Salerosa dijo...

Y no es que me incomode mucho que me chuleén. Simplemente no reacciono muy bien. Entonces relacioné esa vivencia con otra cosa: la necesidad de fama, vanidad y valoración de muchos. Que en algunos desgraciados casos, llevan a que tengamos que soportar porquerías en lugar de arte. "El éxito no es la vida, es tan sólo vanidad".

Mujer Maravilla a la Mexicana:
Me alegra mucho que de algo más que expresar ideas al parecer inconexas, este post te sirviera para entender a tu amigo. Muchos sufren de ese mal, y con razón. Si yo escribiera un libro y me dijeran que es un Best Seller, no sabría qué pensar... "Chale, ¿cómo los de Jody Rosado?", por citar un ejemplo fácil y pendejo...

Lear: Eso lo dices porque quieres piropear mujeres guapas, yo no digo que eso esté mal. Pero cuando en la centenario te dijimos que habías salido guapo en una foto con la boina de Carlos, pff, casi te infartas "no, que les pasa, están mal", jaja.

Gracias a todos por comentar.

arboltsef dijo...

Creo que adulación, ni sincero "lo hago para mi", importan siempre y cuando estés haciendo.

Hacer, producir, y seguir creando, quita de la cabeza esos pensamientos cíclicos.

Saludos.

Anónimo dijo...

Sin embargo parece ser que tú eres de esos "genios desconocidos" que mencionas en el último párrafo.
Te adulas sin decirlo, pero entre las palabras ahí está el "mírenme soy especial".